Capítulo 13

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NARRA LAURA

Ya ha pasado una semana, y nos encontramos en sábado. No ha pasado nada interesante esta semana, se ve que aquí toman muy en serio lo de no suspender.

Así que tras pasarme la semana aburrida en estas cuatro paredes a las que llaman habitación, decidí hablar con Carla por Skype.

Le he contado todo lo que me pasó, incluso lo de Nick. Claramente, se lo conté cuando estaba sola en mi habitación. Y como era de esperar, soltó la típica frase de "Aquí hay tema, pero vamos" y "Este quiere tema".

Son las once de la noche y quiero hacer alguna trastada. Tengo algo pediente desde hace una semana.

Mar ya está dormida, por lo que no me va a poder ayudar.

Os explico: voy a hacer una pequeña visita a mi clase, aún me tengo que vengar de Lisa.

Cojo todo lo necesario y salgo de mi habitación sin hacer mucho ruido.

No hay nadie en el pasillo, así que salgo corriendo hasta llegar a fuera. Una vez en el exterior, me dirijo al edificio en el cual están las clases. Pongo una mano en el pomo de la puerta y lo giro.

—Mierda, tenían que cerrarlo justo hoy.

Tras intentar abrir la puerta de diferentes maneras, me rindo. Tengo que encontrar la puta llave.

Voy al edificio central, y me acerco sin que me vean a la mesa de Sofía.

Mierda x2.

Sofía está ahí sentada, no me puedo arriesgar a que me vea. Tampoco puedo pedirle la llave, porque está al tanto de mis castigos y sabe que no haría nada bueno con ella a estas horas de la noche.

Necesito ayuda.

Me alejo y le mando un mensaje a Ale, supongo que estará despierta.

La llave del edificio de las clases ¿dónde esta?

Tras unos largos minutos me responde

No estoy segura, pero creo que la tiene Sofía.

¿Y no hay otra copia?

Ni puta idea, pero creo que-
¿Que piensas hacer, loka?

Voy a limpiar las clases, para eso quiero la llave.

No me apetece escuchar tus sarcasmos.

Pues te aguantas.

Ahora te jodes y le pides ayuda a otra, bebé.🖕🏻😇

Ale, no te cabrees que necesito ayuda, plisss.

Y la muy capulla me deja en visto.

En fin, me las tendré que arreglar yo sola.

Doy una vuelta alrededor del edificio en el que quiero entrar, pero no hay más puertas que la que está cerrada con llave.

Tras dar varias vueltas, suspiro y me siento en la hierba. Refresca un poco, sólo llevo un pantalón corto y una camiseta de manga corta. Me abrazo a mi misma en un intento de subir mi temperatura corporal.

Me fijo en el cielo. Aquí se ven muy bien las estrellas, y eso es algo que me encanta. En Madrid no se ve nada por la puta contaminación y cuando voy a mi pueblo en el norte de España, se ven genial.

No me tientes, Álvarez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora