Capítulo 14

8.7K 374 44
                                    

NARRA LAURA

Abro la puerta sin hacer mucho ruido y entro. Arrimo la puerta, pero no la cierro con llave. Voy avanzando por el pasillo hasta llegar a mi destino, mi clase.

Allá vamos.

Me acerco al pupitre, abro la mochila y busco la bolsa de plástico transparente. Vierto su contenido en la silla y en distintas partes del pupitre. Antes de hacer todo esto, me pongo guantes, qué asco. Saco el pegamento y hago una masa que me enseñó Carla. Después lo cubro todo con pintura del color de la silla y del pupitre para que no se note la diferencia.

—Perfecto, mañana va a ser un día muy interesante.

Con una sonrisa de satisfacción, salgo de esa aula y recorro el pasillo. Paso por las taquillas, y se me ocurre un idea. Voy hasta su taquilla y la fuerzo con una horquilla. Si hay algo que he aprendido sobre las taquillas y las cerraduras, es que después de haber sido forzadas por primera vez, luego es mucho más fácil abrirlas.

Tras varios minutos y intentos, lo consigo. Abro la taquilla y un intenso perfume impacta contra mi cara. Aparto el aire con mi mano y busco algo interesante. Me quedo con un par de cosas. Antes de cerrarla veo que en un lateral de su interior hay unos números escritos a rotulador negro:

«2325»

—¿Qué mierdas significa ese número? —pregunto en voz alta.

Cierro la taquilla y compruebo que no se puede abrir sin la horquilla. Bien, no habrá sospechas.

Cierro la primera puerta por la que entré y me dirijo a mi habitación.

(...)

NARRA MAR

Ale y yo estamos realizando hipótesis sobre qué estara haciendo Lau. Tras su entrenamiento se fue corriendo a no sé dónde, iba con una mochila. Ale la está llamando con el móvil, pero no contesta.

El domingo también se largo por la noche, y ayer pasó lo mismo. Como haga esto muy a menudo, me voy a desesperar buscándola.

—Hola zorras —Laura entra en la habitación sonriendo orgullosa, como un niño que recita bien el abecedario y le dan un premio.

—¿Donde coño estabas? No puedes largarte así sin más, Laura —Ale levanta el tono de voz más de lo que debería.

—Bueno, tranquila mami —Laura le hace la burla y Ale le enseña su dedo corazón.

En serio, parecen dos niñas de seis años peleándose.

—Dejar de hacer el subnormal durante dos minutos, por favor —entro en la conversación antes de que sea demasiado tarde y empiecen a perseguirse como lo hiceron ayer—. ¿Qué estabas haciendo?

—Nada importante, un asunto pendiente —deposita su bolsa en el suelo y se tira a la cama.

—¿Qué tipo de asunto pendiente? —Ale enarca una ceja.

—Ahhh —Lau alarga la vocal y alza ambas cejas, dejándonos con la duda—. Tendréis que esperar hasta mañana, como el resto del internado.

—Lauu —suplico—, por lo menos una pista. —Hago un puchero y ella pone los ojos en blanco divertida. Le gusta hacerse de rogar.

—Sólo os diré que tiene que ver con la apuesta con Lisa.

—¿Esa sobre quién es capaz de conseguir más gente que os apoye y ser la más conocida el mes que viene? —hago memoria sobre lo que pasó ayer después de que saliesen corriendo y en pijama.

No me tientes, Álvarez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora