37. Cambio de juego

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Cuando Yunho llegó a la planta baja, el ascensor ya había abierto sus puertas y BoA ya no se hallaba en este. Miró a su alrededor, la divisó a la salida del edificio, corrió tras ella y la alcanzó antes de que abordase un taxi que la esperaba en la entrada.

─¡Solo escúchame! ─suplicó deteniéndola por un brazo─. Las cosas no son como piensas, deja que te explique.

─Ya no hay explicación que valga, Yunho ─decía ella llorando─. Sé que estamos divorciados, pero aun así me duele saber que sigues con ella, que se lleva bien con tu madre, que nuestros hijos serán hermanos. Esto es demasiado para mí, demasiado.

─¿Va a subir o no? ─preguntó impaciente el taxista.

BoA asintió e intentó subir al vehículo, pero Yunho se interpuso.

─No es como piensas BoA, te lo aseguro, Jayden y yo no estamos juntos ─Luego se dirigió al taxista─. ¿Cuánto le debe?

El hombre le dio la cifra y Yunho la canceló de inmediato, luego cuando nuevamente quiso dirigirse a BoA, ella ya no estaba a su lado, se hallaba a orillas de la vía principal, a punto de abordar otro taxi.

─¡BoA espera!

Yunho corrió hasta ella e intentó abrir la puerta del pasajero; pero el auto avanzó antes de que lograse hacerlo. Se dirigió entonces hacia su auto, aparcado a la entrada del edificio, junto a los de los demás socios de la firma. Y aunque se preguntaba que tanto podía costarle el escándalo que acababa de hacerle su ex mujer, lo primordial para él era aclarar las cosas con ella. Sabía que debía haberle dicho lo del embarazo de Jayden; pero fue demasiado cobarde para hacerlo.

Vez tras vez seguía cometiendo los mismos estúpidos errores.

Cuando BoA llegó a su casa, fue directo hacia su dormitorio, necesitaba irse lejos lo más pronto posible. No iba a permitir que su hija creciera como hermana del bebé de Jayden. Colocó una maleta en la cama y empezó a llenarla de ropa, solo lo básico. Ya luego le pediría a su madre que le enviara el resto.

Poco después, Yunho aparcó su coche de manera violenta, ella escuchó el chirrido de los neumáticos al frenar.

─¡BoA! ─segundos después golpeaba su puerta─. ¡BoA, abre por favor!

Ella se sentó en el borde de la cama, esperaba que al no obtener respuesta terminara marchándose. Pero una hora después él seguía allí, se asomó a la ventana y lo vio sentado en el porche, esperando que abriese. Podía notar su desesperación, tenía el teléfono en la mano e intentaba contactar con alguien. Quizás la estaba llamando a ella, pero su teléfono estaba apagado. Ni siquiera había revisado si aún funcionaba. Pensó en la escena que le montó en su trabajo y se sintió avergonzada. Lo había hecho en un estallido de rabia, de celos, de frustración; pero ahora que había pasado el calor del momento se le caía la cara de vergüenza. Nunca en su vida había hecho un espectáculo similar. Lo peor de todo, es que gracias a su impulsividad, todos en el trabajo de Yunho sabían que él había embarazado a otra mujer. Una vez más deseaba retroceder el tiempo; pero ya había aprendido de la peor manera posible, que hay errores que por más que deseemos, no se pueden corregir. De poder hacerlo regresaría el tiempo a aquel día lluvioso en que Jayden tocó a su puerta. Aquel día marcaba un antes y un después en sus vidas. Y ahora que ella también iba a tener un hijo de Yunho, jamás podría sacarla definitivamente de su vida.

Sus hijos serían hermanos y no podía hacer nada para remediarlo.

Tomó la lámpara de la mesita de noche y la arrojó contra el suelo, había mucha rabia y frustración dentro de ella. No soportaba la idea de Jayden dándole un hijo a Yunho. Se lanzó a la cama y se echó a llorar, lloró hasta que se quedó dormida. Despertó cuando el sol ya se había ocultado y la habitación yacía envuelta en penumbras. Permaneció un rato en la cama, observando el techo mientras repasaba los hechos.

Fantasías EróticasWhere stories live. Discover now