25. Latidos

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Yunho se alejó de BoA secándose las lágrimas, ésta evitaba mirarle para no flaquear. Por más difícil que fuese, estaba tan decidida a terminar con su matrimonio, como él con su amante.

─No voy a cambiar de decisión Yunho, quiero el divorcio.

─No... BoA... no quiero divorciarme de ti.

─¡Yunho ya basta! ─gritó BoA cansada─. Ya deja de perseguirme, de torturarme. Ya no puedo más con todo esto. ¿Crees que es fácil para mí mantenerme firme en esta decisión? ¡Pues no lo es! ¡No lo es! Pero estoy convencida que nuestro matrimonio ya fue, que aquí no hay nada que salvar. Si te perdono tarde o temprano volverás a hacerme lo mismo, sino con Jayden con alguna otra mujer y no quiero volver a pasar por esto una vez más.

─Pero eso no será así, lo prometo.

─Sería una ilusa si a estas alturas creyera en tus promesas.

─Sé que me equivoqué, que fui un estúpido, pero te amo BoA... y sé que tú también me amas, ¿acaso hay algo más importante qué eso?

─Sí, si lo hay Yunho ─respondió ella con plena seguridad─. La confianza, el respeto, la fidelidad... y todo eso lo tiraste por tierra.

Yunho bajó la mirada avergonzado, las lágrimas simplemente fluían, ella tenía razón no merecía su perdón, su traición había ido demasiado lejos.

─Vayamos a terapia de pareja ─sugirió como quien se aferra a la última esperanza─. Quizás con ayuda profesional podamos salvar nuestro matrimonio.

─¿Acaso no escuchaste? ─BoA se sentía emocionalmente agotada─. Nuestro matrimonio está acabado, nada de lo que hagas o digas me hará cambiar de opinión. La primera vez te perdoné porque fui parte de eso, acepté tu estúpida fantasía, que no era más que el deseo oculto de tener sexo con otra mujer.

Yunho se quedó en silencio por algunos minutos, en el fondo sabía que ella tenía razón.

─Te juro que ahora las cosas serán diferentes.

─¡Vete al infierno! ─gritó ya cansada de su insistencia.

Una vez más, Yunho se dio cuenta que su insistencia solo empeoraba las cosas.

─Ojala algún día puedas perdonarme ─dijo dándose la vuelta para marcharse.

Cuando lo hizo, BoA le puso seguro a la puerta, ya mandaría a cambiar todas las cerraduras externas de la casa, no quería otra visita de estas. Yunho subió a su auto y se marchó a toda prisa. Ella se asustó cuando escuchó el chirrido de los neumáticos, se llevó una mano al pecho, le preocupaba que fuese a cometer alguna estupidez.

De repente, se escuchó un estruendo.

─¡Yunho...! ─gritó ella angustiada.

Salió de la casa en camisón y aun descalza, a varios metros doblando hacia la vía principal vio el auto de Yunho, había sido embestido por otro vehículo. Corrió hacia el accidente, imaginando lo peor; pero cuando estaba a pocos pasos de distancia, lo vio salir por el lado del pasajero. Se notaba algo atontando; pero estaba bien. Se detuvo al instante, llorando aliviada.

─¡Eres un tonto! ─empezó a golpear su pecho cuando llegó a su lado─. ¡Un tonto! Pensé que...

Se hallaban de pie en medio de la calle y no se percataron de ello, hasta que la bocina de otros autos empezó a sonar incesantemente. Entonces se hicieron a un lado, Yunho mantenía a BoA abrazada contra su cuerpo.

─¡Por qué demonios no hizo el alto! ─reclamó el otro conductor, que por fortuna también se hallaba ileso.

─Lo siento ─se disculpó Yunho, entregándole su tarjeta─. Fue mi culpa, pagaré todos los daños ─luego se dirigió a BoA, sacándose la chaqueta para que se cubriera─. Será mejor que regreses a casa, yo estoy bien.

Hasta ese momento BoA estuvo consciente de que andaba en ropa de dormir.

─¿Vendrás cuando termine todo? ─preguntó ella, cubriéndose con su chaqueta.

─Solo si tú quieres.

