28. ¿En la calle?

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Ni aun los más allegados a Yunho, con excepción de Joo Won y su fiel secretaria, imaginaban que aquel hombre de aspecto tan serio, aquel hombre tan enamorado de su mujer, tenía una amante a la cual no solo le pagaba apartamento, auto y tarjetas de crédito, sino que además, había embarazado.

Porque ni siquiera en eso había sido cuidadoso.

Jeffrey Williams, su jefe y socio principal de la firma, era un hombre conservador, proveniente de una respetable familia del sur de Estados Unidos. Yunho imaginaba la cara del anciano, si aquel vídeo con el que le amenazaba Jayden, llegaba a sus manos. Literalmente sería su fin.

–Me echará en menos de lo que canta un gallo –dijo mirando su reloj, apenas le quedaba poco más de un minuto para que Jayden arruinase lo único que le quedaba, su carrera.

Sentada en la sala de espera, ella observaba el cronometro en su móvil, sin despegar los ojos de este, no quería regalarle ni siquiera un segundo de gracia.

─¡Buenos días, señorita! ─Escuchó su voz de detrás de ella, justo cuando faltaban dos segundos para enviar el vídeo a todos sus contactos─. ¿En qué puedo servirle?

Jayden detuvo el cronometro y se giró para mirarle. Llevaba un traje Dolce & Gabbana azul marino, de corte y simetría perfectos, que realzaba de una manera sutil su innata elegancia.

Las recepcionistas permanecieron atentas a la conversación, ¿sería cierto que aquella jovencita era su novia o mejor dicho, su amante?

─Siento haber mentido, diciendo que soy su novia ─dijo Jayden en voz alta─. Pero de otro modo usted no me habría atendido sin una cita previa. De verdad necesito que tome mi caso, es cierto que mi madre está enferma y no tenemos mucho dinero para pagarle; pero en todo caso, siempre podemos vender la casa.

Yunho dio un paso atrás sorprendido por sus dotes de actriz y ella dejó escapar algunas lágrimas para darle más dramatismo a su actuación.

─Te lo dije ─susurró una recepcionista a la otra─, esa chica no podía ser su novia.

—No le prometo nada —respondió Yunho fingiendo tranquilidad, aunque por dentro quería apretar su delgado cuello─. Pero revisaré su caso.

—Gracias licenciado Jung, no sabe lo agradecida que estoy con usted —dijo secándose las lágrimas con un pañuelo que sacó de su bolso—. Sé que es mucho mi atrevimiento, pero podemos hablar en su oficina, quisiera contarle personalmente de mi caso, quizás así usted me entienda mejor.

—¡Pues claro! ─aceptó Yunho, guardando una serenidad que sorprendió a Jayden, seguro era algo aprendido en su oficio.

—Muchas gracias, le prometo que no le quitaré mucho tiempo.

Yunho le indicó el camino y avanzaron juntos hacia su oficina, cuando llegaron a la antesala, Jayden fue objeto de una minuciosa inspección por parte de su secretaria. La encontró bonita, pero no el tipo de mujer que podía encajar en la vida de un abogado que aunque joven, prometía mucho.

—No estoy para nadie —le dijo Yunho cuando pasó a su lado.

Ella era el último filtro hacia su oficina.

─¿Qué demonios pretendes con todo esto? ─preguntó Yunho entre dientes cuando la puerta se cerró detrás de ellos─. ¿De verdad crees que vas a conseguir algo?

Jayden sonrió, disfrutaba verlo entre la espada y la pared.

─¡Wao...! ─exclamó inspeccionando la oficina─. Nunca imaginé que trabajaras en un sitio tan elegante. ¿Cómo conseguiste un trabajo así?

Fantasías EróticasWhere stories live. Discover now