Capítulo 36- Hyun.

584 66 1
                                    

Como todo hombre en la tierra, DaeSun tenía derecho a un juicio justo, por más claro que fuese que el hombre era culpable de haber secuestrado y torturado a Jeon JungKook por 3 semanas, era un proceso legal que la policía no podía saltarse.

La familia Jeon había contratado a uno de los mejores abogados de la ciudad, gracias a múltiples contactos que el hermano mayor de la familia tenía, habían recibido una respuesta rápida por parte del hombre.

Ese día, JungKook tendría su primera reunión con su abogado.
Tenía miedo, y sentía bilis subiendo por su garganta. Le daba mucha ansiedad el simple hecho de pensar en contar su experiencia detalle por detalle otra vez.
Y no era sólo eso lo que hacía que su estómago se revolviera, era también el hecho de tener que volver a ver al hombre que tanto daño le había hecho en el tribunal.

Odiaba realmente que aquel asqueroso ser tuviese tanto poder sobre él, porque una simple mirada podía hacer que su cuerpo se llenase de miedo y que le dieran ganas de vomitar de inmediato, y realmente lo odiaba.
Sabía que no sería capaz de mirarlo a los ojos durante el juicio sin que lágrimas se acumularan en los suyos. No quería verse débil frente a DaeSun, no quería que viera cuánto daño le hacía y cuánto poder tenía todavía sobre él. Simplemente se negaba a mostrarse susceptible.

––¿JungKook? –– lo llamó TaeHyung acariciando su cabello mientras el menor ordenaba los cubiertos en los cajones de la cocina.

––¿Sí? –– respondió el menor sin girarse para verlo, demasiado ocupado guardando una cuchara en su lugar.

––¿Estás nervioso? –– preguntó abrazándolo por la espalda en un intento de calmarlo.

––Mucho. –– se limitó a murmurar el pelinegro mientras se pegaba más a la espalda de su novio.

––Todo estará bien, no hay forma de que quede libre, sólo necesitas contar tu historia una vez más y después todo acabará Kookie. –– susurró en su oído para después darle un beso en la cabeza.

Jeon se dio la vuelta para abrazar al castaño con fuerza, buscando calor y seguridad en sus brazos.
JungKook no quería volver a contar su historia, no quería volver a sentir las miradas de pena que siempre se posaban sobre él.
Tampoco quería palmaditas en la espalda, o palabras de aliento que no le servían de nada. Quería dejar de ser el chico maltratado y con traumas, quería dejar de ser la víctima.

Quería ser Jeon JungKook, el muchacho de 15 años que amaba bailar y dibujar, aquel que tenía una voz digna de ser escuchada por todo el mundo, ese que bailaba mientras cocinaba, el que sentía fascinación por los videojuegos y las películas gore.

Realmente deseaba dejar su pasado atrás y olvidar todo lo que había pasado para comenzar de nuevo, pero parecía que el destino y la vida se burlaban de sus deseos.

TaeHyung lo llenó de besos, le hizo cosquillas y lo hizo reír para distraerlo mientras la hora de la reunión llegaba.
El hermano de JungKook pasaría por el menor junto a su madre para después ir a la oficina del abogado.

Por otro lado, TaeHyung regresaría al trabajo después de una semana libre que su jefe le había proporcionado para cuidar del menor.
JiMin y sus amigos se encargarían de cuidar al niño mientras él terminaba su jornada de trabajo.

Kim tenía miedo de dejar al pequeño solo, tenía miedo de que cayera más profundo en la depresión.
Los primeros dos días en los que JungKook había regresado a casa, el menor se había negado a salir de la cama y a probar bocado.
Tae había llorado cuando el menor no lo veía, le dolía demasiado ver al niño así de demacrado y deprimido.
El chico aún tenía signos de depresión; la manera en la que sus ojos se tornaban oscuros y permanecía contemplando a la nada, o las veces en las que tardaba más de lo normal en la ducha, Tae no era tonto, sabía que el menor lloraba a solas, pero también sabía que el pequeño necesitaba desahogarse, y por más que le afectara pensar en los ojos de su niño llenos de lágrimas, reprimía sus ganas por entrar corriendo y envolverlo en sus brazos.

