Let's play『Ben Drowned』

Capítulo 30 - Comida en «familia»

Antes de comenzar el capítulo, me gustaría agradecer a todas las personas que leen, comentan y votan mi historia —incluidas las otras novelas—. Incluso agradezco a esos lectores fantasma ;). Gracias a ustedes, pronto esta novela llegará a los 4k. Una vez más: gracias.
Y sin más demora, el capítulo.

«Lo siento, Ayleen».
Cualquiera podría decir que con un lo siento no se arreglaba ningún daño hecho, incluso yo soy de esa clase de persona que opina de esa forma, pero esta vez fue diferente. No lo sabría explicar exactamente, pero aquella simple frase fue bastante influyente para mí. Y fue la forma en la que la dijo, la entonación, donde descubrí que realmente se arrepentía de sus anteriores actos.
Pero claro, no soy de esa clase de persona que deja las cosas así de fáciles. No iba a darle un camino de señales y suelo llano para Ben, definitivamente no.

Me giré hacia él de nuevo, con mi ceño fruncido, haciéndole creer que aún estaba demasiado molesta.

—¿Lo siento, Ayleen? ¿me estás diciendo que realmente lo sientes? ¿sientes lo que yo sentí hace unos minutos? ¡Mientes, seguro! Eres un idiota, ahora vas a quedar fatal delante de mi madre cuando tengas que decirle que no somos nada —dije.

Ben sonrió.
¿Por qué mierda sonreía? ¿no se suponía que estaba arrepentido? ¡maldito traidor!

—¿Por qué crees que debería desmentir nuestra relación a tus padres? —comentó Ben, aún con esa sonrisa cínica.

—¡Deberías desmentirlo porque dijiste que lo sentías! —exclamé obvia.

Este chico me estaba irritando hasta la saciedad.
Ben se acercó hasta mí.

—Dije que lo sentía, pero definitivamente esto debe hacerse. ¿Acaso quieres decepcionar a tu madre?

No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Ben quería seguir con la farsa?
¿Así que sí, eh? Entonces va a ver qué es ser novia de Ayleen Shawn.

Sonreí y Ben alzó una ceja ante mi cambiante actitud.

—Está bien, Benito. Hoy seré tu novia —acepté.

Éste retrocedió.

—Espera, ¿qué estás planeando, arpía? —me preguntó, suspicaz.

Apreté mi mandíbula.

—¡¿A quién llamas arpía, idiota?! —me relajé—. Ya tienes lo que querías, haré el papel de tu novia, así que vamos antes de que se enfríe la comida —dije, arrastrando a Ben hacia mi casa.

El idiota de Ben no dejó esa sonrisita durante todo el camino hasta mi casa, y me pregunté seriamente si de verdad sentía algo por mí.
Como detestaba todo tipo de conversaciones amorosas entre mí misma, dejé ese pensamiento a un margen y me preparé para lo que llegaba: la fingida relación entre el idiota integral de Ben y yo.

Llamé a la puerta de mi casa y mi madre la abrió totalmente alegre.
La verdad era que hacía bastante tiempo que no la veía tan eufórica...

—¡Bienvenidos a casa, parejita! La comida está recién hecha. Adelante, adelante —dijo mi madre, avergonzándome terriblemente ante mi pare... quiero decir, el tonto de Ben.