Let's play『Ben Drowned』

Capítulo 7 - Ben el enfadón

Después de limpiar mi casa de arriba abajo, me tumbé en mi cama, derrotada.
¿Y ahora qué podía hacer? Mi madre me había escondido el juego, no puedo salir, me han quitado el móvil, ¡no puedo hacer nada!

Mientras pensaba en nada coherente, alguien me habló.

-Qué chica más aburrida.

Arrugué mi entrecejo y giré mi cabeza hacia donde provenía aquella voz.

-Oh, sólo eres tú, Benito -dije, cansada.

No estaba cansada de él claro, sino de la limpieza y del aburrimiento.

-¡Te he dicho que no me llames así! -exclamó furioso.

-Lo siento, Benito, a veces olvido cosas -me disculpé mientras me sentaba en la orilla de la cama.

Él levantó una ceja, incrédulo.

-¿Sólo a veces? -murmuró.

-Hoy el tiempo dice que habrá tormenta -comenté desanimada, mirando desde la ventana las nubes que se estaban formando.

-¿Y qué? -preguntó Ben.

-Odio las tormentas -confesé.

Ben me miró.

-¿Te asustan? -preguntó con preocupación.

Le miré nerviosa.

-¡Claro que no! ¡no hay nada que pueda asustarme! -mentí.

No me gustaría que Ben supiera que temo a algo. En realidad, no me gusta que nadie lo sepa. Es algo que me resulta personal.

-¿Y qué hay de tu madre? ¿Y lo asustada que estuviste al verme por primera vez? -cuestionó Ben, intentando desmentirme.

-Mi madre es un caso aparte, y me asusté de ti porque eres feo -dije.

Al instante, mi almohada voló hasta mi cara.

-¡Deja de decir esas cosas! -exclamó.

-¡Jamás! -respondí y le quité el gorro.

-¡Oye! ¡dame eso! -reclamó realmente enfadado.

No sé por qué quería enfadarlo, supongo que su rostro a punto de sobrepasar la ira me hace bastante gracia.

-¿Me queda bien? -pregunté en forma de burla.

-¡No! -negó.

Corrí por todo el cuarto con el gorro puesto y cuando parecía que me había alcanzado, lo elevé.

-¡Já! Intenta cogerlo ahora -le puse a prueba.

Lo cierto era que verlo dando saltitos intentando llegar al gorro me pareció tan gracioso como adorable. ¡Esto era genial! Ya no me sentía aburrida.

Entonces, Benito demostró ser más listo de lo que pensaba y saltó de un segundo a la cama y alcanzó el gorro.

-Que sea la última vez, Ayleen -avisó.

Hice un mohín.

-Aburrido -dije.

-Tal vez tú te estabas divirtiendo, pero yo no -dijo Ben, realmente mosqueado.

¿Y ahora qué podía hacer? Ya le había hecho cabrear, y ahora no se me ocurría nada más.

De repente, mi madre abrió la puerta de mi cuarto.

-Aeryn, aquí está Rosie, se va a quedar contigo, ¿de acuerdo? -dijo mi madre y dejó pasar a la chica-. No seas borde con ella o recibirás un castigo -ordenó y se fue.