Capítulo 5- Adiós

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TaeHyung corrió a esconderse detrás de unos arbustos mientras veía cómo la puerta de la casa del menor se abría. No le gustaba para nada verlo así, sus hombros temblaban y el color de su piel se había ido.
En seguida escuchó gritos de su padrastro mientras veía como JungKook parecía hacerse más y más pequeño con cada palabra.

—¿¡Dónde estabas?! ¡Estúpido pedazo de inútil! ¡Tu madre casi me mata! — TaeHyung apretó los puños fuertemente, quería ir allí y golpear a ese hijo de puta, no podía soportar que le gritara así a un niño.

La espalda de JungKook desapareció por la puerta y Tae suspiró.
Se sentó en el frío suelo y esperó hasta que el menor le llamara o llegaran las 3 a.m, lo que pasara primero.

~

Lo primero que JungKook vio al entrar a la casa, fueron botellas de alcohol esparcidas por el piso.
El muy carbón se estaba aprovechando de que su madre estaba de viaje y su hermano se encontraba con su esposa.

—¿Sabes lo que hiciste? ¿Mocoso? — gruñó el asqueroso hombre que se hacía llamar su padrastro. JungKook se quedó en silencio, temblando y con las lágrimas a punto de salir. —Quitate la camiseta.

Es la última vez, es la última noche, tengo que aguantar, voy a aguantar.

El niño se quitó la camiseta y se arrodilló en el suelo mientras escuchaba el sonido de su padrastro quitándose el cinturón.
Y su tortura volvió a comenzar.

Las lágrimas salían por sus ojos mientras sentía el cuero pegar contra su piel. Soltaba gruñidos de dolor, no gritaría, no, hoy no gritaría.

Cuando el hijo de puta se cansó de pegarle, le dio una patada que lo hizo caer y gruñó.

—Vete a tu habitación.

JungKook se levantó con la sangre cayendo por su espalda, recogió su camiseta y caminó hasta su habitación con el poco orgullo que le quedaba.
Cerró la puerta tras de si mientras se rompía de nuevo y lloraba a mares.
Era sólo un chico de 15 años que estaba recibiendo el castigo de un criminal.
Se quedó llorando en la oscuridad por unos minutos hasta que el ardor en su espalda fue insoportable.
Su padrastro le "curaba" las heridas antes de que su hermano o madre llegaran a casa, pero eso no lo haría ésta noche, porque ellos volvían hasta la siguiente semana. Lo dejaría sangrando.

Tae 💙

Por favor, ven a mi
habitación...

Voy para allá.

Mientras el niño esperaba al mayor, se limpió las lágrimas de la cara y la poca sangre que pudo, también reunió vendas, alcohol, agua y un trapo.

Tae 💙

Ya estoy aquí.

Dejó las cosas en su cama y se acercó a la ventana.
TaeHyung se veía tan hermoso desde esa perspectiva.

Lo ayudó a subir y de inmediato examinó el cuerpo del menor.

—¿Qué te hizo? — JungKook se dio la vuelta, dejando ver su espalda ensangrentada.

—Lo voy a matar. — susurró TaeHyung con rabia.

—¿Podrías curarme? — preguntó el menor con un pequeño hilo de voz.

—Ven.

Se sentaron en la cama y Tae comenzó a desinfectar las heridas y limpiar la sangre seca con agua.
Después puso pomada en los moretones y envolvió la espalda del menor con vendas.
Tocar la piel extremadamente suave del niño sería lo mejor si no estuvieran en la circunstancias en las que estaban.

—Te ayudaré a empacar, tú no te muevas.

—Estoy bien, puedo moverme...

—Sólo quedate ahí, yo te iré pasando las cosas y tú las guardas. — JungKook asintió, sabiendo que no podría ganarle al castaño.

Poco a poco, comenzaron a llenar las 2 maletas que el niño poseía, ambas grandes. Metieron todas las cosas de su escuela en la mochila y por último Kookie se volvió a poner la camiseta con muecas de dolor.

Jin

Ya llegamos.

Ambos se asomaron por la ventana y vieron a sus hyungs esperando en la calle.
Tae comenzó a agitar sus brazos hasta que YoonGi lo notó y todos se acercaron.
Se saludaron brevemente y les pasaron las maletas.
Eran bastante pesadas, pero nada que 5 chicos no pudieran cargar

TaeHyung cargó la mochila del niño y le sonrió.

Jungkook no podía creer que en verdad estaba por salir de aquel lugar que alguna vez había amado.
Ya les explicaría después a su madre y hermano porqué se había ido de casa, pero por ahora, se concentraba en no lastimarse mientras bajaba desde su ventana.
La espalda le dolía horrores, pero el deseo de salir de ahí era más grande que el dolor.

Una vez todo estuvo dentro de la camioneta Jin arrancó y comenzaron el trayecto al departamento de Tae.

—Gracias, gracias, gracias. — dijo llorando el menor, de alivio, de alegría, de dolor, de tensión, de todo.

—Siempre te ayudaremos. — dijo sonriendo JiMin

—Somos como tu chaleco a prueba de balas. — todos  sonrieron ante el comentario de HoSeok.

—Somos Bulletproof Boy Scouts. — exclamó con una sonrisa Namjoon.

Bangtan Boys. — Todos rieron.

—Sí, somos a prueba de balas. — afirmó Jin.

Todos estuvieron más que de acuerdo.

In the rain. (Vkook/Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora