(Segundo libro de Choose me)
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― ¿Esto se acabó?― Pregunté, al borde de que mi voz se quebrará.
― Sí, lo nuestro termino.
Respondió él y yo con lágrimas en mis ojos, me doy...
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Capítulo 46| Quiero saber hasta dónde puedo soportar.
James.
Hoy era el día en que sepultaban a mi esposa, tres días de su muerte y yo ni siquiera era capaz de salir de mi habitación en la cual ella y yo compartimos los mejores momentos después de habernos casado.
Frente a los pies de la cama se encontraban las maletas en donde guarde todas las cosas de Melanie, ropa, accesorios, fotografías, todas las cosas que le pertenecían. Y se deben estar preguntado en donde está mi hijo, aún sigue en la clínica en observación pero por suerte mañana le dan alta y podre tenerlo conmigo.
Me paro frente al espejo observando mi traje negro, mis ojos aún seguían hinchados por todo lo que llore ayer por la noche. Sentía que ya no tenía lágrimas por derramar y eso sentía bien, porque no quería seguir llorando.
― ¿James?― Oí la voz de mi abuela, la miro a través del espejo ya vestida también para irnos al cementerio.― ¿Estás listo?
¿Cómo podría estar listo?
Como demonios iba a sentirme listo al ver que iban a sepultar a la mujer que amo.
― Sí.― Es lo único que logro responder.
Salimos juntos hasta la entrada del edificio, y ahí estaba Robert esperándome junto con Catalina con ramilletes de flores rojas y blancas. En silencio entro al auto aferrándome a la fotografía de mi esposa entre mis brazos, observando el cielo gris a través de la ventana.
Robert estaciono el auto. Nos bajamos y caminamos hacia la entrada, seguramente ya estaban todos aquí, no quise llegar antes porque no me atrevía en volver a pisar un pie en este lugar donde dos personas también me habían dejado.
Me detengo frente a las enormes puertas del cementerio mientras que los demás se adelantaron, mi abuela es quien se giró para mirarme y entendió que esta vez debía dejarme solo. Lo hizo, no imagine que volvería a estar aquí despidiéndome de otro ser amado tan pronto, no hace mucho me había despedido de Eich y volver estar aquí no se sentía tan extraño como la primera vez.
Camino por el largo camino de piedrecillas perdiéndome en el sonido de las hojas, en silencio, me fijo en la cantidad de árboles, plantas muy bien cuidadas; no quería llegar a un a donde se encontraban todos despidiéndose de la mujer que lo fue todo para y que se llevó una parte de mi con ella. Me detengo en una de las lápidas observando la fecha de nacimiento y muerte del pequeño. Murió apenas cuando tenía un año de edad y yo no puedo imaginarme si también hubiese perdido a mi hijo.
Sigo mi camino encontrándome con más personas, visitando a sus familiares, amigos tal vez. Hasta que por fin encuentro a todos sentados frente féretro en donde Melanie descansaba.
Me acero finalmente en donde se encuentran todos, puedo sentir la mirada de la familia, los amigos de mi esposa sobre mí. Me coloque los lentes oscuros y me dejo caer en el asiento continuo al de Robert.
