Eterno [MLB] // Gabrinette.

Capitulo 5: 15 de febrero 1991

–Maestro–dijo Wayzz – ¿No está preocupado por la chica?

–No, mi viejo amigo.–respondió al mismo tiempo que ojeaba sus antiguos libros–Sé que volverá, solo necesita procesar todo.

–¿Pero y si se encuentra con personas con las que no debería? ¿Si cambia algo que pueda afectar la línea del tiempo? Inclusive el movimiento de una pequeña roca puede cambiar las cosas...

–Lo sé, lo sé...por eso debemos estudiar este evento lo más que podamos.

Preocupado, miró al reloj que se alzaba en una esquina.

Era un poco más de la una de la madrugada.

–Si tenemos suerte, podremos encontrar una forma de llevarla a su tiempo y sin que cause nada que pueda ser desastroso para el futuro.–se quedó unos segundos pensativo– A menos que...

Un sonido fuerte lo interrumpió.
Era Ladybug entrando por la puerta principal. Tenía una gran sonrisa, lo que lo hizo sospechar.
Se escuchó un pitido y su transformación desapareció.

Marinette y Tikki se acercaron al maestro.

Se inclinaron en forma de respeto.

–Discúlpeme por mi actitud, sé que usted sólo quiere ayudarme. Me comporté de forma infantil...

–Oh, nada de eso. Todos actuaríamos de la misma forma si estuviésemos en tu situación, pequeña.–cerró su libro sutilmente– ¿Eso significa que serás mi huésped este tiempo?

–Solo si usted me lo permite.

Fu asintió con la cabeza relajado. De esta forma podría controlar (aunque sea un poco) que los cambios no sean malos.

–Gracias maestro–habló Tikki.–Prometemos ayudarlo en lo que necesite.

–Exacto.–asintió Mari.

Suspiró.

–Supongo que estás cansada, puedes ir a dormir–dijo el anciano con tranquilidad.

Ambas volvieron a inclinarse y comenzaron a retirarse.

–Marinette –la llamó Fu.

–¿Si?

–¿Tuviste contacto con alguna otra persona además de mi?

Marinette pensó en el hombre al que había borrado la memoria, pero se negó a hablar de él. Podría contarle otro día sobre ello.

–Con Lord Paon–dijo tranquila– de hecho seré su nueva compañera. Vengo de hablar con él.

–Interesante–susurró tomándose la barba–Bueno, puedes irte. Mañana hablaremos con más calma.

–Gracias–le dijo y se retiró.

Cuando estuvieron solos Wayzz volvió a hablar.

–Maestro, no podemos permitir que sea su compañera, los cambios serán totalmente desastrosos...

–A menos que sea el destino–lo interrumpió.

–¿Destino, maestro?

–Si. Dime querido amigo, ¿qué día es hoy?