Capítulo diecinueve: Resistir tanta felicidad.

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Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.






Poco a poco fui olvidando la razón de estar encerrado en el departamento, Caroline quería ir a bailar a un lugar un poco raro, me llamó la atención y accedí a ir siempre y cuando vayamos todos juntos. La fiesta consiste en un espacio en donde tiran polvos de colores, muchos colores por aquí y por allá, mientras las personas bailan al ritmo de la música electrónica. Parecía bastante interesante, me mostró vídeos por internet y me fascinó la idea.

Desde que todos vienen a visitarme al departamento me he sentido raro, como incompleto, como si no recordara algo que es importante. Cara dijo que sentía lo mismo pero que no encontraba el porqué. En la tarde fuimos a comer todos juntos, después Pier me llevó al lugar donde él compra su ropa y compramos algo para mí, Matthew nos acompañó y me contó que había tenido algunos "avances" con Samy.

Creo que algo está mal conmigo.

Creo que algo está mal conmigo desde un día en específico, pero no logro identificar cuál y eso me frustra un poco.

Recordé algo el otro día, cuando vi mis brazos, no tenía ningún tipo de cicatriz pero cuando los vi sentí como una punzada en el corazón, no sé por qué, pero así fue.

Theo, acompañó a Caroline y a Sam a comprarse ropa, lo compadezco mucho. La ropa que me compré era muy parecida a la de Pier, no varían mucho en los estilo. Una remera gris que dejaba a la vista los bíceps con unos raros cortes a los lados de la cintura y un pantalón negro. No presté atención a lo que Pier compró, sé que Matthew se compró una musculosa blanca y luego nos reunimos con los demás en un restaurante del centro, después fuimos todos a la casa a terminar de arreglarnos y prepararnos para salir. Cara nos prestará el auto, Theo manejará porque, según él, no tomará nada.

Estuvimos todos listos para salir en menos de veinte minutos, Cara nos hizo de comer y después salimos todos y nos llevamos el auto. Me lo imaginaba con mejor pinta cuando llegamos, era como una antigua fábrica abandonada del lado de afuera y cuando pagamos la entrada podíamos elegir cuantos polvos de colores queríamos.

Dentro tenía un aspecto mejor, estaba lleno de luces, flashes y más luces de colores. En el fondo había un dj pasando música electrónica y todos estaban delante saltando y bailando. A los lados había barras donde te vendían alcohol.

-Hoy tomarás.- Dijo Pier a mi lado, parecía feliz y por primera vez alegre.- Vamos a comprarnos algo.

Lo seguí entre las personas que bailaban al ritmo de la música y me metí mis polvos de colores en los bolsillos del pantalón. Todavía parecía que no habían tirado ningún polvo y supuse que el dj anunciaría en el momento que se pueda, Pier pidió dos vasos llenos de una sustancia roja y me tendió uno a mí.

Después fuimos a encontrarnos con los otros, Caroline me miró sorprendida al ver el vaso que tenía en la mano, Matthew fue a buscar algo para ellos y volvió después de un rato con un color rojizo en la cara.

-Alguien me ha tirado en la cara.- Explicó de mal humor.- Lo buscaré cuando todos tiren sus polvos.

-Un poco vengativo, ¿No crees?- Preguntó Samy.

-No lo creo.- Afirmó Matthew, después se acercó a ella y trató de tomarla de la mano, sin éxito.

-Eso no va a tomarse solo.- Dijo Pier refiriéndose a que no había tomado nada del trago que él me había comprado. Le di un pequeño trago y me estremecí cuando el líquido tocó mi boca, era amargo y dulce a la vez pero no se parecía en nada a la cerveza que había probado en el departamento.- ¿Está rico?

