Capítulo XI

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Lancelot: *apuntando con Arondight hacia la cara de Percival* ¿Qué creéis que está haciendo, caballero?

Percival: *sin inmutarse, apunta a Amy con Laevatein al rostro* ¿tú que crees? ¡deberías aleccionar a esta plebeya! 

Lancelot: *sin dejar de mirar a Percival con cierta ira* Es MI plebeya, no de vos, caballero, por ende, es mi problema si la alecciono o no...

Percival: *lo interrumpe mientras le grita con la mirada hacía Amy* ¿¡Y dejarais que mantenga este comportamiento con un caballero Real?! 

Lancelot: *suspira* ...no quiero enfrentarme a ti, sólo enfunda tu espada y yo me encargo del resto, aquí se va a reprender a mi manera, no a la tuya...es MI moza.

Gawain: Percival, relajaos...irnos a tu torre...

Sir Percival no podía dejar de mirar a Amy con cierta ira y frustración; Lancelot mantenía su espada muy firme señalando a Percival y en el fondo él sabía que Percival era testaruda y era capaz de seguir con la riña, por ello, no iba a bajar la guardia, pero...por un momento, Percival sintió una extraña energía recorrer su mano... La eriza volteó a mirar a Percival con rabia en los ojos...;como en algún momento se lo mencionó Shadow:  "Sé que tú podréis ayudarme en ello, tienes el don en los ojos para discernir eso." Percival sintió que aquella eriza estaba utilizando algo para que esta no pudiera movilizar su mano. Percival, por simple prueba y desafío, quiso abalanzar el filo de Laevatein hacia Amy pero no tuvo respuesta por parte de su mano, definitivamente, la eriza tenía algo más que ni la mencionada sabía de su existencia.

Percival: *se hecha hacia atrás con cierta dificultad y enfunda su espada* Más te vale, Lancelot, que reacciones ante el basto error que acabáis de cometer, o créeme que yo, iré con Arthur. *da la espalda y se va*

Gawain siguió a la gata, mientras que Lancelot, entre suspiros y lo que parecían ser refunfuñes guardó a Arondight y luego, se dirigió a Amy con el rostro endurecido de rabia:

Lancelot: ¿Queréis decirme a qué se debió esta disputa? y más te vale no mentirme...no te atrevéis a hacerlo que yo no te causaré un simple rasguño.

Amy seguía bastante confusa, su labio inferior le temblaba por saber lo que había hecho y lo que había acontecido...nunca creyó que sería capaz de explotar de esa manera con un caballero, tener el valor de responder y de haberlo retado, ¡a sabiendas de que su vida correría peligro!. La eriza está en un shock total. No había puesto atención a lo que Lancelot le había preguntado, pues una pregunta estaba rondando en su cabeza sin obtener respuesta lógica...: ¿Cómo pudo tener el poder de detener el brazo de Percival?; en el instante en que la gata le apunto a su cuello, sólo pudo pensar con rabia "no te atrevas a tocarme, no te dejaré" sin dejar de mirar a la misma, y pareció que lo logró, pues luego de que la gata se hiciera hacia atrás con esfuerzo su rostro parecía reflejar asombro y una cierta confusión empapada de miedo, definitivamente no sabía lo que había ocurrido...

Lancelot: *le da una bofetada* ¡¿Pensáis responderme?! *comienza a desenfundar a Arondight*

Amy: *reacciona completamente asustada, echándose hacia atrás en el suelo* ¡No!

Lancelot: ¡Como te atrevéis! *le tiende la espalda hacia el vientre con tremendo enfado*

Amy: ¡No! ¡esperéis! ¡perdonadme! *exaltada y con la voz cortada* ¡No lo escuche! ¡No os preste atención! *extiende sus brazos asustada intentando evitar un ataque* ¡estaba confusa en mis pensamientos y en mis actos atroces y desobedientes que cometí!

Lancelot: *sin bajar su espada y mirarla con enojo* ¡¿Y te atrevéis a no prestar atención a tu servidor cuando te habla?!

Amy: *llora asustada* ¡No fue mi intención! la culpa me carcomía y llego a mis pensamientos sin llamarla...*le ruega de rodillas* Por favor, no me lastiméis...

Lancelot: *le suelta otra bofetada con Arondight* Entonces responder a mi pregunta si en verdad valoras tu trágica vida, ¿A qué se debió la disputa entre tu y Percival?

Amy: *se reincorpora para sentarse con las piernas en "W"* Yo...Percival me preguntó si para mi todo lo que el Rey tenía era perfecto...temí a esa pregunta y no quise dar una respuesta certera, puesto que si lo hacía, por ser caballero del mismo Rey, podría haberle disgustado y respondía aquello que ella no quería oír, entonces, le respondí que sentía pavor ante la pregunta y me dijo que, entonces le temía al Rey y a sus castigos...admito que me enojé, sentí hervir mi sangre y tal vez lo que le respondí me lo tenía que haber guardado y solo afirmar a todo lo que me dijese ella...

Lancelot: *la interrumpe* ¿Por qué a de herviros la sangre ante esa pregunta? ¿Acaso hay algo incomodo que le encuentres?

 Amy: ...*intenta responder pero las lagrimas y la voz se le vuelven a cortar* es la misma sensación que siento ahora ante esa pregunta...no quiero deciros algo que le cause molestia o que me cause daño a mi...

Lancelot: *vuelve a interrumpirla, con cierto aire de ira* Más daño te causas diciendo mentiras ante un caballero, si no sos sincera conmigo o con uno de los otros, las cosas van a ir más mal de lo que te están yendo.

Amy sabía que el caballero tenía sienta razón, pero, ¿Qué podía hacer? se hablaba de situaciones contra la espada y la pared; decías lo que pensabas, eras sincero, y el poder te callaba de la peor manera, y del otro lado, decías mentiras, aquello que el poder quería oír, y también te reprimía por mentir, ¡¿Qué demonios estaba bien hacer?! Por un momento tuvo el impulso de gritarle eso al azabache, pero sabía que sería un tremendo error; esa voz interna le estaba pidiendo a gritos que no se dejara, pero bastaba ya con todo lo que había pasado como para volver  a dejarse llevar por esa extraña voz.

Amy: Soy sincera, no digo mentiras, si lo hiciera, no le hubiera dicho lo acontecido de esa forma explicita y, ciertamente, vergonzosa para mi.

Lancelot: ...Y si las dices ya no estaría consciente en este momento...después de todo, tus palabras se confirmaran luego de que yo hable con Percival, y pobre de vos donde algo este mal...

Amy: *baja la cabeza* le dije la verdad a Percival...fui sincera y me gané que me abatiera en el momento...

Lancelot: Ya, callaos, no quiero oír tu voz a menos que te pregunte algo.

Amy con impotencia y más ganas de llorar asintió sin levantar la cabeza, la chica estaba pasando un mal rato, ahora no sólo su estancia en el castillo y hasta en la vida estaba en peligro, sino que tenía nuevas heridas y golpes de los que necesitaba recuperarse.

Lancelot: *enfunda su espada y se dirige a la gran sala* Levántate y sígueme, tengo platica pendiente con vos.

Amy se levantó y camino a pasos lentos detrás de Lancelot, otra vez volvía a sentir un miedo y pánico por haber llegado a aquel castillo.







Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora