Capítulo veintitrés: Daniel.

32 12 2
                                    

Ahora ya sé que te he perdido, que lo he perdido todo. Y aun así no puedo dejar que te vayas para siempre y me olvides sin que sepas que no te guardo rencor, que yo lo sabía desde el principio, que sabía que te iba a perder y que tú nunca ibas a ver en mí lo que yo en ti.






No escatimaré en decir que no tienen rasgos parecidos, eran un calco uno y el otro, parecían ser hermanos. Miré a uno y después al otro. Cara tenía los ojos hinchados y parecía no poder creer lo que estaba viendo. Theo se acercó corriendo, soltando a Caroline y ubicándose a un lado de Pier. Sam no se acercaba mucho pero se podía ver que quería esconder la forma en que lloraba.

-Daniel...- Logró decir Cara después de unos cuantos llantos.- ¿Eres tú?

-Soy yo, Cara, soy yo...- La abrazó, parecía un abrazo verdadero pero... ¿Todos habían olvidado que trató de matarnos hace unos cuantos segundos?- No sabía que eran ustedes, lo siento, lo siento tanto...- Hundió su cabeza en el hombro de Cara, parecía tan frágil, tan arrepentido, tan... ¿Bueno?

-No importa, ya está, estás aquí...- Concluyó Cara, todos callaron y lloraron. Pier parecía confundido, no estaba llorando pero seguramente estaba buscando una falla en todo esto, porque él sabía que algo no cuadraba.

-Si en verdad eres tú...- Amenazó Pier y levantó su arma.- ¿Qué hacías cuando lloraba?- Preguntó, no me imagino a un Pier de aproximadamente siete años llorando y esperando a que alguien haga algo, Daniel pareció pensárselo y luego respondió:

-Recuerdo que te gustaba... Que toque la guitarra, a veces me lo pedías sin estar llorando, sólo te sentías triste y yo lo hacía.- Contestó, Pier bajó lentamente el arma y lo abrazó. Lloró sólo un poco, casi nadie lo notó, pero yo pude ver una lágrima que se limpió rápidamente al terminar el abrazo. Luego fue Sam quien lo abrazó, lloró como una niñita y después se limpió con la camisa que Matthew traía. Theo también lo abrazó, él parecía estar totalmente seguro de que era su padre al igual que Cara. Matthew y Caroline sólo saludaron, yo me quedé parado y lo miraba fijamente.

-¿No crees que ya es hora que dejemos la rivalidades?- Preguntó Daniel tendiéndome una mano, ¿En serio pensaba que iba a confiar en él después de quitarme el aire unas dos o tres veces? ¿Después de amenazarme de matarlos a todos? ¿Después de asesinar a mi abuela? ¿Es en serio? No me convenía dejar ver mi odio hacía él, no lo iba a demostrar hasta que baje la guardia y pueda asesinarlo y así hacerlos ver a los demás.

-Claro, ¿Por qué no?- Contesté con una falsa sonrisa y le tomé la mano.

-Genial.- Contestó con la misma sonrisa.- Entonces ahora que están aquí, quiero mostrarles mi hogar y quiero que vivan conmigo. Tengo muchas cosas que explicarles.

"Demasiadas".- Pensé.

Todos accedieron sin decir nada, ¿En serio le creían? ¿Le había lanzado algún tipo de hechizo?, yo accedí siguiendo mi plan de "está todo bien, está todo bien, no voy a matarte, está todo bien..."

El sol había salido, fuimos a un lado del andén ingresando en el bosque, el terreno era muy inestable ya que después del suelo nevado pasó a ser un claro camino hasta una casa de estructura mediana. A decir verdad me esperaba una gran mansión, no sé por qué, pero así era. Tenía sentido que sea pequeña ya que dudo que alguien más viva en éste lugar y él no lo haya matado. La casa se parecía a una clara ilustración de la casa del bosque de la bruja de Hansel y Gretel, no, no era esa casa pero era muy parecida.

Llamé a Pier para que desacelere el paso y estemos detrás de todos:

-¿En serio le crees?

-Es mi padre, Nick, sé que vinimos hasta aquí y todo pero no entiendes...- Dijo totalmente tranquilo, él no era así ¿Por qué estaba actuando así?

Magicians Ashes  #Wattys2016Where stories live. Discover now