13. Martina

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El mes osciló entre la gloria y el infierno.

Mis días en Rosario estuvieron llenos de Emanuel. Nos estamos mintiendo, lo sé. No somos sólo amigos, aunque nos comportemos como tal.

Yo: Viste El Conjuro?

Ema: sí, vos?

Yo: No. Lore no la quiere ver conmigo. Odia las pelis de terror.

Ema: vos no?

Yo: las amo. Soy masoquista.

Ema: la llevo y la vemos juntos? O querés venir?

Debería ir yo. Proteger mis emociones detrás de Alejo y ayudar a la farsa de la amistad. Sin embargo, no puedo negar que quiero a Emanuel solo para mí.

Yo: vení.

Lore no está, se está viendo con alguien, aunque ya me dijo que no está funcionando. Tengo toda la noche para ver una peli con él, hablar, reírme y pretender que tengo una chance.

Me siento una basura. Puedo decidir si jugar o no así con mi corazón, pero no con el de él... no tengo derecho.

Ema se convirtió en una droga para mí.

Ahora entiendo a los adictos, cuando intentan explicarles que la sensación no es real y aun así no pueden dejarlo.

A veces, esa ilusión es lo único que te salva de la más completa desesperación.

Darío no se dio por aludido, sigue pensando que sólo atravesamos una crisis y que pronto «entraré en razón» y todo volverá a ser como antes. También sospecha que hay alguien.

No quiero que sepa de Ema; en el último tiempo, empecé a tenerle miedo a Darío. Me doy cuenta que es capaz de infligir un gran daño cuando se ve amenazado, como por ejemplo ahora, que está haciendo un trabajo fino en la mente de mi hermano; sabe que es mi talón de Aquiles y que por él volvería a Ramallo sin dudarlo.

No veo la hora de que este mes infernal termine. Quiero un respiro, quiero poder pensar claramente cómo salir de las garras de mi novio que parecen abarcarlo todo.

Ema llega con chocolates y sonrío. Cuando estoy con él, puedo medirme y comer sólo un cuadradito o dos como dice la nutricionista. Porque es Emanuel mi golosina.

―Mirá que me dio miedo hasta a mí ―advierte después de saludarme.

―Tengo otra que me dijeron que es muy de miedo, por eso no la vi sola. «El exorcismo de Emily Rose».

―Esa creo que no la vi ―dice mientras yo preparo el mate―. Dejame que cebe yo ―se burla y no puedo evitar reír.

Ya no intenta aparentar que le gustan mis mates, me dijo que era un insulto a José Hernández y yo me divierto aún más. A veces, hasta revuelvo la bobilla solo para ver su cara de horror y reír a carcajadas a su costa.

Nunca había entendido ese humor antes, la idea de reírse de uno mismo ―o de otro― sin que sea con maldad. Siempre que se burlaban de mí, al igual que ahora lo hacen con mi hermano, era con mala intención.

Poder tomar en chiste mis defectos y con amor mis virtudes han hecho más por mi autoestima que bajar veinte kilos.

―Bueno, entonces, veamos esa ―propongo.

Me sonríe y me derrito.

Es tan lindo, quiero besarlo. Nunca un chico me gustó tanto en mi vida.

―Te tendrías que cortar el pelo ―se me escapa cuando me quedo fija mirándolo. Su carcajada hace que se me erice la piel.

―Parecés mi mamá. Me da fiaca ir a la peluquería ―confiesa.

Nos sentamos en el piso, con almohadones como sillón ―es que no tenemos sofá ni nada, sólo sillas― y ponemos la notebook en una banqueta para que nos quede a la altura de la vista.

Vuelvo mi concentración a él y lo noto sonrojarse. Debería no mirarlo así, como si fuese el regalo de Dios a la población femenina, pero no puedo evitarlo.

Lore dice que no es tan lindo. Que es «común». Yo discrepo.

Esos mechones castaños que ahora lucen despeinados son adorables. Tiene muchos remolinos en el pelo, eso hace que se le ponga de punta y den ganas de peinarlos con los dedos.

Su sonrisa es un diez y a esa no me la discute nadie, todas mis amigas tuvieron que admitirlo. Sí, Lore hizo que les cuente a las chicas y ahora tengo un aquelarre de brujas bienintencionadas dándome concejos.

Y sus ojos... uf, me encantan. Son marrones oscuros y siempre brillan como si no conociesen la tristeza. Tienen el poder de hipnotizarme.

La peli es de miedo en serio. Por momentos no puedo mirar y tuve que prender la luz. Ema se ríe, aunque de a ratos, lo siento tensionarse a pesar de que quiere simular ser más valiente que yo.

―¡Cuidado! ―grita y me agarra el brazo con fuerza. Eso me hace saltar en el aire y después romper a carcajadas.

―¡Ema, la puta madre! ―chillo con el corazón desbocado por el susto y lo codeo suavemente―. Sos malo.

―No pasa nada. Todavía falta para las tres de la mañana... ―contesta en alusión a la trama de la peli. Las tres de la mañana es la hora de las brujas.

―Te vas a quedar hasta las cuatro ―le ordeno y lo fulmino con la mirada. No quiero admitir que estoy asustada de verdad.

Sonríe y me acerca más a él. No protesto cuando quedo acunada por sus brazos.

Puedo oler su perfume, no es algo caro, sino más bien una mezcla de jabón, champú y el aroma propio de su piel. Nos ponemos más cómodos, él contra la pared y yo usándolo de respaldo. Su pecho se siente firme en mi espalda y el calor de su cuerpo me adormece un poco.

Por suerte, la peli vuelve a asustarme y sacarme de mi ensoñación. Intento volver a poner distancia, pero Ema me retiene.

Miro fijo la pantalla para que no se dé cuenta que se me llenaron los ojos de lágrimas. Apoyo mi cabeza sobre él, soy tan baja que queda en su clavícula y puedo sentir su mentón descansando en mí.

Por una noche más, me dejo llevar por la fantasía de que somos novios. De que estamos juntos y que todas las noches de mi vida van a ser así.

Al rato, ponemos el conjuro. Arreglamos el mate y sin hablar, volvemos a ocupar nuestros lugares abrazados.

Él no dice nada. Yo no quiero romper el hechizo.

―Un ratito más ―dice en mi nuca cuando la peli termina―. Prometí irme después de las tres.

Miramos el reloj. 2:33 AM.

Ponemos música y hablamos en susurros una hora más.

Cuando se va, ya no le tengo miedo a la hora de las brujas. Le tengo miedo a cosas mucho más reales.

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¿Ven pelis de terror? ¿Vieron las mismas que ellos? ¿les dieron miedo? :)


Por cierto, no soy de ponerles caras a los personajes, pero a Ema me lo imagino algo así...¿Ustedes? ¿Se los imaginan como alguien famoso?

¿Ustedes? ¿Se los imaginan como alguien famoso?

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Entonces, me abrazó (Completa)Where stories live. Discover now