Capítulo 2

702 38 4
                                    

Confusiones


Me despierto un poco cansada. Me tallo los ojos para despertarme un poco, éste será un día largo, empezar un caso nuevo es un poco tedioso pero a la larga ya es una rutina, así que no me importa eso en lo absoluto. Tengo bastantes nervios para que mentir, tratar con este asesino no es como tomarlo como juego, sino como un reto de vida o muerte — aunque en este caso sería en tono literal—. Me recargo en la cabecera de mi cama y suspiro, mejor me levanto para empezar el día.

Me levanto de la cama y me pongo mis pantuflas, camino hacia mi ropero y tomó mi traje para ir a la comisaría y aclarar ciertas cosas. Me visto rápido con unos pantalones negros —no muy entubado —, una polo blanca, sacó negro y unos tacones. Ya terminando de visitarme tomo mi bolso y salgo de mi departamento y de ahí tomo el ascensor porque no creo que sería una buena idea bajar las escaleras en tacones, salgo del ascensor y camino a la puerta de entrada-salida del edificio, me volteo y veo en la recepción a Josh, el portero, que me mira.

—Que tengas un buen día Lisa. — Dijo con toda la amabilidad del mundo, levantando su sombrero que es de su uniforme.

— Igualmente josh. — Le respondí con una sonrisa mientras caminaba hacia la puerta.

Seguí caminando en el estacionamiento del edificio hasta encontrar mi auto, saco las llaves y abro la puerta del auto,
Me subo a el y me dispongo a conducir a la comisaría.

***

Llego a la comisaría y me bajo de mi auto para ir a la oficina del comisario para aclarar una que otra cosa que debemos pulir.

Voy caminando por los pasillos de la comisaría hasta llegar a la oficina, toco la puerta — porque en la comisaría se debe de hacer eso antes de entrar a una oficina —, esperando que el comisario me habrá la puerta.

—¿Quién és? —preguntó el comisario desde dentro de la puerta.

—Thompson, comisario —respondí.

—Adelante.

Abro la puerta y luego miró que el comisario esta sentado en su escritorio y me hace ademán de sentarme en los asientos que están enfrente de su escritorio, me siento en una de los asientos y espero no tardar me tanto en hablar con él.

—Por lo que veo, vienes para aclarar tus términos, si no me equivoco. Si no quieres cierta ayuda por parte de la comisaría esta bien, si quieres refuerzos esta bien, si quieres hacer lo que tu digas lo respetaré, sólo que eso si, cuando te pida tu avance del caso lo darás sin excepción alguna y seguirás con la seguridad que te puse, ¿Estas de acuerdo?—pareció que el comisario me leyó toda mi mente porque eso es lo que le iba a decir.

—Sí, estoy de acuerdo.

—Que bien, sabía que pediría eso, Thompson, puede retirarse si era todo lo que me quería comentar —Dijo con una sonrisa aunque no entiendo porque sonríe.

—Bien, luego lo veo comisario —me despedí levantándome del asiento.

—Igualmente Thompson.

Salgo de su oficina para ir a la mía, abro
la puerta y me llevo una gran sorpresa porque hay una hoja con mi nombre en cursiva encima de mi escritorio, cierro la puerta y voy caminando hacia donde esta esa hoja misteriosa con mi nombre, agarro la carta, y mientras la abro me invade la curiosidad de quien me la mando o de cual es su contenido, cuando me invade la curiosidad es muy difícil sacar ese sentimiento de mí, una vez abierta la empiezo a leer.

Lisa Thompson, enserio la famosa y prometedora detective, Lisa Thompson, tiene mi caso no me puede creer que estuvieras pidiendo, bueno pidiendo no sería la palabra correcta sino exigiendo tener el caso y todavía te atreves a enfrentar al comisario solo por tener el caso, enserio no me lo puedo creer. Yo creí todo este tiempo que te lo darían pero veo que no, vaya que fui bastante estúpido para pensar en eso. Lisa no sabes en lo que te metes al tener mi caso, pero para que reconozcas que no soy tan cruel como todo Overlond me conoce, te ayudare, digamos que este es una especie de juego en donde tendrás que descubrir quién soy pero para equilibrar el juego cada día te daré una pista ya que no creo que puedas con mi caso, pero si no lo haces todo rápido, te tendré que asesinar, asi que lo último tomalo como una motivación para que te apures. Pero que no se te olvide que la condición de esto es de que no le dirás a nadie sobre esto, porque si lo haces todos tus familiares y conocidos pagaran por tu estupidez y no creo que seas muy estúpida para cometer ese acto. Y no Lisa, no es una amenaza, es una promesa. Que empiece esto.

El asesino de cold street Where stories live. Discover now