Capítulo 27.

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La alarma del celular de Grillby comenzó a sonar y la mesa de noche a temblar por la vibración melódica del objeto. La mano encendida la apagó con dificultad gracias al sueño, cuando el sonido cesó bostezó en la almohada y se dio la vuelta para meterse entre las sábanas y abrazar a Gaster, quien le daba la espalda, para convencerse así mismo de quedarse en la cama junto con su familia y disfrutar de lo que cada uno de ellos le ofrecían. Pero aunque más lo anhelara no podría, debía ir a trabajar, y lo que más lo acomplejaba era que debía estar fuera de casa todo el día por lo que no vendría a almorzar con Gaster y los niños. Trató de quedarse dormido y así no tener que dejar la cama, pero lamentablemente Gaster se dio la vuelta para estar frente a él y quitar sus brazos de encima.

-Ya escuchaste la alarma, no te hagas el tonto... -Dijeron las manos de Gaster aún medio dormido con los ojos cerrados.

-No quiero ir a trabajar... -Grillby se aferró a Gaster con brazos y piernas, así como un niño con su madre que no quiere ir a la escuela.

-Entonces duerme...

Gaster trató de seguir con sus sueños teniendo a Grillby el koala agarrado a él, pero la necesidad de despertarlo para que cumpliera con su labor diario se lo impedía, se sentiría muy culpable si dejaba que Grillby faltara al trabajo.

-Hey, despierta.

-Pero tú dijiste que podía dormir...

-Sabes que tienes que ir a trabajar... y refregar tu cara en mi cuello como los gatos no te servirá de nada.

-Antes sí funcionaba... -Grillby se aferró más a Gaster ya sólo para molestarlo pues de todas maneras tendría que levantarse e ir a trabajar. Tan solo necesitaba energías para el día.

Desde la cama podían escuchar los pasos de los niños que recorrían las salas del primer piso seguramente buscando comida, que a pesar de tratar de ser lo más sigilosos posible el silencio y el buen oído que poseían ambos adultos los delataron, tal y como todos los días.

-Los niños... -Murmuró Gaster con los ojos cerrados.

-Sí, yo me encargo...

Grillby se dignó finalmente a levantarse de la cama, y como era costumbre y un deber inquebrantable debía antes que cualquier cosa ir a ver qué y dónde estaban los niños. Como todos sabían ya, Gaster no era muy útil por las mañanas pues sin la ayuda del café o de un baño bien frío este hombre parecía un zombie, no reaccionaba a las cosas a tiempo en cualquier sentido, y su casa podría estar quemándose en frente de sus ojos y él podría aún estar sentado en su cama tratando de despertar. Por eso, para evitar cualquier accidente o desastre mundial que terminara por extinguirlos a todos, Grillby debía levantarse e ir a vigilarlos antes de irse a trabajar pues los niños siempre despertaban primero y hacían lo que querían y con lo primero que tuvieran en la mano.

Grillby se colocó sus ropas pues no quería que ellos tuvieran que presenciar su desnudez y bajó a ver lo que hacían "sus hijos", por suerte estos sólo jugaban a "Las traes" y no habían entrado a la cocina aún.

-¡Buenos días, papá Grillby!

-¡Buenos días, Sr. Fósforo!

-Buenos días, niños. -Grillby se acercó al par que estaban sobre el sillón. -Traten de no hacer mucho ruido, su padre aún sigue durmiendo.

-Pues, cuéntanos algo nuevo... -Murmuró Sans tomando asiento.

-¿Irás a hacer el desayuno ahora?

-Sí Papyrus, y como tengo tiempo extra antes de irme puedo hacer hot-cakes con frutillas. -Los niños siguieron como patos al hombre hasta la cocina. -¡Ah, se me olvidaba! Niños, hoy llegaré un poco más tarde a casa, bueno, cuando vuelva quizás ustedes estén durmiendo así que lo que les digo no tiene mucha importancia, pero al menos es para avisarles.

Shadows At Noon.Where stories live. Discover now