Capítulo diecisiete: No hay manera de arreglarlo.

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Los verdaderos amigos te apuñalan de frente.




Pasaron aproximadamente dos semanas desde la visita de ése extraño hombre, entrené y entrené, pensé y pensé, busqué y busqué, leí y leí. Todavía no estaba listo, lo que estaba a punto de hacer era una locura y yo no soy de las personas que hacen éste tipo de cosas ¿Por qué había aceptado desde un principio?

Agradecí el entrenamiento porque, aunque no lo aparente, Pier es un gran instructor. Desearía que no me levante gritándome cosas y, mucho menos, arrojándome cosas que encuentra en la heladera. No me gusta levantarme con olor a kétchup. Caroline y Matthew no tuvieron problemas en quedarse unos días aquí, les gusta estar aquí tanto como a mí pero, igualmente, tengo que contarles todo lo que pasa porque creo que están empezando a sospechar.

-Los invito al McDonald's a los dos, yo invito.- Les dije, ambos abrieron los ojos sorprendidos y Caroline empezó a aplaudir.

-Está bien. Espera que voy a cambiarme.- Se levantó alegremente y se dirigió al cuarto de Theo, ellos estaban prácticamente todo el día juntos pero también se daban su tiempo para estar a solas o con sus hermanos y amigos, eso me parece perfecto porque sé más que nadie que a Caroline no le gusta estar encima de alguien las 24hs y no teniendo recesos ni para comer.

-¿Estás bien? Pensé que no te gustaba ir a comer allí. Estás raro. Todo está raro, pero me gusta y me gusta estar aquí.- Dijo Matthew y entornó los ojos.- Me refiero a que todo está raro pero me gusta, también me disgusta porque no sé lo que está pasando y el otro día vi algo muy raro y...

-Todo estará bien, Matthew, te explicaré.-  Luego salí de la habitación para cambiarme, ya le había dicho a Pier y Cara que le contaría todo a mis amigos y si quieren creerme, bien. Terminé de cambiarme y fui hasta el final de las escaleras en dónde estaba Matthew y Caroline listos para ir. Hubiese deseado que Pier también nos acompañara porque haría más fácil lo de decírselo porque él me daría la razón y no pensarían que solamente yo me volví loco, aún más.

Caminamos hasta ése horrible restaurante de comida rápida y me pedí una ensalada porque el entrenamiento de Pier también consiste en hacer dieta, ellos se pidieron dos cuartos de libra con queso y nos sentamos en uno de los asientos que estaban al fondo donde casi no había personas, la sección de fumadores.

-Ya suéltalo.- Animó Matthew, estaba poniéndole mayonesa a su hamburguesa y sacándole los pepinos porque los odia.

-Bueno... Ustedes saben que yo soy, que no soy... Que me enteré que... Mierda esto es difícil.- Blasfemé, sabía por qué Pier estaba tan nervioso la vez que me lo dijo a mí, recuerdo que hasta prendió un cigarrillo y al terminar de contarme le temblaban las manos.- Sé que he estado raro todo éste tiempo y que no entienden lo que pasa, Matthew me lo dijo y... Te conozco, Caroline, sé que también lo notaste.

-Ve al grano, Nick.- Dijo Caroline.- Ya dilo, no importa.

-Soy parte de un antiguo pueblo que antes poseía poderes, pero ya no, quiero arreglar eso pero no sé cómo y tampoco sé si quiero, tal vez sí porque no pierdo nada, tal vez sólo lo haga y ya pero no estoy seguro si lo que dice Pier es correcto.- Solté de corrido, ambos me miraron estupefactos, Matthew dejó su hamburguesa a medio comer y dijo:

-Pensamos que nos confesarías que eres homosexual y que tienes una relación con Pier... No eso...- Aventuró Matthew, sé que lo aceptarían si diría eso pero no es el caso ¿Una relación con Pier? ¿Qué?

-¡No, no es eso!, es todo muy complicado y no sé si puedan entenderlo.- Aclaré y me prendí en cigarrillo, rodee la llama con mis manos e inhale para que se encienda. Pier dijo que tampoco podía fumar porque eso me cansaría mucho cuando entreno pero él tiene excepciones, yo también las tengo.

Magicians Ashes  #Wattys2016Where stories live. Discover now