28. Emanuel

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Tenemos un plan de acción. Es la única forma que encontramos de sobrevivir a diciembre con sus finales y vernos al mismo tiempo.

Y es... vivir juntos.

No en el sentido literal. Casi.

Tal y como predije, Alejo no volvió a casa hasta el miércoles en que Damien rindió su final.

―¿Cómo le fue? ―pregunto.

―Bien ―dice en tono orgulloso―. Pero se queda hasta el viernes ―agrega triste.

―Dos días lejos, casi puedo ver como empezás a morirte ―bromeo y se ríe.

―¿Vos? ¿Arreglaste las cosas con Martina?

―Sí ―contesto escueto. Todavía no puedo contarle todo, lo siento por mi amigo, pero no me siento listo para explicarle que ganó la apuesta y por qué. Pensar en lo que hizo Darío me enerva, tengo ganas, por primera vez en la vida, de cagar a trompadas a alguien.

La única vez que me vi envuelto en una pelea, fue defendiendo a Alejo de un homofóbico de mierda. Mi amigo solía bastarse solito para defenderse; el problema fue cuando a uno de ellos le acomodó las ideas de una piña y al otro día volvió con sus amigos.

No pasó a mayores y sólo tuve que tironear de uno para que se vaya. Y esa es toda mi experiencia en asuntos violentos. Sin embargo, puedo aprender ¿no?

Curso avanzado con ese hijo de re mil putas.

―¿Vas el finde a Pergamino? ―pregunta mientras va y viene llenando su bolso grande de ropa sucia y cosas que quiere llevarse. No planea volver en todo el verano, yo, en cambio, pienso pasarlo en Rosario con Martina. Todavía no se lo planteé, pienso hacerlo en cuanto estemos más relajados.

―Sí. No pienso perderme por nada del mundo la tortura de Damien ―río. Le llegó la presentación oficial con familia del novio; nos vamos a divertir. Tanto la familia de Alejo como la mía, están ansiosos por conocerlo, y es probable que le tomen el pelo bastante. Es lo que se hace ¿no?

Alejo se pone nervioso de solo pensarlo. Es el primer novio que lleva a su casa y más que eso, es el primer chico del que está enamorado.

―Bueno, me voy ―dice al fin―. Cuidámelo que te lo dejo dos días ―dice por Damien―. Y suerte en el examen. Y suerte a Martina también.

Me da un abrazo y sale acarreando cosas.

Yo vuelvo a mis apuntes, no sin antes revisar el celular. Tenemos dos horas más para estudiar.

Como no podemos hacerlo juntos, planeamos una rutina. Las noches y mañanas son nuestras, las tardes, de estudio. Desde la una del mediodía hasta las ocho de la noche, nos la pasamos leyendo hasta que se nos caen los ojos. Prohibidos los mensajes, los chats y las llamadas. Después es toda mía. Cenamos, hacemos el amor, dormimos, hacemos el amor, desayunamos... ya saben... y otra vez a estudiar.

Hoy Martina rinde el globalizador, estoy casi tan nervioso como ella. Y para mi sorpresa, Damien también. Me manda mensajes cada una hora para saber si Martina me escribió contándome cómo le fue.

El novio de Alejo sabe lo importante que es este examen para ella, que es uno de los tantos lazos enfermos con que la ata Darío y le agradezco de corazón la ayuda que le brindó para romperlo.

Estoy seguro que le va a ir bien, se mató estudiando.

Cuando no aguanto más mi ansiedad, siento que golpean la puerta. Como Martina tiene llave de abajo, sé que es ella. Corro a abrir y en cuanto la veo, se tira a mis brazos.

Entonces, me abrazó (Completa)Where stories live. Discover now