Capítulo 2.

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La mañana del miércoles, Gaster había salido una vez más a la tienda en busca de fósforos, se le había olvidado comprarlos el día anterior y no podía prender la cocina por arte de magia.

El clima era el mismo de ayer, se sentía más relajado y recompuesto, a excepción del dolor de su espalda por haber dormido toda la noche en el suelo. Se sentía avergonzado de sí mismo por ser tan despistado, se aseguraría de que no volviera a pasar.

Cuando estuvo a punto de llegar a la tienda escuchó a lo lejos gritos eufóricos. -¡Salud...! -Fue lo que escuchó.

Gaster frunció un poco el ceño, se había olvidado que cerca de su casa había un bar llamado "Grillby's". También se había olvidado de lo muy bullicioso que podía ser ese lugar los fines de semana y los días festivos. Siguió su camino ignorando el griterío del lugar, no recordaba que ese día hubiera alguna festividad o algo en especial. Llegó a la tienda y vio que la dueña conversaba con otra señora, notó que ambas parecían molestas y suponía que hablaban de ello. Gaster entró sin llamar mucho la atención, no quería interrumpir la conversación de las dos damas.

Buscó fósforos, cuando los encontró los tomó y se dirigió a la caja.

-...sí, ¡y lo peor de todo es que nadie sabe de dónde llegaron! -Alcanzó a escuchar por parte de la otra compradora.

-Hm, es muy sospechoso... -La dueña se percató de la presencia del científico. -Ah, buenos días, señor.

Gaster saludó a ambas. La otra mujer se dio la vuelta para ver a quién saludaba su amiga, sus mejillas se tornaron rosa al observar al hombre de negro. -Wow... No me habías dicho que tenías estos tipos de vecinos... -Dijo embobada analizando a Gaster.

-Él es nuevo en el pueblo, se llama Gaster... ¡y ya deja de mirarlo que lo asustas!

-¡Lo siento! Pero es que es inevitable... -Susurró a su amiga.

-Ash, y pensar que estabamos hablando de algo más serio...

Gaster preguntó qué era lo que pasaba en su idioma, la otra compradora no pudo entender qué era lo que estaba haciendo, pero en cambio, la dueña sabía a lo que se refería.

-¿Ah, no lo sabía? -Lo interrogó el reptil. -Un niño ha estado causando problemas dentro del pueblo. Nadie sabe quién es y por qué hace lo que hace, al parecer no es de por aquí. -Gaster volvió a mover sus manos. -¿Que qué hace? Bueno, ha estado robando en las tiendas últimamente. No cosas de valor, más bien comida y cosas así.

-Hm, yo no lo culparía. -Agregó la otra mujer. -Siendo un niño pequeño y abandonado es normal que haya optado por robar para sobrevivir... ¡Eso me enoja demasiado! ¿A quién se le ocurriría abandonar a dos niños a su suerte?

-¿Dos...? -Gaster levantó dos dedos de su mano izquierda con expresión confundida.

-Ah, sí. Por lo que han dicho, al parecer no está solo, dicen que llegó junto con otro niño, o más bien un bebé... -Respondió la mujer.

-Sólo espero que nada les pase. Pobrecitos... -Comentó la dueña.

****************

Gaster llegó a casa y notó algo extraño, una ráfaga de viento se sentía desde la cocina. Cuando fue a investigar comprobó su teoría, la ventana de la cocina estaba abierta. Él juraba que la había cerrado bien antes de salir, y las huellas de nieve en el suelo lo comprobaba. No había sido un fallo de él, alguien había entrado a casa.

-... -Gaster buscó en toda la casa con sigilo ayudándose con sus manos. Desafortunadamente o al revés, sea quien sea que hubiera entrado ya se había marchado. Aprovechó de ver si algo faltaba dentro de la casa pero todo parecía estar en orden. Se quedó un momento en silencio pensando. -No, no hay probabilidades para pensar tal cosa... -Dijo en su mente. Era imposible que se tratara del niño del que todos hablaban. Las coincidencias no podían ser tan altas. -Al menos no se llevaron nada, eso es bueno. Pero... no puedo entenderlo, yo dejé esto cerrado con seguro...

Shadows At Noon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora