Capítulo XLVI

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La eriza con calma llegó al jardín, grande y con una fuente ostentosa del Rey Arthur en medio, no sorprendía que el Rey tuviera semejante capricho pero a ella no le incomodó, estaba atónita mirando las flores de diferentes especies y tamaños. En algún momento, Percival le había recalcado a Amy que flores tan finas como las que se encontraban en su fortaleza se encontraban únicamente en el castillo Real, y ahora lo comprobaba, esas flores que observaba no las había visto jamás en otra parte.

Caminó por los senderos de piedras pequeños que conducían a las jardineras y con curiosidad buscaba aquellas que miró desde la ventana con destello propio, no las hallaba, y eso le consternaba, ¿acaso fue producto de su imaginación?

*DENTRO DE LA SALA REAL, LOS CABALLEROS...*

Galahad: ¿Donde está Amy?

Lancelot: *pensativo, recorre toda la sala con su mirada* ¿Estará con alguno de los otros?

Gawain: *llegando con los caballeros* No digáis que te has descuido, Lancelot, se supone que es tu acompañante.

Lancelot: ¿Queréis callarte? No creí que quisiera salir de la sala.

Galahad: Mejor id a buscarla, Lancelot, no sabemos dónde pueda involucrarse.

El caballero del lago volvió a dar otra revisión rápida con su mirada, y por último, miró por la ventana y su angustia se detuvo, Amy seguía caminando lentamente analizando las flores, eso observó el caballero. Caminando lentamente se alejó del resto de sus compañeros para salir a con Amy, aunque no estaba ahora seguro si interrumpirla...quería hablar con ella desde el día de ayer.

*MIENTRAS TANTO, EN EL JARDÍN...*

Sentía el tiempo detenido, la calma y único sonido del viento chocar contra las hojas era lo que podía percibir y oír, eso la mantenía en completo estado de confort y no quería que terminara. Con delicadeza frotaba sus dedos sobre los pétalos de algunas flores, con su otra mano alzaba el vestido para no pisarlo y tropezar; suspiraba con tranquilidad hasta que llegó a la glorieta de la fuente, la rodeó y frente a ella se encontró con un árbol de flores rosas, azules y blancas, esas eran las que tenían brillo propio, resaltaba sobre cada pétalo y corazón de las mismas, y con la oscuridad profunda que le daba la noche al jardín, más admirable y fino podía verse.

— ¿Cómo es posible que brillen así...?— se dijo a sí misma muy sorprendida, el árbol era pequeño, pero sí sobre pasaba su altura por algunos centímetros y podía mirar hacia arriba destellos caer de este como si de polvos mágicos se tratara —¿Qué clase de árbol es este?

—Se llama Parvate, es un árbol muy extraño y mágico, o eso dijo la maga del castillo — la voz cálida y firme de Sir Lancelot a la que ya estaba acostumbrada Amy, ya no le sorprendía o agarraba desprevenida, más que nada, porque ya podía sentir su energía presente en algún lado, cerca de ella.

Amy: Nunca había oído de él, es hermoso *sonríe mirando el árbol y sus flores*

Lancelot: ¿Es...hermoso por los tres colores de flores que posee? *detrás de ella mirando el árbol*

Amy: Sí, pero más por el brillo que suelta...esa luz propia en la noche... ¿No os parece agradable, Sir Lancelot?

Lancelot miró a Amy confundido, como si estuviera hablando con alguna indigente que se volvió loca; aunque parecía extraño, Lancelot no apreciaba ningún "brillo" en el árbol o en las flores, ¿de qué estaba hablando Amy?

Lancelot: Amy, yo no veo o aprecio alguna luz en las flores...

Amy quedó perpleja, "¿Qué castañas...?" pensó asustada, "otra vez...no puedo estar imaginando cosas". No supo qué responderle a Lancelot, alzó otra vez la mirada viendo el árbol muy convencida de lo que apreciaba, ¿Por qué percibe y ve cosas que otros no?

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora