29. Malditos celos

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Cuando Yura encontró a Jayden, ésta se hallaba temblando de frío.

─Acaso, ¿estás loca?

Ella levantó la mirada, había estado llorando, su rostro colorado y sus ojos hinchados lo evidenciaban. Se sintió mal por ella, pero era lo mejor que le podría haber pasado.

─¡Me dejó en la calle! ─dijo gimoteando.

─¿Por qué no te quedaste con una amiga mientras tanto?

─Me daba vergüenza que lo supieran, que Yunho me cortó.

Yura se sentó a su lado.

─Jayden, eres muy joven, hermosa, aun puedes conocer a otro hombre más adelante, cuando termines la universidad. El mundo no tiene por qué girar alrededor de Yunho. Entiende que él es un mal hombre, se metió contigo estando casado. Si dejara a su mujer por ti, tarde o temprano te haría lo mismo. Aprovecha esta oportunidad y aléjate de él para siempre.

Jayden negó con la cabeza.

─¡No puedo, Yura, no puedo! ─se abrazó desconsolada, a los brazos de su hermana─. Cuando te la pasabas fuera por tu trabajo, me sentía sola, sin nadie que se interesara en mí. Entonces lo conocí, y sentí que le importaba a alguien. Finalmente tenía a alguien que me daba el cariño que necesitaba ─se alejó para secarse las lágrimas─. Él estaba loco por mí, ¿sabes? No podía estar sin mí, del mismo modo en que yo no puedo estar sin él. Pero es ella, esa maldita mujer la que se interpone, si ella no existiera, si tan solo no existiera...

─No es ella Jayden, es él...

─No Yura, es culpa de ella, de esa maldita.

─Jayden no hables así, me duele verte llena de odio ─Yura realmente estaba preocupada─. Tú no eras así, siempre fuiste una niña dulce, tierna.

Yura acarició los cabellos de su hermanita, a su mente vino la imagen de aquella niña tierna que siempre fue. Se secó sus propias lágrimas, si sus padres no hubiesen muerto, si hubiesen crecido rodeadas de amor y afecto, nunca hubiesen tenido que mendigarle amor a nadie.

16 años antes

─¡Mami...! ─lloraba Jayden con tan solo cuatro añitos. Ya había pasado un año desde la muerte de sus padres, pero aun despertaba en medio de la noche preguntando por ellos─. ¡Quiero a mi mami...! ¡Quiero a mi mami...!

Yura tenía once.

─Mamá está en el cielo ─le recordó, acostándose a su lado.

─¿En el cielo?

─Sí, en el cielo, mirándonos desde allá.

─¡Pero yo quiero que esté aquí!

─Pero entonces papá se quedará solo. ¿No quieres que papá se quede solo verdad?

Jayden negó con la cabeza.

─No, no quiero que papi esté solo... Pero, podemos Yura, ¿podemos ir al cielo con ellos?

¿Podemos Yura, podemos ir al cielo con ellos?

Aun después de tantos años, Yura podía recordar la mirada inocente de su hermana, cuando le hiciera esa pregunta. La impotencia que sintió en ese momento, era tan similar a la que sentía ahora.

─Vamos ─le dijo poniéndose de pie─, hace demasiado frío aquí.

Yunho observaba la escena desde su auto, había sido él quien llamara a Yura. Por más enojado que estuviese con Jayden, iba a tener un hijo suyo y no podía abandonarla a su suerte. Después que las vio tomar un taxi, puso su auto en marcha y se dirigió hacia el trabajo de BoA. No tuvo que esperar mucho que esta saliera, conocía bien su itinerario. Dejó que se despidiera de sus compañeros y la abordó en el estacionamiento, cuando estaba por abrir la puerta de su auto.

Fantasías EróticasWhere stories live. Discover now