▲ Capítulo 1 ▲

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Elle estaba frente a los monitores de vigilancia, como de costumbre. Sus hombres reían e intercambiaban algunas anécdotas de los casos mas extraños que habían vivido. La mayoría eran ex policías que decidieron seguir al que un día fue el detective mas famoso del mundo, y no se arrepentían por haber tomado aquella decisión.

Las diversas tartas de frutillas, chocolate y vainilla, estaban sobre un carrito giratorio que Watari, cansado de que Lawliet le hubiese insistido tantísimo en tener algo así (porque según él, era demasiado importante para su existencia) había colocado justo a su lado en su zona de trabajo. Solo tenia que alargar el brazo para poder elegir el dulce que se le antojase.

Oe...Lawliet, tenemos algo de hambre, ¿podemos salir al restaurante?

– Si Matsuda. Que remedio. Os doy dos horas de almuerzo, hay mucho que hacer.

– ¡Entendido jefe!

El joven Matsuda se puso en pie, liderando a los demás hombres que agradecían el poder tomarse un descanso de la investigación. Lawliet sabia que desde que habían encontrado al sujeto especial, se habían relajado un poco, pensando que estaban mas cerca de su objetivo. Pero eso no era cierto, porque el castaño no había despertado aún desde que había sido ingresado tras su llegada y Lawliet comenzaba a estar un poco harto.

No era un hombre paciente, a sus treinta y dos años a veces se comportaba como un niño inquieto.

-Watari, ¿el chico ha dado señales de vida?

El viejo limpió el cristal de sus gafas, suspirando con una mano en la cintura. Su protegido era demasiado insistente.

– Señorito Elle, tiene que entender que el muchacho ha debido de sufrir un calvario en el laboratorio del que suponemos que viene. Estaba exhausto, herido y aterrorizado. Y añadiré que bastante descuidado – frunció el ceño al recordar el cabello sucio del chico, el rostro herido y las marcas horribles que encontraron bajo su ropa – . Sea paciente, por favor.

– Bien – no dijo nada más.Entendía lo que le decía Watari pero él tenia prisa, necesitaba una confesión. Algo nuevo.

Monitoreó la sala médica, deslizando el extremo del pulgar por la zona inferior de su barbilla. Observó al chico que dormía en la cama conectado a diversas máquinas que controlaban sus constantes vitales, y durante unos minutos pensó como comenzaría con el interrogatorio en cuanto despertase.

– ¿Dónde vas, Watari?

– Voy a preparar algo de comer para los muchachos. Te quiero ver en la cocina dentro de media hora.

– Pero...

– Nada de "peros", señorito Elle. Tiene que alimentar sus neuronas – el viejo desapareció de la sala de vigilancia rumbo a la cocina. Esperaba que el moreno le obedeciese por una vez y se alimentase correctamente.

Lawliet movió los dedos sobre el reposa brazos de la silla, girándose en el sitio un par de veces hasta terminar poniéndose en pie. Se encargaría él mismo de avisar a los chicos y de paso, echarle un vistazo al castaño en la sala médica. Tenia suerte de contar con un buen equipo sanitario, el mismo que había trabajado junto a él en numerosos casos especiales.

No tuvo que pensar demasiado el camino. Directamente se adentró en la sala de juegos, localizando a un chico de trece años sentado en la alfombra rodeado de robots de juguete y un montón de figuritas talladas en madera. Near se pasaba los días enteros encerrado allí cuando no estaba ayudándolo con algún caso especial.

– Hay que almorzar – se puso de cuclillas junto al albino, cogiendo y mirando con curiosidad una de las figuritas. Se parecía mucho a él mismo.

Sujeto Nº 24Where stories live. Discover now