Capitulo siete: Vengarse, perdonar e ignorar.

70 12 4
                                    


No puedo morir aún doctor. Todavía no. Tengo cosas que hacer. Después de todo, tendré una vida entera en la que morir.





Me sequé el cabello saliendo de la ducha, Caroline estaba un poco irritante con su teléfono y permanecía en un constante limbo del cual tenía que zarandear para que me prestase atención. Han pasado dos semanas desde la última vez que vimos a Pier y Theo, no he investigado nada más sobre mi abuelo. He hablado un poco con Matthew, me ha dicho que no se esperaba que me fuese así como así y que fue algo muy impulsivo. No le dije a Matthew que Caroline estaba conociendo a un chico, ellos habían intentado algo hace unos años pero no funcionó, Matthew es un chico muy amoroso y parece no tenerle miedo a enamorarse. Matthew me dijo que necesitaba descansar un poco de todos los problemas que hay en su casa y lo invité a venir, espero que no le moleste a Caroline.

-¿Ya terminaste los libros que compramos?-Preguntó Caroline, estaba aseada y cambiada para salir.

-Sí, hace rato, ¿Vas a salir?

-Quiero comprar libros nuevos, me interesa comenzar a leer ciencia ficción, ¿Vamos? Ya no quiero estar encerrada como Rapunzel.- Recorrió todo el departamento hasta que terminé de cambiarme, había prendido un cigarrillo y sacó el aire por el ventanal porque sabía que no me agradaba el olor. - Yo pago.

-Sólo porque pagas, además, no exageres.- La semana anterior volvimos a comprar ropa de nuevo, cenamos en McDonald y recorrimos las calles en busca de un libro que yo quería y no encontraba.- Salimos muchas veces la semana pasada.

-Eso no cuenta, Nick, si fuera por mí cenaría en McDonald todas las noches.- Ya habíamos bajado del edificio y la librería quedaba a unas dos cuadras de éste. Caroline ya no fumaba tanto, al menos, no cuando yo la miraba. Doblamos la esquina y entramos en la librería, estaba totalmente igual a la última vez. Yo fui a la sección de clásicos y Caroline a ciencia ficción que es donde Pier estaba la última vez. Elegí los siete locos de Robert Arlt, literatura por excelencia argentina. No elegí ningún otro, Caroline llevó como seis libros y no me llamó la atención ninguno. Al salir Caroline se quedó quieta y me sonrió.

-Perdón por esto.- Dijo y dos personas aparecieron detrás suyo.

Theo estaba vestido con una musculosa gris y pantalones negros, botitas blancas y su sonrisa algo burlona, sé que la sonrisa no es una vestimenta pero en él parecía serlo. La barbilla empinada mostraba un poco de barba de unos dos días, la piel blanquísima al igual que la de Pier, pero a diferencia era que él tenía el cabello castaño casi rubio y ojos celestes. No había notado lo musculoso que era porque en el bar tenía puesto una campera, Caroline se acercó a él y lo besó en la mejilla. Pier me miraba divertido y yo a él con odio.

-Hola Nick.- Dijo Pier sonriendo, quería golpearlo pero, probablemente, me mataría o algo así.

-Nos invitaron a cenar en su casa.- Aclaró Caroline.- No te dije nada porque no querías salir.- Agregó obviamente mintiendo porque ella sabía que no quería volverlo a ver.

-Conocerán a nuestra familia, somos muchos pero a mamá le gustan las visitas.- Prosiguió Eheo. Sabía que Caroline planeaba algo en cuanto dijo que ella pagaría los libros, se sentía un poco culpable y eso no sucedía muy a menudo.

-¡Qué bien!- Expresé en mi total sarcasmo. Caminé detrás de ellos por unas cuantas cuadras, Caroline y Theo reían, se veían tan felices y yo estaba tan feliz por Caroline. Pier parecía alejado de todo su entorno, en su mundo y no tenía expresión alguna, después de unas cuadras más él se acercó a mí.

Pier me caía mal por todo lo que había pasado en el bar, él parecía saber algo y eso me molestaba, me molestaba mucho y él lo sabía. Caminó a mi lado en total silencio mientras sonreía. No le di importancia alguna aunque estuve a punto de gritarle qué carajos pasaba con él.

