36. Cayendo otra vez

3.8K 153 45
                                    

Cuando la madre de Yunho llegó al apartamento donde ahora vivía Jayden, la encontró con los ojos llorosos y la nariz roja. Ella se había secado las lágrimas y polveado la nariz antes de abrir; pero a pesar de ellos se notaba que había estado llorando.

─¿Qué te ha sucedido? ─preguntó con inquietud.

Jayden abrió la boca para contarle lo que le había sucedido, pero un nudo en la garganta le impidió hacerlo.

─Cálmate y respira profundo ─Lyn, como se llamaba la madre de Yunho, colocó una de sus manos en su espalda y la sobó como hacía con su hijo cuando era pequeño─. Ya... ya... recuerda que tus estados de ánimos afectan al bebé.

─Lo sé ─dijo ella con dificultad─, pero... no... no puedo evitarlo.

Lyn la guio hasta uno de los sillones y fue a la cocina por un vaso de agua.

─Bebe un poco ─le dijo sentándose a su lado─. Ahora dime, ¿qué es lo que ha pasado para que estés así?

─Se trata... ─decía gimoteando─... se trata de la habitación del bebé

─¿Qué pasa con su habitación?

─Mejor véalo usted misma ─exclamó Jayden echándose a llorar nuevamente─. Quería que se viera bonita, pero en lugar de eso he hecho todo un desastre.

─No creo que sea tan malo como dices, déjame echarle un vistazo.

Cuando Lyn abrió la puerta tuvo que estar de acuerdo con Jayden, realmente era un desastre. Había una lata de pintura derramada por todo el piso. Además, la combinación de colores en las paredes era terrible. Y para rematar los muebles no hacían juego unos con otros. Al parecer los había comprado por separado sin pensar en el diseño o el color. Sintió un poco de pena por ella, no era lo que debía estar haciendo una chica de su edad. Aun se preguntaba donde tenía la cabeza su hijo cuando se metió con ella.

─Bueno, si es un desastre ─admitió cuando regresó a su lado.

La muchacha estalló en llanto nuevamente. Si no podía ni decorar la habitación de su hijo, ya se imaginaba lo pésima madre que sería.

─Deseaba tanto que su habitación fuera bonita.

─Pero es un desastre con remedio ─agregó Lyn de inmediato─. Si quieres, puedo contratar a alguien para que lo haga por ti.

─Quería hacerlo yo misma; pero es obvio que soy una inútil.

─No eres una inútil, es solo que no tienes experiencia. Entonces ¿qué dices? ¿puedo contratar a una decoradora?

Jayden aceptó el ofrecimiento de la abuela de su hijo. Había algo en aquella mujer que le hacía sentir bien. Imaginaba que quizás su madre habría sido como ella.

─¿Quiere una rebanada de pastel? ─le preguntó tomando papel de anfitriona─. Yo misma lo hornee, es algo que hago muy bien.

─¿En serio? ─Lyn se puso de pie─. No es bueno para mi figura, pero si tú lo preparaste entonces quiero probarlo.

Ambas mujeres se fueron a la cocina, desde allí podían escucharse las risas y la conversación amena. La verdad es que a Lyn, Jayden le caía muy bien.

Esa misma tarde, cuando BoA llegó de su trabajo, se encontró a Yunho estacionado frente a su casa. Odió sentirse emocionada, pero los sentimientos no podían deshacerse con la resolución de un juez. Era cuestión de darle tiempo al tiempo y quizás, en un futuro podría conocer a alguien más, rehacer su vida al lado de otro hombre.

─Sé que me pediste que te avisara antes de venir ─le dijo Yunho un tanto contrariado, al notar su expresión de tedio─. Pero hay un asunto que debo consultar contigo.

Fantasías EróticasOnde histórias criam vida. Descubra agora