Capítulo 23

7.2K 322 30
                                    

NARRA NICK

Durante unos diez minutos, persigo a Laura por el centro de Marbella. Poco a poco nos vamos alejando de éste, creo que ni ella misma sabe a dónde va. No se ha parado a comprobar si alguien la está siguiendo, pero por si acaso, he dejado bastante distancia entre nosotros. Está lloviendo bastante, y como Laura siga alejándose, acabaremos empapados.

Exhausta, para en un semáforo. Inclina su cuerpo hacia alante, apoyando las palmas de sus manos en las rodillas, cuales están flexionadas. Hago un esfuerzo sobrehumano para no quedarme embobado viendo su culo. Me acerco a ella y le tapo la cabeza con mi chaqueta de cuero. Al no notar la lluvia cayendo sobre ella, levanta la cabeza.

—¡Joder, lárgate! —grita entre jadeos. No me extraña, con la carrerita que se ha pegado yo también estoy así.

—Laura, está lloviendo, es mejor que vayamos a algún lado antes de que esto se ponga peor —digo, indicando que yo tampoco voy a dar el brazo a torcer. No siempre tiene que salir ella victoriosa de las situaciones complicadas.

Porque antes de que ella llegara, yo también salía ganando. Y lo seguiré haciendo.

Me mira irónica con una ceja elevada.

—Tienes mucha Marbella que ver, así que ya sabes. Fuera de mi vista —espeta.

Se cruza de brazos, pero no para retarme, sino para darse calor a sí misma. Porque la muy tonta se dejo la sudadera en el Mc Donalds, y lleva una fina camiseta blanca de adidas. ¿Qué tiene esta chica con las camisetas de manga corta?

Con mi semblante serio, me acerco hasta ella y la rodeo con los brazos. Apoyo ligeramente mi barbilla sobre su mentón, sin hacer fuerza, formando algo así como un roce cariñoso. Soy un poco más alto que ella, la verdad es que para ser una chica mide bastante. Inspiro su aroma, me encanta su olor a vainilla. Laura se tensa ante mi acto, pero como no me aparta no digo ni hago nada.

Mierda. De repente, la lluvia cae con más fuerza que hace unos momentos. ¿Sabéis cuando está lloviendo bastante pero de golpe empieza a llover como si no hubiera un mañana? Bien, pues en ésas estamos.

Me separo de ella, y antes de que diga nada, la cojo por la muñeca y la arrastro conmigo. Avanzo por la calle intentando no resbalar con los grandes charcos que se han ido formando. No tardamos mucho en encontrar cobijo, había un sótano abandonado con la puerta semi abierta.

Entro en él con Laura detrás mío, y cierro al puerta ya que aquí el agua no tarda mucho en ir subiendo de nivel hasta poder inundar totalmente las calles. Doy una patada a una caja de cartón vacía.

Y claro está que no podremos salir de aquí hasta que pare de llover. Si decide para de llover hoy.

Busco sus ojos azules en la penumbra del sótano. Cuando los encuentro me doy cuenta de que me estaba observando. Laura está tiritando. Me quito la chaqueta y se la lanzo, la coge al vuelo, como si todo esto estuviera ensayado. Primero me mira confusa, pero no tarda en pillar la indirecta y ponérsela.


NARRA LAURA

Nick se sienta en el suelo, apoyando su espalda contra la pared. Le doy la espalda y meto las manos en los bolsillos calentitos de su chaqueta de cuero negra.

Joder, aunque no se lo diga, agradezco que me la haya dejado. Soy de esas personas que suelen coger los resfriados muy rápido y me duran bastante, y es una mierda. El pobre se ha quedado solamente con su camiseta gris, la cual le remarca los bíceps. Y aunque soy consciente de que no es el momento adecuado para decirlo, lo comento y punto.

No me tientes, Álvarez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora