Capítulo ocho: Dejar de ser yo.

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La mente hace su propio lugar, y en sí misma puede hacer un cielo del infierno, y un infierno del cielo.






Sonreí falsamente y saludé a Cara, Samy estaba revoloteando alrededor de la mesa y Pier, Theo, Caroline y yo estábamos sentados alrededor de la gran mesa del salón. El piso era de un mármol blanquecino y el techo era realmente alto.

La mesa ya estaba con sus platos y sus respectivos cubiertos, Cara se sentó en la punta de la mesa y nosotros a los lados. La mujer sonreía tanto que me recordaba lo poco que lo hacía mi madre, se veía realmente feliz con su familia y considerando que no veía a su marido por ninguna parte. No quería preguntar eso, siempre es un tema incómodo, considerando de si está vivo o no. La comida estaba deliciosa, realmente, deliciosa. No parecía tener buena pinta en cuanto la trajeron y estaba seguro de que no había comido nunca en mi vida eso pero estaba delicioso y en verdad me gustaba, Cara era una gran cocinera.

-Me han dicho muchas cosas de ti, Caroline.- Comentó Cara con una agradable sonrisa.- También tuyas Nick.

-¿Quién le ha contado cosas de mí?- Le respondí con una falsa sonrisa. Sé que ella no tenía la culpa de que uno de sus hijos casi me obligara a decir cosas que yo no entendía pero igualmente no podía fingir que todo estaba bien.

-Pier me dijo que vives en el centro y que eres el nieto de Nina, ella y yo éramos muy buenas amigas y tu abuelo...- Yo la escuchaba mientras comía, en cuanto nombró a mi abuelo el tenedor se me cayó y me tensé, Pier rio.

-No sabía sobre eso... -Logré decir después de tragarme el bocado que parecía no querer pasar.

-Éramos un grupo muy parecido al de ustedes cuatro, sólo que mi marido y tu abuelo ya no están con nosotros...- Acotó haciendo un gesto de pena, parecía dolerle, dolerle en verdad y me hizo preguntar si en verdad se llevaba bien con mis abuelos.- Creo que no está bien hablar del pasado, ¿No es así? Mejor terminemos de comer y traeremos el postre.

-¡¿Hay postre?!- Preguntó Caroline exagerando y Cara asintió.- Eso es maravilloso, el único postre que comí desde que vine para aquí fueron los helados de McDonald.

-McDonald es tóxico.- Dijo Pier, hablando por primera vez, me molestaba la manera en que permanecía inmóvil con una sonrisa burlona en la cara y pareciendo que lo sabía todo, me molestaba demasiado.

-Lo mismo dijo Nick pero igualmente vamos a comer allí de vez en cuando.- La conversación se dejó fluir mientras, de vez en cuando, Theo le lanzaba indirectas a Caroline para besarse pero ella no accedió a ninguna de ellas. El postre estaba igual de rico que la cena, Samy hacía comentarios que me hacían estallar de risa e irritar a Pier.

Cara me susurró algo cuando nos fuimos que mantuvo en desconcierto toda la noche, cuando la saludé al oído me dijo "¿Puedes recordar? ¿La magia te deja recordar?" yo sólo ignoré lo que dijo y saludé a Sam.

Pier y Theo insistían en acompañarnos a casa pero le dijimos que estábamos bien, Caroline quería tiempo lejos de Theo para hablar, además de fumar, obvio. El camino hasta el departamento se hizo un poco más corto de cuando fuimos, la noche estaba hermosa y, a pesar de la hora, seguía habiendo gente en la calle.

-Es el segundo cigarrillo que fumas hasta ahora, habías dejado de fumar un poco...- Le reproché a Caroline que parecía saber para dónde iba la conversación, normalmente, ella la hubiese esquivado pero parecía que sí quería hablar sobre ello.- ¿Qué pasa?

-¿A qué te refieres?- Preguntó haciéndose la tonta pero yo ya había comenzado la conversación.

-Vamos, no soy tonto, en verdad te gusta pero no quieres besarlo y pareces tomar distancia de él.- Destaqué haciendo énfasis en lo que noté en el transcurso del día.

-Creo que me di cuenta que le temo a las relaciones, el problema no son las personas, soy yo.- Lamentó Caroline, le dio una pitada a su cigarrillo y la dejé seguir hablando.- Pero, ¿A qué le temo? ¿Le temo a enamorarme? O ¿Le temo a romperle el corazón a alguien? ¿Le temo a desilusionarme o a desilusionar a otra persona? Creo que le tengo miedo a perderme, a dejar de ser yo, a cambiar.- Caroline no solía decir estas cosas, así que yo permanecía callado escuchándola.- Le tengo miedo a lo que viene después de decirle adiós a ésa persona, tengo miedo de arruinar las cosas y me da pavor acostumbrarme tanto a alguien que cuando no esté no encuentre el sentido de seguir adelante. Quizá sólo esté exagerando las cosas o quizá simplemente aún no esté lista...- Tomó su cigarrillo, aún por la mitad y lo tiró a la calle.

-¿Por quién lo dices? Sólo has intentado con Matthew y no salió bien, puede que con Theo lo haga y que pueda ser mejor y vivas todas las cosas que queríamos vivir, ¿Recuerdas? Cuando queríamos enamorarnos y esas cosas.

-Lo recuerdo.- Dijo sonriendo y luego agregó.- No lo digo por Matthew, es un muy buen chico y hace mucho no lo veo, ¿Recuerdas cómo nos conocimos?

-Recuerdo que fuimos juntos a una fiesta, te emborrachaste y él, teniendo la oportunidad de estar con cualquier chica de la fiesta, se quedó contigo cuidándote. Lo recuerdo bien.- Recordé con una sonrisa la manera en que Matthew cuidaba a Caroline, se me hacían muy tiernos y el hecho de que ambos fueran mis amigos me reconfortaba.- Recuerdo que te besó esa noche.

-¡Me robó un beso!- Dijo Caroline sonriendo, sé que lo recordaba.

-No te lo robo, tú, en tu estado puro de ebriedad se lo pediste y él te lo concedió.- Habíamos llegado al departamento y subimos las escaleras, Caroline fue a ducharse y en cuanto salió yo fui a hacerlo. Estaba saliendo del baño cuando escuché el timbre y un "yo voy" de Caroline, seguramente, ella esperaba a que Theo llegue de la nada... Pero cuando llegué a la puerta de la entrada vi a Caroline y Matthew mirándose uno al otro y a él con sus maletas, había olvidado por completo que lo había invitado a venir y que también tenía que decirle a Caroline. Matthew estaba vestido con una camiseta blanca, una camisa encima de la camiseta y jeans negros. Un mechón del pelo negro le caía sobre los ojos, recuerdo que a él no le agradaba que ése mechón se le caiga pero lo dejó estar cuando su cabello empinado se movió para saludar a Caroline. Ésta sólo me miró por detrás de Matthew y en ése momento pensé que era un buen momento para empezar a correr.

Magicians Ashes  #Wattys2016Where stories live. Discover now