5. Martina

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El vegetarianismo no es fácil. Nunca pensé que tendría oscuras fantasías con un pollo.

Lore y yo ―más Lore que yo― estamos intentándolo. A las dos nos gustan los animales. Vivos. Por lo que empezamos a pensar que sería buena idea dejar de comérselos.

Preparo una tarta de verdura con queso. No llegamos a veganas, aunque hacía allá quiere llegar mi amiga.

―Te salió riquísima ―halaga Lorena―. Si no fuese por vos, yo no comería más que ensalada.

―Me dio la receta la nutri. No le gusta la idea, dice que tengo que cuidar que no me falten nutrientes. Así que, de momento, queso y huevo quedan incluidos.

―¿Leche de almendra? ―propone después de comer, mientras lavamos los platos.

―¿Vos viste el precio, Lore?

Hace un puchero mientras sigue pensando en cómo reemplazar alimentos por cosas de origen vegetal.

―Hoy me junto a estudiar ―dice mientras separa los apuntes―. Si se hace tarde, no vuelvo a cenar. ¿No te jode?

―Nah. Yo tengo facu y un montón de cosas para estudiar. Además, me enganché con «La quinta ola» y no veo la hora de terminar el día para ponerme a leer.

Amo esa saga. Sí, lo confieso, aún espero que el apocalipsis llegue y descubrir que soy especial de alguna manera; y, en el último tiempo, no dejo de pensar en Evan como un morocho de dulces ojos marrones.

Para qué leer si no me lo puedo imaginar cómo se me dé la gana ¿no?

Tengo serios problemas. Lo sé.

Desde que Lore cortó con Emanuel, mi situación empeoró. Sin el factor «culpa», mis sentimientos por él―qué sigo sin lograr descifrarlos del todo― escalaron demasiado rápido.

Ya no pienso en huir. Sólo pienso en llegar a Rosario y verlo, hablar con él de pavadas, cebarle mate mientras estudia con mi amiga en el living.

Se convirtió en mi happy place. Es el lugar dónde escapo mentalmente cuando no sé qué hacer de mi vida; algo cada vez más frecuente.

Mentiría si dijese que no he tenido algún que otro sueño húmedo con él; pero la mayoría de mis fantasías son del tipo romántico y me oprimen el corazón.

Que Lore lo haya dejado no implica que vaya a darme bola a mí, a la mejor amiga de su ex. Seguro pasé a ser la última mina en el mundo a la que miraría. ¡Qué suerte la mía!

Y claro, no me olvido de que en mi vida está Darío.

Darío. Darío. Darío.

Es muy difícil quererlo últimamente. Aun así, lo hago y no quiero herirlo. Quiero que se dé cuenta de que no podemos seguir, de que ya no es lo mismo, de que nunca tuvimos una chance.

Ahora lo veo más claro. Él no. Y eso hace que esté intratable.

Tengo que juntar valor para dejarlo de manera definitiva. Y tengo que hacerlo por mí, no porque en mi mente se arremolinan fantasías dulces con un morocho de sonrisa fácil.

Pongo Adele en el celu camino a la facu. La amo, soy fan número uno de ella y aunque sus canciones no son un canto a la vida, siempre logra ponerme de mejor humor.

Curso en la Siberia. La sede de la UNR que queda lejísimo y en una zona no muy linda. Si bien el movimiento de gente es constante con tantos alumnos y docentes, siempre hay que tener cuidado, por lo que guardo mi teléfono antes de bajar del cole.

Entonces, me abrazó (Completa)Where stories live. Discover now