30. ¿Secuestrada?

5.3K 152 108
                                    

A las tres de la mañana despertó Jayden. Miró a su alrededor, por un instante no reconoció la habitación en la que se encontraba, pero cuando lo hizo, rompió en un llanto tan desesperado, que su hermana en la habitación contigua, despertó.

─¡Jayden! ─Yura llegó a su lado para consolarla─. Todo está bien, todo está bien...

─¡No Yura! ─sollozaba Jayden abrazada a su hermana─. ¡No está bien!

─Jayden... tienes que poner de tu parte, no puedes seguir así.

─¡No puedo...! ¡No puedo...! ¡Lo necesito a mi lado!

Lloró media hora más antes de quedarse dormida. Yura permaneció un rato con ella, hasta cerciorarse que efectivamente, se había calmado. Cuando salió, lo hizo en puntillas para no hacer ningún ruido. Después se fue a la cocina y se preparó un té. Esos episodios en los que su hermana rompía en llanto le estaban dejando los nervios de punta. Dos semanas habían pasado desde que el desgraciado ese la dejara en la calle y ella no daba muestras de estar superando la ruptura. Estaba considerando buscar ayuda profesional, quizás el ser huérfana la hacía mucho más vulnerable que otras personas. Ella sabía lo que era sufrir por desamor, pero lo de Jayden iba mucho más allá.

Cuando Jayden despertó al día siguiente, se recostó al respaldar de la cama, pensativa. Un mes había pasado desde que Yunho le cortara definitivamente y dos semanas desde la última vez que le viera. Sus ojos se nublaron, al tiempo que movía la cabeza de un lado a otro.

─¡No...! ¡No...! ¡No...! ─repetía aquello de un modo casi compulsivo.

Yura tocó a su puerta, tenía que irse para el trabajo, pero quería cerciorarse de que comiera.

─Jayden, baja a comer, el desayuno está listo, hice wafles... tus favoritos.

─Voy enseguida ─dijo secándose las lágrimas.

Se metió al baño y lavó la cara, realmente lucía mal con los ojos hinchados y el rostro enrojecido. Se dio una ducha rápida y se mudó de ropa, unos pantaloncitos cortos y un suéter de tiritas. Cuando su hermana la vio, no pudo evitar fijarse en su pancita, ya se le iba notando el embarazo.

─Aún no puedo creer que te hayas embarazado ─le dijo resentida.

Jayden comía los wafles bañados en sirope.

─Tenía sexo casi a diario, tarde o temprano tenía que pasar.

El rostro de Yura enrojeció, le molestaba que su hermana le hablara con tanto descaro.

─No quería detalles, pero ya que lo mencionas, existen los anticonceptivos. Tu misma me dijiste que te estabas cuidando, que no querías ser madre tan joven. ¿Entonces qué pasó? ¿Fue un accidente? Porque si fue un accidente, quizás estés a tiempo para abortar o si es tarde, bien puedes darlo en adopción o dejarle la tutela a su padre. Tu eres joven, debes terminar tus estudios, vivir tu vida... en lugar de estar cambiando pañales.

Jayden golpeó la mesa con tanta fuerza que derramó el café de su hermana.

─¡Mi hijo es cosa mía! ─le gritó furiosa─. Y si tanto te molesta la idea de ser tía, entonces quizás deba irme de esta maldita casa.

─Jayden... no, claro que no me molesta ser tía. Es solo que estoy preocupada por ti, por tu futuro.

─Entonces no debiste ponerte de acuerdo con Yunho, para que me botara. Tú también tienes la culpa, Yura, porque si no hubieras ido a buscarme, él jamás me habría abandonado a mi suerte.

Jayden dejó los wafles a medio terminar y volvió a encerrarse en su habitación.

─¡Lo siento! ─Yura se disculpó desde afuera de la puerta.

Fantasías EróticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora