16. Solo para mí

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Las semanas siguientes, BoA y Yunho se dedicaron a buscar una nueva casa donde vivir. Contrataron un agente de bienes raíces que les mostró las opciones que se ajustaban a su lista de pedidos y presupuesto. Esta vez querían una casa más amplia, con un patio enorme y la piscina no podía faltar. El barrio debía estar cerca de la ciudad y dentro de un buen distrito escolar. Además, querían una casa moderna, de concepto abierto. Así que con esta larga lista de requisitos, se tardaron casi un mes en encontrar la casa apropiada, un par de semanas más en amoblarla y cuando finalmente todo estuvo listo, organizaron una gran fiesta e invitaron a familiares y amigos. Mientras tanto, Jayden moría de la impaciencia, porque las visitas de Yunho se hacían cada vez menos frecuentes.

―Ahora las cosas son diferentes ―le dijo Yunho la última vez que ella se quejó―. Debo ser más cuidadoso; pero te prometo que cuando todo se estabilice vendré más seguido.

―Pero no es justo para mí, te extraño demasiado.

―Lo se... yo también te extraño ―le dijo Yunho abrazándola.

―Quisiera tenerte solo para mí.

―Me tienes, eso es lo importante, ¿no crees?

Ella no dijo nada, la verdad es que odiaba tener que compartirlo con una mujer, que a su juicio, no era suficiente para él.

Yunho miró su reloj e intentó salir de la cama.

―¿Ya te vas? ―preguntó Jayden decepcionada, hacía tan poco que acababa de llegar.

―Es tarde ―dijo él―, debo regresar al trabajo, casi termina mi hora de almuerzo.

―¿Pero vendrás mañana? ―ella intentaba retenerlo.

―Yo te aviso si puedo.

―¿Así van a ser las cosas ahora?

―Te lo acabo de decir, será temporal.

―Temporal o no... no te vas hasta que lo hagamos de nuevo.

―Pero debo regresar al...

Yunho quedó en silencio al sentir como la mano de Jayden se movía presionando suavemente toda su extensión, se sentía rico. Ella de verdad tenía un talento innato para el sexo. Y era precisamente esa la razón para no dejarle. Una vez que lo puso duro se tumbó en la cama abriendo las piernas en una invitación que Yunho no pudo resistir. La tomó por las caderas y la obligó a darse la vuelta para embestirla desde ese ángulo. Tomó su miembro y lo guió hasta su entrada, sin dejar de observar cómo iba perdiéndose dentro de ella. Jayden hizo un movimiento interno que le sacó un suspiro de placer, ella sabía enloquecerlo como nadie.

¿Cómo nadie?

Aquello le dejó perplejo por algunos segundos; pero luego apartó ese pensamiento de su mente, para continuar disfrutando del hermoso cuerpo de su joven amante. Su piel era suave y tersa como la de una niña, la tomó por las caderas y empezó a embestirla, copulando como si fueran dos animales en celo. A la mente de Jayden vino aquella primera vez que lo pillara teniendo sexo con BoA, justo en esa posición. Recordó la envidia y el cómo había deseado estar en su lugar, justo como lo estaba ahora. Levantó aún más las caderas para que el pudiera tomar todo de ella, quería sentirse henchida de él, rodearlo por completo, poseer su hombría.

―Oh... Yunho...

―Jayden...

Él empezó a moverse a un ritmo frenético, ella lo siguió con un delicioso movimiento de caderas. Sus senos se movían al mismo ritmo, haciendo la escena aún más erótica. Yunho llevó sus manos hasta ellos pero sin dejar de moverse, acariciándolos al tiempo que seguía embistiéndola.

―Yunho... Yunho... ―chillaba Jayden con aquella vocecita infantil que aumentaba la perversión de la escena.

Él se apartó y acostándose sobre la cama dejó que ella lo montara, le gustaba ver sus pechos desde ese ángulo, los chupó un poco antes de que ella empezara a moverse, cuando lo hizo cerró los ojos por un momento, aquello era una delicia.

―Estas tan rica ―dijo con voz ronca, cuando la sintió apretando toda la extensión de miembro, con las tibias y húmedas paredes de su sexo.

Jayden gemía al tiempo que se movía sobre Yunho, éste a su vez, masajeaba sus pechos sin dejar de observar toda la escena. Supo que se estaba corriendo cuando sus movimientos se aceleraron, abrió sus piernas en un ángulo mayor al tiempo que sus gemidos empezaban a hacerse más agudos y angustiosos hasta que de repente, se dejó caer sobre su pecho.

Yunho sonrió antes de obligarla a tumbarse sobre la cama.

―Ahora me toca a mí ―dijo tomándola por ambas piernas, para obligarla a levantar las caderas y así poder penetrarla por atrás.

―Yunho... ―su mente dejó de pensar, al inicio sintió un poco de dolor pero luego una sensación extremadamente intensa.

Ya no había un sitio de ella que él no conociera.

Cuando Yunho llegó a su casa por la tarde, BoA lo esperaba con la cena lista. Era interesante verla en el rol de ama de casa, cuando en el pasado ella misma renegaba de las mujeres que renunciaban a sus trabajos para atender a sus esposos e hijos. No la había obligado a ello, por él podía regresar al trabajo cuando quisiera; pero mientras aquello durase, disfrutaba de su nueva faceta. Ya habían dejado lo de la lista de fantasías sexuales y llevaban un matrimonio más tradicional. Para esas otras cosas, tenía a Jayden, con ella experimentaría su propia lista de fantasías sexuales. Aun no se lo había planteado, pero se imagina cosas mucho más pervertidas.    

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