Desde aquella vez que casi mato a mi compañero de clase tengo una política muy estricta:

"Si eres débil te vengarás, si eres fuerte perdonarás, pero si eres inteligente simplemente ignorarás".

No recuerdo donde la leí o si me la dijo alguien pero es lo que hice desde ése momento cuando sentía que me molestaban, sólo ignoraba y las cosas ponían a todo en su lugar. Siento que soy responsable de mis acciones, de mis malos actos y acciones. Por eso no suelo molestar a los demás, no digo que en mi mente no lo hago, trato de no hacerlo pero lo hago. Mi abuela siempre me dijo algo que me marcó "bien parado o en la lona hay que ser buena persona", quiere decir que aunque estés en la gloría o estés en el suelo tienes que ser buena persona y la vida te recompensará.

-¿Necesitas algo?- Le pregunté, no lo dije de mala manera pero así se escuchó.

-Quiero que hablemos, no voy a molestarte, sólo que creo que hay cosas que no sabes.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?- Acoté, Caroline y Theo iban delante y parecían no prestarle mucha atención a los demás, iban riendo y hablando.

-Porque pensaste que mis ojos eran lentes de contacto, por empezar, apuesto dólares que no recuerdas nada de tu abuelo y que tu abuela no te contó muchas cosas.- Seguía con su mirada burlona pero no reía, sino, que lo decía como un reto, como retándome a decir algo.

-Mira...- Comencé a decir pero me detuvo.

-Llegamos.

Estábamos parados en frente de una estructura inmensa, parecía una iglesia, pero era una casa gigante y parecían haber muchos cuartos. También podría decirse que parecía un orfanato pero no era así, estaba muy antigua y era blanca con plantas creciéndole a los costados. Tenía dos pisos y un balcón al costado, me sorprendía que se vea tan linda rodeada de edificios modernos, a veces es mejor lo viejo que lo nuevo.

-Bienvenidos a mi hogar, Nick y Caroline.- Dijo una chica en la puerta, sus ojos eran color cafés claros, morena, medía no más de 1.55 y su cabello era color negro un poco más abajo de su hombros.- He escuchado mucho de ustedes... Bueno es broma, sólo de Caroline por parte de Theo.

-Ella es...- Comenzó a decir Pier.

-Soy Samy, Samantha, Samanthita o sam, como prefieran.- Ésta chica parecía estar muchísimo más llena de energía que Caroline, tenía los ojos muy abiertos cuando hablaba y resultaba gracioso verla alado de Pier porque él era tan tranquilo y ella tan... Extrovertida.

-Entremos.- La cortó Pier, parecía no aguantársela pero sus ojos parecían divertidos.

-¡Qué malo! Ustedes me molestaron para que venga a socializar, yo prefiero leer... Pero no, mamá quería que salga a socializar con estas personas.- Entró e hizo una seña exagerada para que la sigamos, yo sonreí y Pier me lanzó una mirada.

-¿Qué? Es chistosa.- Reconocí, la seguimos a través de las gigantes puertas y noté que Samy no tendrá más de quince años, dos años menor que Caroline y yo.

El piso parecía una pista de ajedrez con baldosas blancas y negra, una escalera se alzaba delante de nosotros como las de las películas de blanco y negro. Oímos un grito de "pasen" por la izquierda y fuimos para allí, pasamos por un living con una televisión gigante y sillones que aparentaban ser bastante cómodos. Doblamos a la izquierda e ingresamos en la cocina, una señora de unos cuarenta años con cabello castaño y ojos avellana estaba esperando recibirnos. Me recordaba un poco a la madre de Ron Weasley de Harry Potter por su vestimenta y la forma de su cara.

-Hola chicos, soy Cara...- Me sorprendió que parezca tan humilde teniendo semejante casa, una sonrisa verdaderamente sincera apareció en su rostro y nos tendió la mano a ambos y nos besó la mejilla, parecía tener la misma energía que Samy.- Un gusto de conocerlos, especialmente a ti, Nick.

vgXAq

Magicians Ashes  #Wattys2016Where stories live. Discover now