Ella asintió.

─Sí, por favor, ven ─respondió abrazándolo.

Por un instante imaginó un mundo sin él y nada tuvo sentido. Lo quería fuera de su vida; pero no le deseaba ningún mal. A pesar de todo, seguía amándolo.

Una semana después

Yunho salía del hotel donde estaba viviendo temporalmente, cuando Jayden se apareció frente a él, parecía haber estado esperándole por un buen rato. Iba vestida con una blusita de maternidad aunque ni siquiera se notaba su embarazo. Cuando lo vio, una media sonrisa se apoderó de sus labios.

—¡Te he estado esperando! —comentó con toda calma─. Hoy tengo cita en el médico. Si nos damos prisa, llegaremos a tiempo.

Yunho la miró irritado.

—¿Haces citas sin avisarme?

Su rostro mostraba el coraje que sentía por dentro.

—¿Cómo voy a avisarte si ni siquiera me contestas?

Yunho reconoció que aquello era cierto.

—Está bien ─suspiró resignado, le gustase o no, era el padre de ese niño.

De camino a la clínica, ella empezó a hablar con entusiasmo del bebé, hablaba como si fueran una pareja establecida, lo que resultaba incómodo para él. Necesitaba aclararle y rápido, que su responsabilidad era con el niño, no más. Aunque BoA no le había perdonado, gracias al accidente habían logrado acercarse un poco y no quería tirar por tierra esa pequeña posibilidad de reconciliación.

Ya en la consulta, pesaron a Jayden, le tomaron la presión, le sacaron sangre y luego el médico le realizó un examen pélvico. Mientras tanto, Yunho esperaba en recepción, junto a otros hombres que estaban allí acompañando a sus parejas. Suspiró pensando en lo distinto que sería si fuese BoA la que estuviese embarazada.

En el momento de la ecografía, la enfermera le llamó, Jayden quería que estuviese presente para escuchar los latidos del bebé. Cuando entró se notaba su incomodidad, no era entusiasta como los otros padres que acompañaban a sus parejas a la consulta.

─¡Tengo 10 semanas ─le informó Jayden cuando entró, se veía radiante.

─¡Tanto tiempo! ─dijo él sin emoción, se sentía como un animal atrapado, sin ninguna posibilidad de salida. Porque como hombre, debía asumir su parte de responsabilidad, en la crianza y manutención de ese niño─. Creí que sería menos.

─Nacerá en poco más de seis meses ─continuó ella con una sonrisa.

Seis meses, pensó Yunho, para que aquel pequeño intruso arruinase su vida.

─Utilizaremos una ecografía doppler que amplifica los sonidos, así podremos escuchar los latidos del feto ─le informó el médico─. En esta ecografía se podrá observar el flujo sanguíneo y de esta manera detectar problemas cardiacos.

Mientras el médico hablaba, Yunho pensaba en la terrible carga que sería aquel niño. No tanto por lo económico, sino por el peligro que representaba para su relación con BoA. Quizás debía llegar a un acuerdo económico con Jayden para que tanto ella como el niño, desaparecieran de su vida. En ello pensaba cuando los acelerados latidos del corazón de su hijo, llegaron a sus oídos.

Justo en ese instante algo cambió dentro de él.

Pero no solo le había ocurrido a él, también le había ocurrido a Jayden, sus ojos se llenaron de lágrimas al tiempo que sonreía emocionada.

─¿Lo oyes? ─dijo tomando su mano─. ¡Es nuestro hijo!

NOTA DE AUTOR

Sé que este capítulo es corto, pero no suelo forzar la historia, intento dejar que fluya y llegue hasta donde tiene que llegar. Una vez más gracias por leer y, comentar, saben como me divierte leer sus muestras de apoyo y comprensión a nuestro infiel protagonista. 

Tengo una pregunta para ustedes, ¿les gustaría un final alternativo? es algo que he pensado para esta historia, dos enlaces a dos finales distintos. Pero  dejaré esa decisión en sus manos.

Gracias también por su comprensión por lo de mi amiga, su situación es algo que solo el tiempo puede curar. 

Fantasías EróticasWhere stories live. Discover now