Capítulo 17.

1.7K 171 163
                                    

Pasaron los meses y la fractura en la pierna de Gaster se había curado por completo, podía caminar correctamente y había vuelto a su trabajo en el laboratorio.

Lo bueno es que no había quedado con secuelas pero debía por las noches o durante sus ratos libres hacer ejercicios con ella, para rehabilitar sus funciones y devolverle su correcta movilidad. Sans y Papyrus lo ayudaban a subir las escaleras y hacer otras cosas, como limpiar, ordenar y colocarse los zapatos. Gaster estaba muy orgulloso y lleno de admiración por ellos, pero no podía decir lo mismo de él.

Se había negado a creer haberse enamorado de Grillby, por eso decidió, a pesar de todo lo que había hecho por él y los niños, alejarse de él. No lo hizo de golpe, fue poco a poco después de haberse rehabilitado. Gaster sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, parecía como si sólo se hubiera aprovechado de su amabilidad y bondad para su propio beneficio sólo para que después lo deshechara como basura. Pero no, no exactamente eran así las cosas. Todos los días sentía el pesar de sus acciones más y más sobre sí hasta el punto de volverlo enfermo, no era fácil para él negar sus visitas o negarse a sí mismo ir a verlo o llamarlo para cualquier cosa.

Tal vez Grillby no sabía nada acerca de sus sentimientos, pero tenía muy en claro que por algo se comportaba de esa manera, entendía la indirecta de "alejate de mí".

Esto no sólo afectaba emocionalmente al científico, la intensidad y su rendimiento en su trabajo decendían cada día que pasaba, cada vez que ocurría algo relacionado con el objeto de su depresión. Se había vuelto más despistado y olvidadizo que de costumbre y sus compañeros de trabajo se lo hacían saber todos los días, pero aunque quisieran saber la razón él no podía simplemente ir decirles que era a causa del amor.

Eso sonaba patético e infantil.

***************

Gaster estaba a punto de marcharse a su trabajo hasta que un par de revoltosos lo atraparon por las manos.

-Niños, no tengo tiempo para sus juegos... -Les dijo sacudiendo sus brazos. -Cuando llegue jugaré con ustedes todo lo que quieran...

-¿Podemos ir con usted? -Preguntó Sans a sus espaldas.

-"No Sans, sabes que no hay espacio ni nada en mi laboratorio para que no se aburran".

-¡Pero quedarse solos aquí es más aburrido! -Exclamó Papyrus volviendo a tomar su mano. -Además, tú ya no dejas al tío Grillby venir a casa a jugar...

-¡Sí, injusticia...!

-Ah... -Gaster no podía traer de vuelta a Grillby a casa mientras se encontraba en medio de su rehabilitación emocional, sería hechar todo su "progreso" por la borda pues debía acostumbrarse de nuevo a estar solo junto con los niños. Claro que Grillby venía de vez en cuando a cuidar o visitar a los niños durante sus tiempos libres... y cuando Gaster no estaba en casa.

Sí, era un cobarde.

Sí, parecía una colegiala.

Sí, era un idiota.

De todos modos, no podía perder más tiempo o llegaría tarde al laboratorio, y ya tenía bastante con los reproches de su jefe por su extraña insuficiencia laboral como para que le llamaran la atención ahora por llegar tarde. -"Bien, vayan por sus abrigos y bajen enseguida. ¡Pero prometan no gritar ni molestar!".

-¡Sí! -Exclamaron ambos y corrieron hacia sus habitaciones.

***************

Sin dudas los chicos se habían comportado mejor que las otras veces que los había llevado al laboratorio, y eso se debía tal vez a sus amenazas de que si no lo hacían tendrían que comer para siempre solamente vegetales, menú que para Sans y Papyrus sus organismos no aceptaban.

Shadows At Noon.Where stories live. Discover now