Capítulo 4- ¿Y ahora?

875 121 21
                                    

Cuando la película acabó, JiMin estaba abrazado a TaeHyung, JungKook no pudo evitar un pinchazo de celos.

—¿Quieren cenar? — preguntó el rubio.

—Por favor. — dijeron todos al unísono.

—Okay, HoSeok, ¿Me ayudas? — dijo viendo al chico que estaba sentado en el suelo, abrazando con fuerza una almohada.

—P-Pero...

—No saldrá nadie detrás de ti para matarte. — volvió a replicar el mayor.

—A no seeeeeer. — dijo JiMin juguetón.

—Cállate JiMin. — dijo riendo NamJoon.

—Te ayudaría cariño, pero... — YoonGi lo interrumpió.

—No queremos morir. — todos rieron.

—Yo te ayudo. — murmuró el menor mientras se ponía de pie, quería llevarse bien con sus hyungs.

—Gracias. — exclamó Jin con una sonrisa.

Jungkook le devolvió el gesto y caminó con él hacia la cocina.

Hicieron de cenar a los demás chicos y se los llevaron hasta la sala.

A JungKook le temblaban las manos, mañana era Lunes, por lo que hoy tenía que volver a su casa, o bien, encontrar la forma de ir hasta la casa de sus tíos, ellos le pagaban la colegiatura.
Kookie nunca había tenido la necesidad de viajar en autobús, prefería caminar, o bien, que su hermano lo llevara.
Su hermano y madre no sabían nada acerca de los golpes que su padrastro le propinaba, el cabrón se encargaba de que no lo notaran y de que JungKook tuviera el suficiente miedo como para no decir nada.

—¿Estás bien? — preguntó TaeHyung sacándolo de sus pensamientos.

—Sí... Sólo estoy pensando en cómo regresaré a casa sin morir en el intento. — era triste que para él, esa frase era literal.

Los demás lo estaban viendo con caras de preocupación y confusión.

—Pero... A ti no te gusta tu casa. — Susurró TaeHyung despacio, cómo temiendo pisar terreno sensible. Ya lo había hecho.

—No, la odio... Pero tengo que volver, ahí están todas mis cosas.

—¿Por qué no te quedas a vivir con alguno de nosotros? — preguntó YoonGi, en realidad, era una buena solución.

—No quiero ponerlos en peligro, además, no quiero aprovecharme, me acaban de conocer... — Al segundo, el menor se había dado cuenta del error que había cometido al mencionar eso, agachó la cabeza.

—¿En peligro? — HoSeok se acercó al pelinegro y colocó una mano sobre la suya en señal de apoyo.

JungKook sabía que no lo irían a contar por ahí si les decía, pero tenía miedo, miedo de que lo rechazaran como todos los demás lo habían hecho.

La habitación se quedó en silencio por un momento, lo cual no ayudó mucho a las intenciones de JungKook de que no notaran su llanto.

JiMin se puso de pie y lo abrazó mientras el menor se tensaba, ¿Hace cuánto no lo abrazaban?

Cuando la calidez del cuerpo del chico desapareció, JungKook tomó una bocanada de aire y se puso de pie.
Se quitó la camiseta mientras todos lo miraban con atención y curiosidad.
Se dio la vuelta dejando ver su espalda.

—Oh Dios JungKook, ¿Quién te hizo esto? — preguntó el mayor de todos mientras él se volvía a poner la camiseta.

—Mi padrastro. — susurró.

—No vas a volver a tu casa. — dijo con determinación NamJoon.

—¿Entonces qué voy a hacer?, ahí tengo todas mis cosas de la escuela y mi ropa.

—¿Crees poder aguantar una noche más? — todos se giraron para ver a YoonGi.

—¿De qué hablas? No podemos mandarlo de nuevo a ese infierno. — protestó Tae.

—Si regresa ésta noche, podemos ayudarlo a escapar más tarde.

—Puedo aguantar una noche más. — dijo haciendo que los ojos de Jin se humedecieran.

—Nos vemos en su casa, a las 3 a.m — dijo NamJoon.

—¿Dónde vives? — preguntó el más enano.

—En ********.

—¿Y con quién se quedará? — preguntó HoSeok.

—Conmigo. — afirmó TaeHyung haciendo que el corazón del más pequeño se acelerara.

—Gracias. — dijo al borde de las lágrimas el menor, nadie nunca se había preocupado tanto por él, ni su familia, y estos 6 chicos, a pesar de que los había conocido hace unas cuantas horas, estaban haciendo lo posible por sacarlo del infierno en el que vivía.

—De nada. — dijeron todos al unísono sonriendo.

—Te llevaré a tu casa, y me quedaré afuera, escondido en alguna parte, si me necesitas, sólo mándame un mensaje, ¿Okay? — Dijo TaeHyung mirando directamente a los ojos al menor.

—Okay. — murmuró, sabía que debía haberle dicho que no, que debería regresar a descansar, pero llevaba tanto tiempo solo, que quería ser egoísta por solo una noche y pedirle al chico castaño que se quedara con él... Si era posible, para siempre.

...

Después de algunas horas todos se fueron, deseándole suerte a JungKook y dándole abrazos que lo llenaron de fuerza para resistir sólo una noche más en su pequeño infierno personal.

A las 11, TaeHyung y JungKook tomaron un autobús que los llevaría a la calle en la que vivía el menor. Cuando bajaron, las manos de Kookie temblaban, tanto que las escondió en sus bolsillos para que su acompañante no lo notara.

—¿Dónde es tu habitación? — Preguntó el mayor cuando llegaron a la casa del pelinegro.

—Ahí. — señaló una ventana que se encontraba a no mucha distancia del suelo.

—Okay, tú nos lanzarás por ahí tus cosas y las pondremos en la camioneta de Jin, procura tener todo listo para no tardar mucho.

—Okay... Tengo miedo. — el menor no pudo mantener las palabras que le llevaban quemando la garganta y el corazón desde que habían acordado que regresaría a ese lugar que tanto odiaba.

—No tengas miedo, estaré aquí, siempre, te vamos a cuidar, lo prometo. — dijo mientras atraía al menor a su pecho y lo rodeaba con sus brazos, JungKook no pudo contener las lagrimas, era un chico tan roto, tan frágil, que nunca pensó que alguien podría juntar sus pedazos con un abrazo, TaeHyung no fue capaz de unirlos todos de nuevo, pero unió algunos, pudo convertir al chico roto en uno menos fragmentado, y eso era suficiente por esa noche.

JungKook se separó de la calidez del cuerpo de Tae y le dedicó una débil sonrisa.

Se acercó al umbral de su infierno y tocó a la puerta.

In the rain. (Vkook/Taekook)Where stories live. Discover now