Capítulo XLVII

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Lancelot: ¿Creéis que llorando y suplicando harás que cambie de opinión? Estos días a mi lado te hicieron verme de otra manera.

No podía creerlo, estaba muy asustada ahora; Amy se separó por completo de Lancelot y lo miró a los ojos... "Maldición" dijo para sí misma al darse cuenta que el caballero se había cerrado en sentimientos y pensamientos, ¿Por qué...?

Amy: ¿Qué te ocurre, Lancelot? Vos...vos quería que yo...

Lancelot: Que te marcharas, eso fue lo que te mandé.

Amy: ¡Pero yo no quiero hacerlo!

Hubo un silencio en el jardín, Amy empezaba a llorar en silencio sólo notandose las mejillas húmedas y con más y más lágrimas caer hasta el sendero de piedras.

Lancelot: Marchemos ya, Amy, se hace tarde.

El caballero volvió a tomar a Canalla de la rienda y caminó hasta salir ya completamente del jardín. No entendía, no entendía esa neutralidad tan espontánea del caballero y esa decisión tan firme que tuvo...no podía evitar sentirse ahora más destrozada.
—Eso te pasa por hacerte ilusiones con un caballero... Te lo dije, Amy— susurró para ella tragándose las lágrimas y frotando las mangas de su vestido contra sus ojos, limpiandolos. "Después de todo era lo que querías, Amy...tú no eres para él, tu no podías estar a su lado...él recapacitó todo lo que hablamos y lo que le dijeron... Él sigue siendo Sir Lancelot, jefe y caballero de la mesa redonda".

Lancelot estaba fuera del castillo, acomodando la silla de montar en la espera de que Amy saliera para marcharse ambos de vuelta al castillo cuando lo visitó Galahad ya fuera algo molesto.

Galahad: De verdad, ¿era necesario eso?

Lancelot detuvo las acciones sobre Canalla con algo de fastidio, miró serio y firme a Galahad en la espere de que este le dijera algo y, luego de una pequeña batalla de miradas, volvió a decir el caballero de Plata:

Galahad: No había necesidad de que le arrebataras las esperanzas de esa manera.

Lancelot: No necesito que vengas a decirme qué hice bien o qué hice mal, si no lo hacía las cosas hubieran terminado mal.

Galahad: ¿Más mal que un corazón roto?

Lancelot azotó su armadura contra la silla de Canalla, el caballo relinchó asustado y los pocos sirvientes que se encontraban ahí también se asustaron, Lancelot los miró de soslayo y eso bastó para que entendieran que volvieran a lo suyo y no prestarán atención.

Lancelot: *enojado, frente a Galahad* Quiero que te pires de mi presencia porque sabéis que no estoy de humor para que vengáis a joder con tus reflexiones...

Galahad: *lo interrumpe mirandolo a los ojos* Y así como sé eso, también sé lo mucho que te cuesta aceptar lo que hiciste...Lancelot *suspira* Puedes cambiar esto...lo que acabas de hacer puede terminar más mal...

Lancelot: ¡Ya no me importa! ¡No me importa en lo absoluto! Esto, ¡Esto era lo que vos y el resto de caballeros querían que hiciera para terminar con el asunto! Y ahora que he cumplido su capricho de mierda, ¿¡Me decís que cambie de opinión?!

Galahad volvería a contestar, pero la interrupción se hizo presente con algunos gritos de sirvientes pidiendo auxilio. Un caballo a las prisas saltó por encima de las jardineras y se ponía nervioso por ver gente alarmada. Ambos caballeros miraron el caballo y quedaron perplejos por ver que alguien lo montaba: Amy era el jinete. La eriza miró de soslayo a ambos caballeros atónitos, cruzaron miradas, y lo que pudieron percibir ambos mirando los ojos de Amy fue un frío "ya todo terminó".

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Where stories live. Discover now