Capítulo 2: Un día juntos. 😍

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    —¡Por fin regresas! —exclamó Rowan, estaba muy emocionada por la llegada de Ryan.

    —Sólo fueron cuatro años —la abraza—, no es para tanto —ríe viendo como Rowan lo mira con cara de asesina. 

     —¡Los años más largos de toda mi corta vida! —vuelve a levantar la voz. Se puede notar mucho la falta que Ryan les hacía a todos. Él era crucial en la vida de todos sus amigos, y en especial, en la de Rowan.

    —¿Dónde está Arnold? —pregunta Sabrina, mirando a Bella.

    —¿Arnold...? Eh... —se puede ver como su rostro cambió—. Se fue a estudiar al extranjero.

    —¿Qué? —le dicen Ryan y Sabrina al unísono— ¿La universidad?

    —Sí —seca una lagrimita que acababa de caer por su mejilla derecha—. Se fue hace un mes. Nos despedimos justamente aquí.

    —Yo estaba también, y fue muy doloroso para ambos —abraza a Bella, pero mira a Ryan—. Y efectivamente, para todos fue doloroso.  

      —Ni siquiera quiero imaginarme —Ryan observa que todos están tristes y decide cambiar de tema—:  ¿Quieren ir a mi casa?

      —Buena idea —responde Henry. 

      Fue inesperada la noticia de que Arnold, y, efectivamente, les dolió recordarlo. Todos iban rumbo a la casa de Ryan y Sabrina, querían pasar un buen rato juntos. Ryan pudo nota lo cambiada que estaba Rowan, un poco más alta, el cabello aún más rubio, y los ojos notoriamente azules. Bella, quien era la mejor amiga, confidente y casi hermana de Rowan, también ha cambiado bastante, su cabello está más rojo que antes, y por si fuera poco, su cara está más hermosa.

      —¡Qué cambiada estás, Saby! —dice Rowan mirando detenidamente a Sabrina por unos instantes.

      —Sí, ha crecido bastante —responde Ryan, mirando a amabas (no me pregunten cómo demonios hace).

      —Tú también has cambiado demasiado, Ryan —opina Bella, apartando la mirada de la TV para observarlo, quien se encuentra al lado de Henry.

      —Na, no seas exagerada —se sonroja un poco al responder—. Sólo me creció el pelo, nada más.

       —Pareces un hombre lobo —se burla Henry—. ¡Hasta barba tienes!

       —Algo que tú no tienes —se ríe Sofía, quien, sorpresivamente, acababa de entrar por la puerta principal—. Pareces a Edward, el de Crepúsculo.

        —¡Sofía! —se alegran todos al verla—. ¿Cómo sabías que estábamos aquí? —pregunta Rowan.

        —Pues, pasé en el auto con papá y miré. Me pareció raro ver el auto de Henry afuera.  

         —Ah, conque era eso...  —dice Rowan antes de ser interrumpida por Sofía.

         —¡RYAN, SABRINA, HAN VUELTO, ¿CUÁNDO?! —grita de forma que todos los que estaban en el vecindario (y probablemente, el país) la oyeron.

          —Acabamos de llegar, Sofía, pero baja la voz —Ryan tapa su boca con las manos—. Creo que despertaste a Donald Trump.

 En la noche no hubo más que abrazos. Recordando viejos momentos. Se extrañaban, ellos pensaban que el día nunca iba a llegar, pero llegó. Ryan y Sabrina regresaron. Por fin. Ellos decidieron pasar la noche en casa de Ryan. Rowan, Bella, Herny, Sofia, y obviamente, Sabrina. Dormirán Bella, Sofía, Rowan y Sabrina en una habitación, y Henry y Ryan en otra. 

         —Descansa, mi amor, buenas noches  —quiso decirle Rowan a Ryan casi cuando se acostaban.

         —También descansa, mi dulce niña —respondió Ryan, dándole un beso de buenas noches.

Lo increíble de todo, es que ello se seguían tratando igual, como si nunca hubiese pasado nada. Él amándola, y ella amándolo. Dos personas destinadas a estar juntas. A vivir juntos. A pasarla bien estando el uno con el otro. ¿Quién se interferirá? Piensan ellos. Nadie, mientras son felices, nadie interferirá en su relación, que según ellos, durará para siempre. La noche llegó y ellos se acostaron a dormir. El día fue largo, hicieron de todo juntos. Henry le recordó a Ryan que aún no era pareja oficial de Rowan, él le respondió que está buscando la manera y el momento más adecuado. Pero nadie duda que algún día ellos serán uno solo. Empezada la mañana, todos completamente asombrados, ven a Rowan despierta, preparando el desayuno.

         —¿Tú no tienes tu propio chef? —pregunta Henry, jugando con un vaso de porcelana vacío.

         —Sí, pero siempre he cocinado —responde muy sonriente—. Mi mamá me enseñó antes.  

       Todos se quedaron callados, fue como si ella hubiese puesto un cartel que diga "silent" en la boca de todos. Rowan odiaba hablar de su pasado con su mamá, y todos lo sabían... menos Ryan y Sabrina. Él nunca quiso mencionar el pasado de ella, porque pensaba que se vería muy atrevido. 

          —¡La comida estuvo deliciosa! —exclama Ryan levantándose de su silla, y entregándole el plato a Rowan. 

          —Como tú... —murmura Rowan, sin dejar que nadie la escuche...

          —¿Dijiste algo?  

          —Eh... —sus ojos azules se abren del susto—. ¡Qué no le eché «batatú»!

          —¿Qué es «batatú»? 

          —¿Qué hora es? —pregunta Sofía de repente, al entender las señas que le hacía Rowan.

          —Son las once de la mañana  —Responde Henry, y luego quita la mirada del reloj—. ¿Ya te vas?

           —Eh, sí. Tengo que ir al centro de información.

Luego de irse Sofía, y de que Henry la llevase. Rowan, decidió irse también, porque sería muy extraño si su padre -quien Ryan y Sabrina aún no habían visto- se preocupara. Él había pensado en mañana empezar a hacer pruebas en las diferentes universidades de Manhattan, junto a los demás, claro está.


























ROWYAN | Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora