Capítulo 23 - Golpes

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-¿Cómo decís? Yo no pienso ser el juguete de nadie -dijo Ben.

Un chico el cual tenía un piercing en el labio inferior, empezó a empujar a Ben.

-Eres como una niñita -rió el chico.

-Deberías dejar de hacer eso -respondió Ben, tranquilo.

-¿Y qué vas a hacernos? -atacó un chico que vestía con una chaqueta vaquera.

De repente, el chico restante, puso su vista en mí y me tensé.

-Pero mirad qué suerte, hoy podremos divertirnos el doble -comentó este chico y yo retrocedí hasta que caí a causa de una lata en medio del camino.

De repente, Ben corrió hasta ese chico y le empujó tan fuerte hasta que le hizo caer.

-A mí podéis hacerme lo que queráis, pero a ella no le podéis tocar -defendió Ben, posicionándose frente a mí, protectoramente.

Me sorprendí ante aquél gesto.

-Chicos -dijo el niñato que llevaba el gorro y sus amigos sacaron sus armas. Éstas eran navajas o palos de tubería. ¿Enserio?- te vamos a enseñar a no meterte más en nuestro camino.

Los chicos se acercaron hasta Ben y, rápidamente, agarraron los brazos de él, haciendo más posible los golpes.

El chico del gorro empezó a golpear a Ben en el estómago, haciéndole gemir de dolor.

-Eres un estúpido niño mimado y bajito -rió el chico del gorro, quien parecía ser el líder de la banda.

De repente, odié el comentario que ese chico le hizo.
Nadie llama bajito a Ben... excepto yo.

-¡Eh, matón! -exclamé y todos se giraron para verme- ¡más te vale dejarle en paz! -exclamé.

El chico empezó a reír.

-¿Por qué? ¿porque me lo dice una niñata como tú? -preguntó con ironía y siguió riendo-. Pues mira cómo hago lo que me sale de toda la... -dijo, y golpeó con más fuerza a Ben.

Se acabó, hasta aquí llegó mi paciencia.

Corrí hasta el matón del gorro y le di con la punta de mi zapato en toda la punta de su...
Mientras éste se retorcía de dolor, me encargué de los demás.

-¡No te atrevas a acercarte! -dijeron, mostrándome sus navajas.

Al ver que estaban más ocupados por que yo me acercara a ellos que a su víctima, miré fugazmente a Ben y éste me comprendió a la perfección qué quise decir con la mirada.
Rápidamente, Ben pudo salir del agarre de los matones y les hizo una zancadilla, haciéndoles caer y sus navajas se deslizaron hasta estar fuera del alcance de los tres chicos.
Agarré rápidamente las navajas y apunté hacia los cuatro.

-Fuera de aquí ahora mismo si no queréis que se forme un charco hecho por vuestra sangre -amenacé, y los cuatro corrieron en dirección contraria.

Bueno, al menos había dejado al «líder» del grupo sin posibilidades de ser padre. Di no a la superpoblación.

Ben me miró sonriente y yo le miré también.

-En verdad hacemos un buen equipo. ¿Qué te parece si formamos un equipo para combatir el mal de este sucio mundo? -preguntó Ben.

Este chico estaba cada día peor.

-Porque si hiciésemos eso, tú serías el primero en estar en peligro -respondí.

...

Una vez llegamos a la puerta de mi casa, Ben empezó a actuar extraño y nervioso, lo cual me pareció algo confuso.

-Ayleen -dijo, antes de poder abrir la puerta de mi casa.

Me giré hacia él.

-¿Ocurre algo? -pregunté.

-Me lo he pasado bastante bien, excepto cuando aquellos matones empezaron a golpearme, claro, pero omitiendo ese momento, todos han sido perfectos -dijo.

Sonreí entusiasmada.

-Mi momento favorito fue cuando tuve que hacer cola para el baño. Benditos tres minutos que estuve sin ti -mentí.

Ben pareció entristecerse y le puse mi mano en su hombro. Al parecer, se lo había tomado como algo real.

-Ben, sólo bromeaba -confesé.

Ben empezó a reír y yo arrugué el entrecejo. Desde luego, este chico no sabe ni lo que quiere en cuanto a sentimientos.

-Yo también mentía -dijo riendo.

Le di un golpe en el estómago, por idiota, hasta que recordé que ahí fue donde le pegaron aquellos matones.

-¡Lo siento, Ben! -dije, honestamente arrepentida, mientras él se frotaba el lugar.

-No tiene importancia -dijo.

Sonreí, mirándole a los ojos.

-Oye, Ayleen, ¿qué opinas sobre... los besos en la primera cita? -preguntó nervioso.

-Que son una equivocación -respondí rápidamente y abrí la puerta de mi casa para entrar en ella.

Noté las pulsaciones de mi corazón siendo más altas de lo común.
No podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Ben quería un beso? ¡Ni en broma se lo daba! Estaba claro que no quería un beso suyo; entonces, ¿por qué me sentía así de mal tras habérselo negado? Obviamente, porque le hice sentir triste. Claro, debía ser eso.

Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación, tratando de no hacer mucho ruido, pues mis padres ya estaban dormidos.

Una vez penetré mi habitación, me asusté al encender la luz.
Ben estaba parado frente a mí. Tenía el rostro triste y eso me rompió el corazón, para ser sincera.

-Ben, ¿qué haces...?

-Ayleen, tengo que decirte algo bastante importante -me interrumpió, hablando serio.

Abrí mis ojos con sorpresa.
¡No podía ser! ¿iba a declararse? ¿pensaba decir que me amaba? ¿me dará ese beso el cual le acababa de rechazar?
Me sentí bastante nerviosa de repente y todo mi cuerpo empezó a temblar cuando le vi acercarse a mí.
Se puso de rodillas y tomó aire.
¡No podía creer lo que iba a hacer!

-Ayleen -dijo, mirándome a los ojos, y noté un revoltijo en mi estómago-, ¡dame algo de comer, rápido! No comí nada desde ese helado y a estas horas no hay nada abierto -lloriqueó como un niño de cinco años el cual pide una piruleta.

No lo podía creer. No lo podía creer... ¡definitivamente no lo podía creer! ¡este chico es el mayor idiota que he conocido en toda mi vida! Y yo como una tonta pensando que se declararía.
Le miré con cara de pocos amigos y empecé a apretar mi mandíbula.
Ben pareció sentir miedo ante mi expresión.

-Voy a contar hasta tres para darte ventaja y puedas correr -avisé.

-¿Qué hice ahora? -preguntó, asustado.

-Tres -dije, y empecé a asestarle puñetazos.

-¡No contaste hasta tres, mentirosa! -exclamó mientras intentaba cubrirse.

-¡Prefiero ser una mentirosa a ser una bastarda como tú! -exclamé, acalorada.

-¡No entiendo qué hice mal!

Sabía que sería imposible que Ben y yo no acabásemos peleando hoy.

Let's play『Ben Drowned』Where stories live. Discover now