21. ¿Ya no me deseas?

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Eran casi las once de la noche, cuando Yunho se metió a la cama, había estado revisando unos papeles mientras su mujer intentaba buscarle conversación. Las últimas semanas las cosas habían estado algo frías y esperaba que esa noche se pusieran un poco calientes. Lo observó con el rabillo del ojo en espera de que intentase algo; pero como las noches anteriores, le dio la espalda después de darle un beso y se dispuso a dormir. La palabra amante rondó en su cabeza nuevamente, pues aquello no era normal. Al menos no entre ellos, que desde un inicio tuvieron un sexo fenomenal.

―Yunho, ¿crees que debemos hacer una nueva lista?

―¿Qué? ―preguntó él, sonando confundido―. ¿Una nueva lista de qué?

No tenía ni idea a lo que se refería.

―Una nueva lista de fantasías sexuales.

Yunho apretó los ojos, sintiéndose culpable, intuía la razón de aquella pregunta. No tenía que ser un genio para entender que su esposa se sentía desatendida y aquello le partió el corazón. No podía entender porque hacía lo que hacía.  

Jayden... Jayden... Jayden...

Aquella jovencita se había convertido en su fantasía.

―No necesitamos una nueva lista de fantasías ―le dijo, volteándose para mirarla.

El temor reflejado en los ojos de su mujer, le obligó a esquivar su mirada.

Entonces ella lo supo.

―¡Eres un maldito! ―exclamó entre lágrimas, golpeándolo a puño cerrado una y otra vez―. ¡Te odio...! ¡Te odio...! ¡Te odio!

―BoA... ―Yunho agarró sus manos y la rodeó con sus brazos―. Perdóname.

Ella quería seguir golpeándolo, pero el dolor era tan fuerte, tan insoportable que rompió en un llanto desconsolado. Yunho se estremeció de pies a cabeza, jamás la había visto así, tan dolida, tan vulnerable. La apretó entre sus brazos y lloró con ella. Cuando esta se calmó, se alejó de repente, como si sus brazos le quemaran.

―¡No me toques! ―gritó asqueada―. ¡Nunca más vuelvas a ponerme un dedo encima!

BoA salió de la cama y buscó una maleta en el armario.

―¿Te vas? ―preguntó Yunho desesperado.

―¡No, esta vez te vas tú! ―gritó ella sollozando, el dolor era más intenso. 

―BoA, por favor ―intentaba detenerla, mientras ella tiraba su ropa en la maleta―. Dame una segunda oportunidad, te prometo que esta vez sí voy a dejarla.

Un grito histérico salió de la garganta de BoA, era un grito de rabia, ira, dolor, frustración... se tiró al suelo, llorando como una niña pequeña.

―Vete... ―suplicó con un hilo voz apenas perceptible―. Vete Yunho... vete.

―¡No... no... por favor no me pidas eso!

Él intentó acercarse pero ella se arrastró por el suelo alejándose de él, como quien huye de su verdugo. Cuando estuvo lejos se levantó y encerró en el baño.

―¡BoA! ―rogaba Yunho golpeando la puerta―. ¡Abre por favor! ¡Abre la puerta!

Ella no respondió, el silencio era abrumador.

―¡Maldita sea! ―exclamó, furioso consigo mismo.

¿Por qué demonios había arriesgado su matrimonio, cuando claramente, no podía vivir sin su mujer?

Porque era un idiota, no había otra respuesta, era un idiota.

―¡BoA abre...! ―rogaba sentado en el suelo, recostado a la puerta―. Abre... hablemos.

―¡No hay nada que hablar! ―gritó ella desde el otro lado, con la voz claramente distorsionada por el llanto―. Para mi nuestro matrimonio ya no existe, ¿me oyes? ¡Ya no existe!

BoA lo escuchó llorar pero no iba a dejarse convencer por su hipocresía. Le había dado todo y aun así, no fue suficiente para él. Ahora lo sabía, jamás sería suficiente.

La puerta se abrió de repente, Yunho miró a BoA desde su ángulo, seguía sentado en el suelo. Ella tenía los ojos hinchados y el rostro enrojecido por el llanto... pero fue su mirada lo que le aterró, ya no estaba esa expresión dulce con la que le había mirado mientras intentaba buscarle conversación hacía unos minutos.

Si tan solo pudiese retroceder el tiempo, pensaba angustiado.

―BoA... ―suplicó aferrándose a sus piernas―. No me dejes.

―¡No me toques! ―gritó ella como fuera de sí―. ¡No quiero que me toques con tus asquerosas manos!

Yunho secó sus lágrimas y se apartó de ella.

―Perdóname BoA ―exclamó poniéndose de pie―, prometo que terminaré con...

―No has entendido, ¿cierto? ―le interrumpió ella―. ¡Esto se acabó!

―Pero no quiero perderte...

―Ya me perdiste.

―BoA no...

―Solo vete ―sollozó ella. 

―No, no, no... no me pidas que te deje.

―Vete ―dijo ella con firmeza―, sino quieres que cometa una locura, vete ahora mismo.

Yunho titubeó, si se iba quizás jamás le permitiría acercarse a ella nuevamente.

Ese era su mayor temor.

―Hablemos ―insistió.

―¡Vete!

―BoA...

―¡Vete!

Pasaron algunos minutos antes de que Yunho aceptase que al menos por ahora, lo mejor era marcharse, darle un poco de tiempo.     

―Está bien ―aceptó con el rostro húmedo y la voz entrecortada―. Pero aunque te cueste creerlo, te amo de verdad.

―¡Vete al infierno! ―gritó BoA tapando sus oídos, no quería escucharlo.

Yunho tomó la maleta que ella había atiborrado con algunas de sus cosas, buscó otras más en las gavetas y luego de mudarse de ropa se fue a un hotel. Esta vez no iba a cometer el error de refugiarse en Jayden. Si quería una segunda oportunidad debía alejarse de ella definitivamente. 

Al menos esperaba tener el valor para hacerlo.

Después de que Yunho se marchara, BoA se sentó en el suelo, recostada a la cama y empezó a sollozar abrazándose a sí misma, en un vano intento por reconfortarse. Su pecho dolía, dolía con la misma intensidad de a quien le arrancan el corazón de un tajo.

¿Por qué...? ¿Por qué...? ¿Por qué...?

¿Por qué no era suficiente mujer para su marido?

¿Por qué tenía que refugiarse en otra, cuando ella se lo había dado todo?

Incluso había pasado por encima de sí misma, besando y acariciando a aquella niña repugnante, solo para complacerlo a él.

Corrió al baño, asqueada por los recuerdos y vomitó, vaciando todo el contenido de su estómago. Se lavó luego la cara y cepilló los dientes. Llevó su mano al pecho, respiraba con dificultad. Intentó regresar a la cama pero sus piernas flaqueaban. Se tambaleó hasta el teléfono pero todo fue oscureciéndose a su alrededor antes de llegar a este.  

NOTA DE AUTOR

Cuando empecé esta historia se suponía iban a ser de unos 6 capítulos, algo corto y nada sustancial. Pero la historia tomó su propio rumbo, los personajes han hecho lo que les ha dado la gana y yo pues, solo narro lo que ellos van haciendo en mi cabeza. 

¿qué va a pasar?  Sinceramente, no lo sé.  Tenía planeado algo pero como dije, ellos van tomando sus propias decisiones. 

Se que algunas quieren ver a Yunho sufrir, otras que BoA le pague con la misma moneda...  

Me gustaría leer sus ideas. 

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