Juguemos a imaginar (Malú)

12. Sonríe, yo invito.

Nueva entregaa! Capítulo 12 en vuestras manos jeje. Si no has leído los anteriores tienes que empezar por el capítulo "1. Todo fin..." Y si sí los has leído te doy las gracias y estas preparada para este! Nada más que decir...solo disfrutad!"

12

Llegué a casa a eso de las 17:00. Mis piernas estaban cansadas pero fui a la cocina a coger algo de comer. Mucho para escoger no había. Abrí la nevera pero estaba casi vacía, me cogí el último iogurt que quedaba. 

-          Pero _____, siéntate.- Mi madre habló detrás de mí.

Yo me senté sonriendo y ella delante de mí.

-          Si que estas contenta, ¿no?

-          Muchísimo mamá, no te lo puedes imaginar.

-          Va, pues cuenta cuenta ¿como fue?

-          Mama es que buf…¡ha sido mágico!-

Tenía que morderme la lengua como podía, pero está claro que mi alegría en ese momento no se podía evitar. En ese momento, en ese día, hacía apenas…¿Cuánto? ¿Una hora y media? De yo en el avión y después en el lavabo…¡Aiii! Se me escapo otra risa.

-          ¡Pero cuenta que pasó!

-          Es que mamá, mágico es la palabra. Llegué allí, y en la cola ya me encontré a __NA__ y abrieron las puertas y entramos y salió ella y la ví y…- Un suspiro salió solo dentro de mí.

-          ¿Y la viste y….?

-          ¡Y ya mama! ¡Y la ví!- Soltaba con alegría.

-          No entiendo tanto entusiasmo por verla, hija.

-          Claro...es que no entiendes nada.- Me quejé. Lo dije más hacía mi que para ella.

-          Me alegro que te haya gustado, pues- Mi madre sonró de verme a mí tan feliz.

-          Me ha encantado.

Nos quedamos en un silencio cómodo y yo empecé a comer mi iogurt. Mis pensamientos ya iban por las nubes. Es que no una vez, no. DOS, osea dos. ¡_______ eres la ostia! ¡Y que dos! Que no es eso que dices: "pues dos…" es eso que dices DOS COJONUDAS VECES. Por dentro un mundo y por fuera una sonrisa. Mi madre me cogió la pierna y de aquellas nubes  me volvió al suelo. Aunque no me importaba, volar en ese momento se me hacía muy fácil.

-          Escucha, tendrás que deshacer la malet…y la maleta?!

-          Ups! Verás, la perdí el primer día.

-          ¡¿Que?!

-          Si mama, me la dejé en el taxi y…

-          Eres la ostia de verdad ______.

-          Pero mamá, que tampoco llevaba gran cosa.

-          Tú sabrás eran tus cosas…Pero te quedas sin paga.

No dije nada. Claro que son mis cosas…más un secador.  ¿Y la paga? ¡¿Que importa la paga?! Aquí lo importante es que fueron DOS VECES. Me acabé el iogurt. Mi madre se había ido a poner una lavadora con mis cosas y demás. Decidí coger mi bici. Desde arriba le grité a mi madre:

-          ¡Mamá! ¡Que salgo un rato!

-          ¡Valee!- Entre chillidos.

Saqué la bici y antes de salir la dejé apoyada en la puerta para volver a entrar.