Capítulo 19: Roce entre dos viejas conocidas. 🤬💥

111 14 6
                                    

Ryan le informó a Henry que Adalia Glücksmann iría al hotel, de visita. Henry le había respondido que se avecinaba algo muy grande. Después, Ryan se dirigió a dormir. Había sido un día larguísimo, no solo para él, sino para todos. 

Lo único que despierta al chico de lentes cuadrados, es el frío viento que entraba por la ventana de su habitación. Después de cepillarse los dientes, se dirige al comedor. Bella y Sofía estaban preparando el desayuno.

    —Buenos días, chicas  —dijo Ryan. Entró a la cocina y abrió la nevera.

    —Buen día, Ryan  —contestaron al unísono. La pelirroja continuó—: ¿Ya sabes que Adalia vendrá dentro de unas horas?

     Ryan resopló. Era un infierno tan solo pensar en que Adalia y Rowan se volverían a encontrar. Aunque él esperaba que, en este día, todo se resolviese y reinara la armonía.

     —Espero que no pase nada malo  —comentó él, casi inaudible, pero ambas lo oyeron—. Me encantaría que, de una vez por todas, empezaran a tratarse bien.

     Sofía rió por esto. Todos saben perfectamente que Rowan jamás se llevará bien con Adalia, y todo por culpa de Ryan.

    —Eso no creo que suceda  —objetó Sofía, friendo los huevos—. Adalia tiene intenciones de seducirte cada vez que te ve. O bueno, es lo que Bella me ha comentado.

     Bella asiente, con la cabeza y con el dedo pulgar, desde el comedor. Ryan ríe.

Se oye el ruido de una puerta cerrando. Henry se dirigía al lugar donde estaban los demás, excepto Rowan que aún dormía. Se sentó y sacó su smartphone.

    — ¿Es normal que Adalia tenga ciento veinte mil seguidores en Instagram?  —pregunta el chico que recientemente se sentó—. Ah, buenos días a todos.

     Bella objetó que ella tenía cien mil hace una semana, y los demás se sorprendieron aún más. 

Eran las nueve de la mañana; Adalia había informado que iría antes de las doce, para ayudar con el almuerzo. Un gesto que Sofía y Bella agradecieron (y que, seguramente, Rowan no).

    — ¿Extrañas a Sabrina, Ryan?  —le pregunta Bella, sentándose al lado de él en la mesa del comedor.

    —Por supuesto. Es más, debería marcarle ahora mismo. Creo que ya debe estar en casa. 

     Sabrina, quien ya había cumplido los catorce años, cursaba la secundaria en New York; quedándose junto a la hermana menor de su mamá.

     — Hola, ¿tía Morgana?  —saludaba Ryan a través del celular—. ¿Me pasas a Sabrina, por favor?

     —Hola, Ryan  —imitó Morgana, la tía de Ryan—. Espera un segundo, está cambiándose.

Mientras Ryan esperaba a que Sabrina tomara el celular, sonó el timbre del hotel. Henry abrió los ojos y dirigió la mirada a su mejor amigo: Adalia estaba ahí. 

Sofía se dirigió a la puerta, le abrió y la hizo entrar. La chica de cabello negro azabache agradeció dicho gesto y pasó a sentarse en un sillón del lobby. En ese preciso momento, Rowan salió del dormitorio de Bella. La dueña de la habitación corrió hacia donde se habían encontrado Rowan y Adalia, para evitar cualquier malentendido. 

    —Parece que ya se conocen, ¿no?  —fue lo que se le ocurrió decir a Bella.

     La cara de Rowan lo decía todo, pero la chica rubia recién levantada se dirigió al comedor, dejando solas a Bella y Adalia.

Ryan veía todo desde lejos, aún con el celular en su oreja. Le estaba contando todo lo que pasaba a Sabrina. Ella estaba disfrutando todo desde su lejanía.

    —Era lo que siempre quise  —comentó la hermana de Ryan—: Otra chica que asumiera el rol de mala en esta historia. ¡Gracias por oír mis oraciones!

     Esto a Ryan no le parecía chistoso. Debía encargarse de Adalia ahora mismo. Decidió colgarle.

Henry le preguntó si debían estar todos juntos en el lobby, Ryan respondió con un movimiento arriba-abajo de cabeza. Henry lo siguió. Al llegar, se sentaron al lado de Bella.

    —Hola, Adalia  —saludó Ryan, intentando ser distante—. Esperaba verte un par de horas más tarde.

     Adalia devolvió el saludo, posando una hermosa sonrisa. —Estaba por aquí cerca, y quise pasar de una vez. Además, ya es casi hora de almuerzo.

     Sofía, quien estaba cocinando, abrió los ojos porque apenas estaba sirviendo el desayuno.

    —Sí, tienes razón  —dijo Henry, después de haberla saludado correctamente—. Ya casi es hora de almorzar. —El chico dirigió una mirada pícara a Sofía. 

Rowan entra en escena: pasa al lobby y se sienta al lado de Ryan. Saluda algo hipócritamente a Adalia y, después, abraza a Ryan. La chica que está de visita se empieza a incomodar.

    — ¿Cómo te está yendo en la universidad, Rowan?  —pregunta Adalia, como para intentar borrar el morbo. 

    —Excelente, gracias por el interés. ¿Y a ti cómo te está yendo?

    —Contando que estudio con Ryan, que es un plus maravilloso, me va perfectamente hasta ahora.

     Ryan se sonrojó y miró a Henry. Este le hizo un gesto de miedo; también le hizo señas para que revisara su celular. Ryan le hizo caso.

     Henry, cabeza de televisor: Un placer haberte conocido, mi amigo.

     Ryan rió por lo bajo. Eran palabras sabias de su mejor amigo.

Hubo un silencio incómodo de tres segundos. Adalia se encargó de romperlo:

     ¿Cuándo volveremos a cenar juntos, Ryan?





ROWYAN | Temporada 2Место, где живут истории. Откройте их для себя