ROWYAN | Temporada 2

Capítulo 35: Entonces, murió. ☠️

Había pasado una semana de la impresionante desaparición de Bella, y aún no se sabía el porqué o el cómo. Ryan cumplió con informarle a todos sus amigos y los familiares más allegados a la pelirroja, y todo se hizo viral en cuestión de minutos. Los Riffman acudieron rápidamente a la policía y estos emprendieron una investigación sobre el extravío de la chica. Ryan, Rowan, Henry y Adalia fueron los principales cuestionados ante todo esto.

     — ¿Cuándo fue la última vez que vieron a Bella? —preguntó el, creo, detective. O quizá no era un detective, pero suena más atrayente si lo llamamos así.

     Ryan contó que la última vez que supo de ella, fue en la mañana del mismo día en que se marchó. Pero también añadió que nunca creyó que Bella tuviese intención de hacer eso. Ella era una chica muy fuerte emocionalmente, incapaz de dejarse derrumbar por una situación negativa. Adalia, Henry y Rowan concordaron con el de lentes.

     —Sí pasó bastante tiempo deprimida por haberse enterado de cosas relacionadas con su novio —agregó Adalia—. Casi no salía de su dormitorio, y no habló con nadie durante varios días.

     El detective, que no es detective, asentía al mismo tiempo que Adalia formulaba palabras. Además, preguntó sobre si conocían sitios a los que ella fuera cotidianamente. 

     —Realmente no —respondió Rowan—. Salíamos mucho cuando vivíamos y estudiábamos en Nueva York. 

     Los demás chicos dijeron lo mismo.

El señor agradeció la información aportada y, posteriormente, los cuatro chicos salieron de su despacho. Henry al salir se enteró de que el hombre con el que estaban sí era un detective (en su puerta lo ponía: Detective Benson).

Rowan viajó con Sofía a Nueva Jersey porque debían estar al tanto de todo lo que ocurría con su amiga desaparecida. Las dos chicas se hospedaban en la habitación de Bella. Además, aprovecharon que las universidades partícipes darán una semana libre por los juegos de fútbol a nivel universitario. Los enfrentamientos se darán a conocer el día de mañana. En el equipo de Princeton estaba Ryan.

     —No creo que sea correcto jugar los partidos de fútbol si Bella está desaparecida —objetó Ryan. Adalia lo miró sorprendida.

     La chica de cabello negro azabache le respondió que Bella hubiera querido que él jugase esos partidos y que, de igual manera, ella ya estaba siendo buscada por la policía. El chico de lentes cuadrados asentía con escepticismo.

Horas más tarde

Al hotel llegó Travis, quien también había viajado a NJ con las dos chicas.

     —Oí que la policía está llevando todo muy poco a poco —dijo el de tez morena.

     Ryan movió la cabeza de arriba abajo. Él lo recibió en el lobby.

     —Jugarás contra Yale, ¿lo sabías? —añadió Travis.

     — ¿Cómo supiste?

     —Un contacto me adelantó los resultados del sorteo. Lo realizaron esta mañana, pero lo dan a conocer sino hasta mañana. Yo jugaré contra Seattle. Hay posibilidades de que juguemos más adelante..., quizá en semifinales. 

Ryan, quien participó en el torneo de las secundarias en Nueva York, se sentía entusiasmado por poder empezar este nuevo desafío. Aunque sentía unas grandísimas ganas de enfrentar a Harvard... y con muchas razones. 

Los padres de Bella les dijo a los muchachos que la policía se encargaría de hallar a Bella sana y salva, y que el aporte que ellos habían dado era significativo. Ryan y los demás agradecieron que ya estuvieran en la búsqueda de la chica pelirroja.

     —Quién diría que años después íbamos a enfrentarnos en un torneo... —soltó Travis, aprovechando que estaba solo con el chico de lentes.

     Ryan argumentó que su pasado como compañeros de equipo había sido brillante.

     —Gánale a Seattle —agregó Ryan.

     Travis asintió. Él sabía que debían enfrentarse sea como sea. 

Recordaron a su amigo Matteo, quien había fallecido años atrás. Y esta era la razón por que nunca se mencionaba.

     — ¿Quién diría que eso sucedería? —comentaba Ryan, aún sin entender por qué sucedió eso. 

Eran las típicas desgracias de la vida que uno nunca terminaba de entender por qué sucedían y si realmente debían ocurrir.