Capítulo 8.

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-"No."

-¡¿Qué?! ¡¿Y por qué no?!

-"Porque un lugar como ese no es apropiado para un niño como tú, sin importar cuantas veces ya has estado allí, ese lugar es exclusivo para adultos." -Gaster recogía el desastre que había dejado Papyrus en la sala con las sábanas otra vez. -"Imagínate si algo te pasa algún día y no está el dueño amigo tuyo, ¿qué harías si alguien intenta hacerte algo? No deberías volver más allí".

Sans lo siguió escaleras arriba levantando la cola de una sábana que se arrastraba por la escalera. -¡Siempre que voy nunca me ha pasado nada! ¡Sé cuidarme solo! ¡...Oiga Doc, escúcheme!

-"Sans, dije que no". -Le mostró la pizarra dejando las sábanas de lado.
Sans se la arrebató ya harto de aquel molesto objeto que tantas órdenes le daba, escondiéndola detrás de su espalda.

-¡Sans! -Gruñó Gaster haciendo gestos con sus manos.

-¿Disculpe? No lo entiendooo... -Se burló alejándose de él al momento en que se acercaba a quitarle su pizarra.

-Sans, esto me hace entender que tienes un sentido de madurez nulo.

-Sigo sin entender.

-¡Wowie! ¿Qué es eso? -Papyrus apareció al escuchar la voz de su hermano dentro de su habitación. -¿Por qué mueve sus manos, doctor?

-Si pudieras entenderme podría explicarte Papyrus... O tal vez podría si tu hermano me devolviera mi pizarra.

-¡Yo también quiero hacerlo!

-No te unas a su ejército de locos, Paps... ¡Oiga!

Gaster pudo arrebatarle su pequeña pertenencia a Sans con una de sus manos extras, a veces ese niño lo sacaba de quicio. -"Es así como yo hablo, Papyrus. A diferencia de ustedes yo no uso palabras, sólo gestos con mis manos."

-Wow... ¡yo también quiero aprender! ¡Por favor, yo también quiero!

-"Es un lenguaje muy difícil de aprender, Papyrus, incluso para mí cuando yo tenía tu edad. No me gustaría que te estresaras con algo como eso".

-¡No! ¡Papyrus puede hacerlo! -Papyrus se aferró a la pierna del hombre como goma de mascar. -Sans dice que yo aprendo rápido.

-Aprendió a sumar en un día, ¡mi hermano puede hacer todo si se lo propone!

Gaster no pensaba que enseñarles su idioma fuera buena idea cuando a él mismo le costo años hacerlo a la perfección. No quería terminar estresandolos a ambos, pero si lo pensaba con detenimiento quizás no era una idea tan mala. Si les enseñaba desde un comienzo tal vez podrían lograrlo y así de una vez dejar la pizarra que ya empezaba a molestarlo. De todas formas no perdía nada en intentarlo. Debía dejar de contradecirse a sí mismo.

-"Muy bien, creeré en la palabra de tu hermano y en la tuya poniendo a prueba tu inteligencia. Te enseñaré".

-¡Yay! ¡Gracias!

Sin querer había puesto a práctica la segunda etapa de su investigación en ellos, la prueba de su inteligencia. ¿De qué serían capaz ese par de mocosos? Habría que averiguarlo.

-Qué injusto... -Susurró Sans cruzandose de brazos.

-¿Ah? ¿Dijiste algo, hermano?

-No, nada...

Gaster sabía que Sans estaría de mal humor todo el día a menos que cumpliera con su deseo de ir nuevamente al bar de ayer, pero él no iba a cambiar de postura sólo por una cara larga. Aunque él le siguiera insistiendo de que no era un lugar peligroso Gaster no le haría caso, ¿quién o qué le aseguraba que realmente no fuera así? Siendo así las cosas no quería esperar a que le pasara algo para averiguarlo.

Shadows At Noon.Where stories live. Discover now