Capítulo 15 - Ben, el hijo perfecto

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Algo me decía que Ben y yo jamás podríamos llevarnos bien, ¿y por qué? ¡por que él no aportaba su granito de arena! El muy jodido espantó mi cita y de una forma muy poco usual.
Ben me la había jugado varias veces, por lo que esta vez prepararé una venganza bastante vengativa. Bueno, tal vez esa frase no era lo que se dice «correcta», pero yo me entiendo.
Benito Peters, acabas de tropezar con tu peor piedra.

Sólo tenía una pequeña duda... ¿qué clase de venganza se le puede hacer a un fantasma?
Ser ignorado, sería normal. Bueno, ello suelen ser ignorados la mayor parte del tiempo.
Golpearle, sería una gran pérdida de tiempo pues puede hacerse invisible cuando le plazca y así no sentir nada.
Entonces... ¡no tenía ninguna venganza!
Bueno, suelen decir que una venganza bien preparada se sirve en un plato frío, así que me tomaré mi tiempo para pensarlo bien. Por el momento, haré como que él me sigue cayendo bien y así alejará sus sospechas o dudas.

Caminaba sola por el bosque, en busca de la maldita salida la cual no encontraba.

—Esto es una mierda —musité.

—¿Buscas la salida? —preguntó Ben.

—Estoy encontrando la salida. Ya lo tengo más que conseguido —dije, haciendo énfasis en la palabra «encontrando». No quería que este idiota me molestase más.

—¿Ah, sí? Entonces, ¿por qué vas en dirección contraria? —preguntó con superioridad.

¿Así que iba en dirección contraria? De todas formas, no le haré saber que me equivoqué.

—Sólo estoy dando una vuelta por el bosque —me giré bruscamente hacia él—, ¿o tienes algo en contra de eso? —pregunté furiosa.

Él se asustó, o eso me pareció ver a mi.

—Se queja de su madre y ella es exactamente igual... —musitó Ben.

Apreté mi mirada y me giré poco a poco hacia él.

—¿Dijiste algo? —pregunté con ira.

Él levantó sus manos con inocencia.

—He estado callado —se defendió.

Me calmé y miré tras de él.
Si yo iba en dirección contraria, entonces debía timar otra dirección. Y esa dirección era la contraria.
Lo , soy muy inteligente.

Caminé en dirección contraria y Ben me llamó.

—Ayleen —dijo.

Cansada, me contesté.

—¿Qué quieres ahora, pesado?

—Por ahí no es la salida al bosque. En realidad ibas en dirección correcta —dijo, y sonreí nerviosa.

Me volví a girar hacia él.

—Escuchame, pedazo de idiota engreído... —empecé a decir, cabreándome.

—Cálmate, Ayleen, tan sólo quería estar seguro sobre cuándo me mentías... —me interrumpió, como si aquellas palabras arreglaran su confesión.

—Te vas a enterar —dije, ciega de la ira y el cansancio. A la mierda la venganza. Voy a hartarle de hostias hasta que cumpla mayoría de edad.

Empecé a correr en dirección a él y, por injusticias del destino, tropecé con una rama y me lastimé el pie.
Fue un dolor tan agudo el que sentí, que supe al instante que se trató e un esguince.
No era la primera vez que me hacía uno.

—¿¡Estás bien!? —preguntó una voz la cual se acercaba a mí.

—Estoy perfectamente. ¡Aparta! —le dije—. Voy a hacerte... —intenté ponerme en pie, pero fue imposible. Mi pie no podía doblarse.

Let's play『Ben Drowned』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora