Capitulo 8

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Tres meses después.

¿Donde estará? Me pregunté mirando alrededor mío.

No detectaba ningún tipo de movimiento, ni una luz, ni un sonido.
París dormía y no parecía existir señales de vida de Ladybug.

Estaba extrañado.
Siempre llegaba a tiempo, a veces un poco antes. Por eso nuestro horario de patrullaje empezaba a las once de la noche.
Pero ya era la una y media de la madrugada y yo seguía solo, en la punta de la Tour Eiffel.

Bufé molesto y con mis abanicos volé por las calles vacías hasta llegar a una vieja casa con un letrero en chino en la puerta.
Me atreví a subir al techo y acercarme sutilmente al traga luz para observar la habitación de Marinette.
Evité hacer ruido por si se encontraba allí. De seguro me mataría por conocer su verdadera identidad, siempre se negó a que nos reveláramos al otro.
No comprendía porqué.

Así que cuando estuve cerca estiré mi cabeza para poder observar el interior sin ser visto.
Me sorprendí al encontrarlo vacío y con las luces apagadas.

¿Dónde demonios está?

Fruncí el ceño y salí disparado al cielo.
Esto no era normal en su comportamiento diario, y me estaba comenzando a preocupar.

Volé por todos los lugares donde alguna vez luchamos, busqué en las calles más concurridas y luego empecé a buscar en los monumentos.

Fui al Louvre, luego a Sacre-Coeur, y finalmente cuando pasé por Notre-Dame me encontré con una figura sentada en el borde de una de las torres.

Solté un suspiro al momento que me acercaba.
Cuando pisé el suelo de piedra ella ni se inmutó.

–Buenas noches, LordPaon.–dijo tranquila mirando el cielo.

–Por fin te encuentro–exclamé aliviado– ¿Porqué no viniste? Me dejaste solo esperándote por más de dos horas. Estaba preocupado...

–¿Preocupado? –me interrumpió –Nadie está preocupado por mi, no aquí.

No comprendí sus palabras.
Caminé hacia ella y me senté a su lado.

–¿A que te refieres?

–A nada, nada.–respondió.

Apreté los labios.

Estaba oscuro y no podía ver perfectamente pero me pareció ver que lloraba. Sus lágrimas brillaban con la luz de la luna.
Se me hizo un nudo en la garganta.

–¿Es-estás bien?–pregunté.

Ella negó con la cabeza.

–No, mi querido amigo, no estoy bien.

Levantó su mano y se secó las lágrimas.

–Ya va mucho tiempo que estoy lejos de casa.–Suspiró –Quiero volver.

–¿No puedes volver?

Negó con la cabeza.

–¿Porque no?

–No hay forma, es realmente lejos; y mientras más pasan los días menos creo ser capaz de lograrlo...

Eterno [MLB] // Gabrinette.Where stories live. Discover now