(Segundo libro de Choose me)
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― ¿Esto se acabó?― Pregunté, al borde de que mi voz se quebrará.
― Sí, lo nuestro termino.
Respondió él y yo con lágrimas en mis ojos, me doy...
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Capítulo extra III| No he podido decírselo, pero amo su sonrisa.
Catalina Russell.
Me he levantado temprano, me he duchado y, con una taza humeante de té con leche recién preparada me acerco al ventanal de mi habitación observando las gotas de lluvia que caen esta fría mañana.
Mi hermano vendrá a comer con nosotros hoy, Kevin ha organizado todo para la comida y por alguna razón me siento nerviosa, nos quiere dar una noticia importante y quiero saber de qué trata.
Últimamente no pasa en casa y lo extraño demasiado, él es muy especial para mí y me molesta saber que ahora no tiene el tiempo suficiente para mí como antes. Pasábamos el mayor tiempo juntos, viendo películas, series, comiendo comida basura y luego yo lloriqueaba por los granos que me salían en el rostro producto por el chocolate.
Kevin siempre está pendiente de mí y de las cosas que necesito, es muy protector mucho peor que mi padre y eso me gusta. ¿Y saben qué es lo peor? Es que estoy perdidamente enamorada de él, desde que llego a esta casa ha cuidado de mí y no sé en qué momento yo comencé a verlo con otros ojos e incluso hay momentos que siento pena por mí misma por ese amor que siento hacia él.
Me da muchísima vergüenza verlo y sonrojarme casi de inmediato, sobre todo cuando me mira a los ojos. Tiene algo en su mirada que me encanta.
<< Por Dios niña...>>
Ya tengo quince años, no soy una niña y también tengo mis encantos. Estoy segura...
<<¿Pero qué dices? Kevin jamás se fijaría en una niñata como tú...>>
Creo que esta vez te doy la razón, es cierto, él jamás podría fijarse en mí. Él pronto cumplirá veintidós años pero no le veo impedimento de intentar algo ¿no?
<< Tiene novia, ¿recuerdas?>>
Alissa...cierto.
— Buenos días, mi niña.— Me sorprende la voz de Nina detrás de mis espaldas, casi derramo un poco de té con leche.— Lo siento.— Se ríe.
— Buenos días, Nina.— Le sonrío y le doy otro sorbo a mi té con leche.— ¿Papá ya se despertó?
Lleva un par de meses trabajando en esta casa, nos hemos vuelto muy cercanas y debo decir que hasta la veo como una madre. Es muy preocupada no solo por mí sino que también con mi padre, es una mujer increíble.
— Esta despierto desde las siete.— Rodó los ojos.— Ya sabes cómo es él de madrugador.
— Lo sé.— Concuerdo con ella.— ¿Y...Kevin no ha llegado?— Pregunto.
Nina deja mi ropa limpia y planchada doblada sobre la cama.
— No, ha pasado la noche en casa de su novia.— Dice.— Voy a guardarte la ropa.
