Capítulo veinte: Sam.

57 12 6
                                    



Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás.





El entrenamiento siguió después de recuperarme de aquella noche, dos días después para ser exactos. Recorrí todo el salón después de terminar de entrenar, tratando de recordar algo y pensando en si estaba bien o no volverme todavía más loco. Para ayudarme con mi dilema apareció la persona más loca que conocí hasta ahora: Sam.

-¿Qué haces aquí? Pensé que no entrenabas...- Pregunté mientras la veía venir con su inestable caminar y tomar una de las pesas pequeñas.

-¡¿Estás llamándome gorda?!- Preguntó y después hizo un gesto exagerado de descontento.

-¡No!, no, yo no diría eso. Es que nunca te vi...- Contesté poniéndome a la defensiva.

-Eso pensaba...- Dijo y después explicó.- Vengo cuando todos terminan, no me gusta mucho estar con personas, ¿Cómo le llaman a eso? ¿Misántropo? ¿Misantropía?

-¿Odias a todos los seres humanos?- Le pregunté, las chicas de su edad solían decir eso pero no lo pensaban realmente.

-Algo así, bueno, no importa.- Respondió y se puso a hacer sus repeticiones.

-Sam...-La llamé, ella se levantó y asintió para que siga, me recordó lo parecida que es a Pier cuando hace eso.- ¿Has sentido alguna vez que te vuelves loca pero de una mala manera?

-Puede... La locura es única, ¿De qué sirve ser amargado?, ¡De nada! Siempre fui loca y lo seguiré siendo.- Mantuve la mirada en ella y después se encogió de hombros.- No sé si tengo razón, es mi punto de vista de ver la... ¿Vida? por decirlo así.

-¿Entonces está bien?-

-¿De qué?, bueno yo te digo la verdad, es mi punto de vista, ¿De qué sirve ver la vida como una mierda, si no haz experimentado nuevas cosas?, ¿No? es mejor vivirla porque solo tienes una.- Luego de que me haya confundido, tal vez, un poco más de lo que ya estaba... Me preguntó algo que siempre me pregunto.- ¿Eres amargado?

-¿Lo parezco?- Pregunté algo inseguro, esa pregunta siempre me la hacía y mi cabeza decía "sí, sí lo eres".

-¡No sé!, no te conozco.- Respondió sonriendo.

-No sé si lo soy.- Dije y después pregunté.- ¿Tú eres amargada?

-No, no lo soy. No le encuentro sentido a ser amargado o a tener mal humor.- Contestó y se puso a correr.- Dime, ¿De qué nos sirve ser amargados?, de nada más que arruinar la vida que puedes disfrutar.

Eso me dejó pensando algunos minutos ¿Había desperdiciado toda mi vida en libros y otras cosas? Me gustaba leer, no creo que sea algo aburrido, lo que sí es aburrido es quedarme en casa todo el tiempo... Había desperdiciado toda mi vida o, ¿No?

-No quiero no aprovechar ésta vida.- Musité, pensé que no me había escuchado pero sí lo hizo.

-¿Por eso quieren ir a matar al tipo que nos quitó todo?- Preguntó, parecía haber tenido la pregunta desde que me vio en el salón, parecía hasta saber la respuesta y yo no entendía cómo era que sabía. No le respondí, sólo mentí que me sentía mal y fui directamente al cuarto de Pier, estaba leyendo y escuchando The Kooks.

-¿Pier? Lo sabe, Samy, lo sabe.- Le dije totalmente exaltado, él levantó las manos y sonrió.

-Lo sé, Nick, el plan se acabó hace rato.- Pier se levantó de su cama y se colocó en la esquina de la cama.- Ya está.

Magicians Ashes  #Wattys2016Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz