Capitulo 11

6.6K 795 296
                                    

POV Marinette.

Despertar, ordenar, comer, llevar los encargos de maestro Fu, meditar, patrullar...

A eso se limitaban mis días. No importaba si fuese lunes o domingo, siempre lo hacía. Y lo hacía bien.

Inclusive conocía cada vez a más profundidad los principales clientes del maestro Fu.
Lady Vadona, una mujer gitana que tenía su pequeña tienda donde leía el futuro a la gente. Nahuel, un hippie que se dedicaba a la venta ilícita de drogas. Ayelén, una instructora de yoga. Y finalmente Monsieur Pierre, un anticuario.

Aunque también tenía otros clientes a los que visitar, estos eran los más fieles y concurridos.

El día de hoy debía visitarlos a todos ellos.
Primero pasé a visitar a Nahuel a un barrio poco amigable, me apresuré para llegar con Ayelén quien estaba en su tercera clase. Al terminar fui con Monsieur Pierre.

–Bonjour–lo saludé cuando sonó la campanilla en la puerta de su tienda.

–¡Oh Marinette! Bonjour, pasa pasa.–dijo animado.

Me acerqué al mostrador.
Saqué la caja de cartón de mi bolso y se lo entregué.

–Esta vez el gran señor Fu fue más rápido –dijo abriendo la caja y sacando una tetera antigua.–¿Sabes porqué le entrego estos objetos?–me preguntó mientras la acomodaba en una de las repisas.

–No–admití.

La campanilla sonó. Me giré y vi que una chica rubia venía de entrar a la tienda. Observaba las cosas con asombro.

–Buenos días–dijo con un tono amable.

–Bonjour, en un momento la atiendo–le dijo Pierre y luego volvió a girarse hacia mi– Todos los objetos guardan las energías y sentimientos de los que fueron sus dueños. Como anticuario todas estas cosas–dijo señalando a su alrededor– pasaron por muchas manos y por lo tanto guardaron muchas energías, a veces buenas, a veces malas. Lo que hace tu tío es limpiarlos y dejarlos de alguna forma nuevos.

Lo miré con asombro.

–Eso es increíble, Monsieur.

Él asintió con la cabeza y abrió su caja registradora.

Mientras contaba el dinero la chica rubia se acercó a mí.

–No hay objeto más hermoso que el que fue hecho con esmero y a mano –dijo con su voz dulce tomando un pequeño broche con una forma de mariposa al frente nuestro.

–Eso es cierto–dijo el anticuario –por eso amo los objetos antiguos, siempre son los más valiosos.

Asentí con la cabeza.

–Ten pequeña–habló tendiéndome el dinero. Lo tomé – dale las gracias a tu tío de mi parte.

–Lo haré Monsieur Pierre, hasta la próxima semana –me despedí.

Luego me giré hacia la chica y le di una sonrisa.

–Chau–le dije.

–¡Chau!–respondió emocionada.

Después de aquello salí de la tienda y me encaminé a ver a Lady Vadona.

Mientras tanto me quedé pensando en aquella chica.
Era realmente hermosa, cabello largo Rubio en una cuidada trenza, rostro amable y unos ojos verdes impresionantes.
Me puse celosa de solo mirarla.
No aparentaba ser mayor que yo, pero aún así me parecía realmente conocida.
Pensé en ello y llegué a la conclusión de que no podía ser posible porque no era pariente de ninguno de mis compañeros ni amiga de mis padres.

Eterno [MLB] // Gabrinette.Where stories live. Discover now