Eterno [MLB] // Gabrinette.

Capitulo 9

POV Marinette.

Estaba sentada, la luz era tenue y ningún sonido interrumpía nuestra concentración.

Tenía los ojos cerrados e intentaba controlar mi respiración.

Inhala, un, dos, tres, exhala, cuatro, cinco, seis...Inhala, exhala, inhala, exhala.

Pronto mis pensamientos dejaron de hacer ruido y me concentré en mi respiración.

Me concentré en el sonido grave del bombeo de sangre por mis venas y el sonido agudo de mi respiración.

Entonces olvidé todo, donde estaba, con quien estaba.
Solo era yo.

Los pensamientos y recuerdos venían a mí pero los sentía extranjeros. Como si pertenecieran a un tercero.
No me involucraba en ellos.

Entonces escuché una voz muy lejana.

–Muy bien, ahora debes buscar a tu amigo.

Dicho esto todo se difuminó y pronto la escena cambió.
Comenzaron a materializarse las paredes y el piso. Los adornos aparecieron al igual que las telarañas y el moho.

Conocía aquel lugar, y las personas en él.
Eran cuatro, todos con trajes y máscaras.

Entonces me enfoqué en los que estaban en el suelo.

El chico parecía muy malherido.

– Mi Lady –intentó hablar abriendo los ojos a penas.

–Shhh, ni hagas esfuerzos gatito, yo lo resolveré –habló la chica que lo acompañaba.

Ella tenía un aerosol en la mano y observaba toda la habitación.

Después de unos segundos lanzó su yo-yo hacia una lámpara antigua en el techo y se balanceó por la habitación.

Con una patada lanzó un candelabro hacia las escaleras; y con el impacto comenzaron a resquebrajarse y romperse.

En una fracción de segundos un hombre con traje morado cayó junto con los restos de madera al piso.

La chica de rojo se lanzó sobre el otro personaje, pero este último para protegerse comenzó a girar su látigo dibujando un perfecto círculo.

De pronto una luz comenzó a salir del círculo que había dibujado y la chica cayó en él.

– ¡Mi Lady! –corrió el muchacho herido intentando atraparla.

Ya era tarde, la chica fue tragada por aquella luz.

–¡Sus miraculous! –gritó el hombre saliendo de entre los pedazos de madera enfurecido.

Entonces un silencio se apoderó de la escena.
Ahora solo lograba ver lo que pasaba.

El hombre se acercaba en zancadas hacia su cómplice y comenzaba a gritar y mover los brazos.
Entre tanto el chico de negro hacia todo lo posible para ponerse de pie.

Comencé a preocuparme.

Cuando estuvo totalmente parado tomó su bastón y corrió hacia los otros intentando atacarlos.

Mi respiración volvía a agitarse.

–Tranquila–habló la voz lejana–recuerda controlar tus sentimientos.