▲ Capítulo 9 ▲

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Había un cómodo silencio en la sala, uno que todos se encargaron de mantener por el bien de Lawliet. Al fin parecía haber novedades con respecto a la investigación.

El detective, sentado junto a Matt, esperaba las pruebas visuales que Matsuda y sus hombres habían encontrado en la antigua casa de los Yagami. Intentaría que Light no se enterase de aquello porque sabía que le haría daño emocionalmente. Aún no le había hecho la gran pregunta, porque en su interior temía la respuesta. ¿Por qué diablos mató a sus padres? ¿Le obligaron ellos? ¿Cómo llegó a la casa desde los laboratorios?

Light leía un libro sentado en el sillón de la sala. Tenía una manta sobre las piernas y su cabeza reposaba tranquila en un cojín mientras hojeaba las páginas. Había descubierto un gran placer en la lectura y su agilidad mental hacía que terminase de leer los libros en un tiempo récord.

―Light, ¿juegas?― Near señaló un rompecabezas que tenía en el suelo, puesto que como de costumbre, estaba de piernas cruzadas sobre la superficie fría.

―Umm... está bien ― dijo, con una sonrisa sincera en el rostro. Una que hizo a Lawliet tragar saliva por estar mirándolo de reojo. Light se dio cuenta de eso y le devolvió el gesto, haciendo que el cuerpo del detective temblase por el sentimiento que le provocó.

Las palabras de Light aún resonaban en su cabeza. La noche anterior le había dicho que le quería y le había besado. ¿Cómo debía tomarse eso? A lo mejor era un amor alejado de algo romántico o de pareja. Tenía que serlo, porque Light había sufrido demasiados abusos como para sufrir de nuevo si él metía la pata y se equivocaba con sus especulaciones. Era de las pocas veces que Elle Lawliet no sabía que decir ni como actuar.

La voz de Watari le sacó de su distracción.

―Señorito Elle, aquí tiene lo que ha pedido ― puso el carrito de dulces más cerca, sonriendo con aquella expresión que dictaba: sé que te pasa algo, a mi no me engañas Elle Lawliet.

―Gracias, Watari ―le hizo un gesto para que se pusiese entre él y Matt ―. Hazme un favor y llévate a Light y Near de aquí. Nosotros vamos a investigar nuevas pistas que provienen de Japón. Ya sabes...

―Está bien. Me encargaré de ellos. Ah, el señorito Mello ha vuelto a vomitar.

―Le dije que no se comiese aquel chocolate caducado. ¿Sigue teniendo fiebre?

―Es un cabezota ―murmuró Matt, sin despegar los ojos de la pantalla que tenía frente a él.

―Ya está algo mejor, pero aún le duele el estómago.

―Déjale descansar. Haz que Light y Near le hagan compañía un rato, lejos de esta sala.

El viejo asintió, sonrió y al cabo de los minutos ya estaba junto a los chicos subiendo las escaleras. Near miró de forma significativa a Elle, casi atravesándolo con su mirada. El detective le hizo un gesto dándole a entender que no iba a dejarlos fuera de la investigación pero que era importante que ahora no estuviesen presentes allí.

En cuanto estuvieron a solas, Elle comprobó que todo estaba correcto en las cámaras de seguridad y pidió la confirmación de sus hombres. Una vez estuvo tranquilo, hizo contacto para comunicarse directamente con Japón donde Matsuda y los demás esperaban la llamada.

No tardaron en confirmar y mostrarse ante la pantalla que tenían delante. Saludaron cortésmente a sus hombres y Lawliet se llevó el pulgar a los labios, esperando las noticias.

―La casa de los Yagami ha sido destruida ― dijo Matsuda, masejándose la sien.

―¿Qué?

―Volvimos allí, como nos dijiste. Y nos encontramos con que alguien había incendiado la casa. Estaba todo totalmente calcinado; ya de por sí las casas en Japón, sobre todo las más viejas, están construidas con un material que arde fácilmente. Y de los Yagami no era precisamente moderna...

Sujeto Nº 24Where stories live. Discover now