Eterno [MLB] // Gabrinette.

Capitulo 47

Maratón: capitulo 47/47🎺

POV Marinnette.

La lluvia caía sin cesar sobre los paraguas negros que se dispersaban.

El cementerio se vaciaba de gente famosa, de amigos y familiares lejanos que él alejó con el tiempo, preso del dolor.

Aún no puedo sacar de mi mente la imagen de Adrien cabizbajo, mientras el ataúd bajaba en la tierra.

No pude acercarme a él, no me atreví.

A su lado se encontraban una mujer pelirroja con lentes y un hombre musculoso. La asistente de su padre y su guardaespaldas, ellos eran lo único que le quedaba.

Así que solo lo observé con tristeza, sin lograr imaginar el dolor que sentía Adrien en ese momento: dolor, culpa, tristeza y enojo.

Dentro de poco cumpliría sus dieciocho años, los celebraría solo.

La lluvia siguió cayendo sobre mi cuando, más tarde, me acerqué a las sillas vacías y me senté sola.

Hace tiempo que todos habían abandonado el cementerio, pero yo no podía alejarme.
La gente no comprendería mis razones. Ellos no sabrían jamás lo que Gabriel significó para mí.
Ellos no sabrían que lo amé, y nadie lo haría jamás.

En mi interior sentía que unas púas me clavaban el corazón. Un nudo en mi garganta no me dejaba respirar bien, y los golpes en mi pecho no cesaban.

No creía que las cosas fueran a terminar de esta forma. No esperé que nada de esto sucediera.
Si no le hubiera borrado la memoria, posiblemente no hubiera sufrido tanto, y no hubiera buscado corromper a su Miraculous...

–Si no hubieras utilizado tu Memorian Damnum, posiblemente te hubiera esperado, no habrías recibido tu Miraculous puesto que no existía HawkMoth, y todo se hubiera convertido en una horrorosa paradoja.

Me giré sorprendida y me encontré con un hombre mayor, cabello canoso y un bastón. Maestro Fu.

¿Él me recordaba?
«¿Cómo es posible?» Me pregunté a mi misma, y como si hubiera leído mis pensamientos respondió:

– Después de que la mariposa fuese purificada y todo vuelva a la normalidad, también lo hizo mi memoria.–dijo sentándose a mi lado.

Sentí un calor en mi corazón.

Entonces abrió los brazos, y me sonrió dulcemente.
Respiré hondo y lo abracé con fuerza, dejando que las lágrimas cayeran.
Era liberador poder desahogarme, por fin.

Su abrazo era cálido, al igual que los que mi padre me daba en las noches que tenía pesadillas.

–Es triste que nos encontremos en estas circunstancias...–Habló sereno mientras mis lagrimas mojaban su hombro.

–Yo-yo intenté salvarlo.–tartamudeé aún sintiendo la culpa en mí.–Créame que lo intenté.

–Lo sé, Mari, lo sé.–habló dulcemente.–Pero no había nada que podías hacer. Tú Miraculous y el de Adrien son opuestos, pero al mismo tiempo se complementan. Lo que significa que no pueden afectar al otro. Tú no puedes reparar nada que su cataclismo destruya, al igual que él no puede destruir nada que tú hayas creado.