Capitulo 22

5.7K 680 407
                                    

POV Gabriel

Reí al ver mi estúpida expresión frente al espejo.

–¿Estás listo Buddhi?–pregunté ansioso.

Mi kwami terminó de comer su manzana y me miró.

–¿Porqué iremos hoy tan temprano?

–Porque tenemos que recoger a mi Lady antes de encontrarnos con Papillon.

Buddhi puso una mirada extrañada.

–¿Tu Lady?

Me volví hacia él y le sonreí.

–Si–dije orgulloso.

Aún no podía creer que el día de ayer haya correspondido a mi beso. Pensé que me empujaría o que me lanzaría algún golpe; pero no fue así.

–¿Crees que Papillon se ponga celosa?

Alcé las cejas.

–¿De qué hablas, Buddhi? Papillon es solo mi amiga.

–Ladybug también era solo tu amiga.

Negué con la cabeza.

–¿No te pusiste a pensar en porqué nunca apareció ayer?–preguntó.

Era cierto que nunca llegó, pero no me molestó, al contrario. De esa forma pude pasar más tiempo con mi Marinette a solas.

–Tal vez tenía algo importante que hacer.–dije.

–¿Gabriel, tú realmente eres ciego, o solo finges serlo?–preguntó –¿O es una característica humana?

Bufé. No tenía tiempo para descifrar los acertijos de mi kwami.

–Vámonos.–anuncié –¡Buddhi, transformación!

Cuando mi transformación estuvo completa salí por mi ventana y volé hasta llegar a la casa de señor Fu.

Al llegar aterricé en el techo y me acerqué a la gran ventana dispuesto a saltar y besarla, pero al escuchar una voces preocupadas me detuve.

Caminé lentamente y sin hacer ruido para escuchar lo que decían.

–Tranquilízate, Marinette –pidió Tikki.

–No puedo hacerlo, estoy preocupada.

–Ya lo sé, Mari. Pero no ganas nada con esa actitud desesperada.

–No entiendes, Tikki. Mi amigo está en peligro.–respondió nerviosa–¡Chat vuelve a estar en extremo peligro desde que llegué a París y el Libro no nos da aún ninguna respuesta!

«¿Quién es Chat?» me pregunté.

–Hay que darle tiempo a Fu, es difícil traducir ese libro.–volvió a hablar Tikki–recuerda que tiene más de cinco milenios de antigüedad.

Abrí los ojos sorprendido. ¿De qué libro estaban hablando?

–Pero no podemos seguir tardando tanto.–se quejó Mari– Si ese gato tonto llega a morir...–su voz era entrecortada–...no sé qué voy a hacer.

«Creo que espié demasiado» pensé y me acerqué a la ventana metiendo mi cabeza.

–Buenas noches, mi Lady.–Saludé sonriente.

Marinette dio un salto y luego cruzó sus brazos. En un segundo su rostro cambió ocultando su preocupación y me dedicó una hermosa sonrisa.

–¿Creo que no resolvimos el asunto sobre tu conocimiento de mi identidad, no?

Reí.

Eterno [MLB] // Gabrinette.Where stories live. Discover now