Kim en serio deseaba que la tormenta pasara para encontrar el arcoiris, porque no soportaba más la turbulencia.

...

Cuando el hermano de JungKook le marcó, diciéndole que ya lo estaba esperando estacionado frente al edificio, el menor se encontraba ya despidiéndose de su novio.
Le dio un beso seguido por un abrazo para después bajar por el ascensor.

<Tranquilo, sólo una vez más y todo terminará, no hay manera de que quede libre, todo estará bien.>

Se repetía mientras salía del ascensor y del edificio.
Divisó el coche de su hermano casi de inmediato y se acercó corriendo para después subir al asiento trasero al tiempo que saludaba a su madre y a su hermano.

––Buenas tardes mamá, hyung. –– Dijo el menor mientras se acomodaba en el asiento.

––Buenas tardes Kookie. –– respondió su hermano.

––Buenas tardes hijo, ¿Estás nervioso?

––Un poco, pero me alegra que todo esto al fin vaya a acabar.

––A mí también. –– murmuró YoungSoo mientras arrancaba el coche.

Los tres se enfrascaron en una conversación variada en un intento por distraerse.
Entre tanto dolor y desgracia, el embarazo de la cuñada de JungKook era una pequeña luz entre la oscuridad.
El menor estaba muy feliz de tener a una nueva sobrina o a un nuevo sobrino, realmente le hacía ilusión que un bebé llegara a su familia.
SunHee daría a luz dentro de 7 meses, por lo que aún tenían tiempo para comprar las cosas del nuevo miembro de la familia. Esa misma semana averiguarían si sería un niño o una niña.

Al llegar a la oficina del abogado, JungKook no pudo evitar sentirse asombrado por el aspecto del lugar, se sentía como una película.
Todo estaba bien organizado y limpio, con amplios ventanales y muebles de color marrón oscuro.

La secretaria del abogado les había indicado que tomaran asiento, diciéndoles que el hombre llegaría dentro de unos pocos minutos.

Mientras el abogado llegaba, JungKook comenzó a jugar con sus manos, sintiendo la ansiedad subir por su garganta. De pronto tenía ganas de salir corriendo de allí y olvidarse de todo.

––Buenas tardes. –– escuchó una voz grave hablar tras de él, lo que hizo que se sobresaltara sin poder evitarlo para después ponerse de pie rápidamente.

El hombre que se encontraba frente a él era uno joven, de no más de 35 años, con lentes de montura café, cabello café claro y ojos negros.

––Buenas tardes. –– respondió la familia mientras hacían una reverencia.

––Tomen asiento porfavor. –– los tres lo obedecieron.

––Tú eres JungKook, ¿Verdad? Mucho gusto, yo soy Hyun SungWoo. –– se presentó el abogado extendiéndole la mano.

Kookie estrechó las manos con el hombre para después escuchar con atención sus palabras.
La junta transcurrió de manera fluida, con algunas lágrimas siendo derramadas por todos, pero de forma tranquila.

Después de que JungKook le relatase todo lo que había pasado al abogado, desde el inicio, el hombre lo escuchó con atención mientras apuntaba en una libreta.
En algunas ocasiones había interrumpido al niño para hacerle preguntas, pero siempre demostrando profesionalidad. Jeon se sintió realmente seguro sabiendo que lo tenía de su lado.

Después de haber escuchado su historia, SungWoo prosiguió a ascesorar a la familia acerca de lo que haría para ganar el caso, y acordaron fecha y hora para una segunda reunión, donde ayudaría a JungKook a redactar su denuncia.

El pelinegro realmente odiaba tener que lidiar con todo eso.
Después de todo, tan sólo tenía 15 años.

In the rain. (Vkook/Taekook)Where stories live. Discover now