-Me gusta.- Mentí, todos fuimos hasta la parte de adelante en donde estaba el dj y todos saltaban y bailaban, nosotros hacíamos lo mismo y comenzamos a saltar. En un momento después, no podría decir si fue una hora o sólo minutos porque el ritmo de la música hacía que pierda la noción del tiempo, el dj anunció que teníamos que tirar los polvos y eso hicimos. Todo tipo de colores volaron hacía el techo y caían sobre nosotros, manchando nuestra ropa y pintándola de colores diferentes. Parecían balas de la forma que los arrojaban y arriba nuestro se formaba una nube de las que salían algunas mezclase de esos colores, a mí me tiraron en el cuello y todos los demás también estaban pintados por todas partes, muchas personas aprovechaban para sacarse sus camisetas y que los colores se le peguen a la piel. Pier fue uno de los que se sacó la camiseta en un ojo tenía una mancha morada que parecía que había recibido un golpe, tenía polvos blancos en la cara y como si le hubiesen palmeado todo el pecho con polvos blancos, casi no se notaban debido a que él era muy pálido pero hacía contraste con algunos de los tatuajes que tenía en el cuerpo, la mayoría no los había visto nuca porque casi nunca se saca la camiseta pero, la verdad, tiene un muy buen cuerpo. Terminé de tomar mi bebida y no me había dado cuenta de que le había echado a algunas personas mientras saltaba así que me corrí a un lado y salté junto con los demás, me tiraron algunos polvos y yo seguía tirando, era todo tan perfecto que recordé una cita que me encantaba porque pensaba que nunca me pasaría:

"De pronto, tuve una horrible certeza. Por más tiempo que viviera, jamás podría esperar una felicidad mayor que la que sentía en aquel momento. Lo único que podía hacer era intentar conservarla para siempre. Me horrorizó la felicidad que sentía."

Pensaba que nunca iba a ser tan feliz como el protagonista en ése momento, pero lo era, estaba feliz por primera vez en mi vida. No podía creer la felicidad que sentí en ése momento, nunca me había sentido así en ningún momento pero lo era, era feliz, tenía una sonrisa de oreja a oreja y no me importaba. Nunca le había encontrado un sentido lógico a la vida hasta éste momento "por momentos como éste, por momentos en que piensas que no resistirás tanta felicidad, por momentos como éste hay que vivir"- Pensé. Ésta vida era mía y tenía que vivir por momentos como éste por momentos en los que me sienta pleno y así era con ellos.

Seguimos comprando bebidas pero no le permitíamos que Theo tome porque tenía que llevarnos a todos a casa, estábamos tan felices que quise que ése momento dure para siempre, no podía creer que todos estemos felices al mismo tiempo, hasta Pier estaba feliz y él parecía que nunca estaba feliz.

-Concurso de fondo blanco.- Dijo Matthew mirándome.

-Acepto.- Dijo, ya estaba borracho y sentía que no iba a poder más pero igualmente acepté, ahora entiendo lo estúpido que fui.

Tomé todo lo que me quedaba del vaso en una sola y lo levanté considerándome el ganador, Matthew todavía no había terminado el suyo. La noche ya estaba por terminar cuando Matthew se acercó y me propuso otro concurso al cual acepté. No recuerdo lo que pasó después, sé que estaba vomitando mientras veía a Matthew vomitar a un lado mío. Después sólo recuerdo estar en la casa de Cara y despertar teniendo a Caroline de un lado de la cama y a Pier del otro lado.

-Mierda, pensé que te habíamos matado.- Bromeó Pier.- ¿Cómo te sientes?

-¿Por qué todo se mueve?- Contesté levantándome, Pier me tendió un balde y terminé de vomitar allí.- ¿Qué pasó?
-Hiciste concursos de fondo blanco con Matthew y ambos terminaron vomitando, él ya está levantado pero también siente como si un camión lo hubiese pasado por encima.

-Antes veía como lo hacía con Nathan, no pensaba que fueran tan divertidos y...- Llegué a decir antes de que las náuseas volvieran.

-¿Valió la pena?- Preguntó Caroline acusándome, odiaba éste tipo de cosas y no le gustaba que yo lo haga.

-Sin ninguna duda.- Contesté contra-diciéndola.

Pier río y Caroline le lanzó una mirada antes de levantarse y avisar de que iba a preparar el almuerzo.

-¿Por qué el almuerzo? Apenas me levanto.- Me quejé.

-¿Tienes una mínima idea de cuánto dormiste?- Preguntó Pier sonriendo.- Vamos, levántate, no te haré entrenar hoy pero puede que quieras saber algunas cosas.

Me levanté, me duché y fui a almorzar. Todos estaban contando sus versiones de la noche anterior y no podía creer algunas de las cosas que había hecho. Todavía tenía en mi cerebro los recuerdos de la noche anterior y la felicidad que había sentido, la felicidad plena. Creo que en ése momento también estaba feliz, estaba rodeado de las personas que más quería y no necesitaba más.

Magicians Ashes  #Wattys2016Where stories live. Discover now