Capitulo 30

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POV Gabriel.

El frío penetraba mi traje haciendo que mis dientes castañetearan con más fuerza.
Abracé mis piernas con cuidado de no resbalar por el techo y el último pitido sonó. Mi transformación se deshizo y Buddhi apareció.

Se sentó sobre mi hombro.

–Gabriel.–dijo –Esto no puede seguir así.

Suspiré.

–Lo sé. Pero no puedo rendirme, Buddhi.

–Amigo, nada de lo que haces está funcionando. Ella simplemente no quiere verte.

Bajé la mirada al traga luz que siempre estuvo abierto para mí, ahora cerrado. No podía ver nada en el interior, pues ella puso una sabana para cubrir la vista.

Todo en mi dolía.Tragué saliva con dificultad.

–Debes buscar otra forma para hablar con ella.–continuó.–Porque venir y esperar, también está destrozándote.

–Lo sé, lo sé. Me lo dijiste muchas veces.

Apoyé mi mejilla sobre mis rodillas.

–Entonces hazme caso.

Cerré los ojos y a mi mente volvió su imagen. Tan suave, tan dulce, Marinette en mis brazos desnuda.

¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué hice mal? ¿Hice algo que pudo haberla molestado? ¿O simplemente no quería conocerme?

–Quiero entender...–suspiré.

–No lo harás no viniendo todos los días a tocar esa ventana, Gabriel. Ella no va a abrirte, ya no más.

No importaba cuantas veces le suplicara en su puerta o en las ventanas, ella nunca respondía. Todo estaba cerrado y no había posibilidad de entrar.
Ni siquiera sabía si ella estaba adentro a pesar de nunca haberla visto salir.
Era como si la casa estuviese deshabitada.

Saqué una manzana de mi bolsillo y se la pasé a Buddhi.

–Ten, amigo, repone tus fuerzas. Es la última.

–¡Qué bien!–exclamó – ¿Nos iremos cuando termine de comerla?

Asentí con la cabeza.

–Papillon ya debe estar esperándome.

–Pobre chica.–susurró– Te tiene mucha paciencia, debes tomarlo en cuenta y apreciarlo.

–Claro que lo hago, es mi amiga. La quiero mucho y se lo agradezco.

Buddhi mascó su manzana.

–Hablando de ella, el otro día me dio un consejo.

–¿Cuál?

–Romper la ventana y entrar a su casa.–dije mirando el tragaluz.

Buddhi se atragantó y comenzó a toser.

–No piensas hacerlo de verdad. ¿O sí?

Me encogí de hombros.

–Te prohibo rotundamente dañar la propiedad privada de Maestro Fu.

Bufé.

Eterno [MLB] // Gabrinette.Where stories live. Discover now